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                                                                  “En un mundo de gusanos capitalistas, hay que tener coraje para ser mariposa”.
 Lohana Berkins

El despliegue multicolor de estos días, nos pone a pensar en mariposas y vuelos, vuelos y mariposas, como amorosa respuesta a la poquedad que caracteriza a quienes pretenden “conducir” un país y nos violentan con su desprecio discursivo.

Pensar en modo mariposas como símbolos de paz, de libertad, de verdadera libertad, libertad de elegir quien SER y como vivir, libertad de amar y abrazar la otredad.

Libertad para poder reír, cantar y soñar. Libertad para transitar sin miedo y llegar a casa con VIDA.

Por Mónica Vaccaro*
para Diario Digital Femenino

Pienso en mariposas haciendo revolución, como Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, las hermanas mariposas a quienes les costó la vida enfrentar al dictador Trujillo en República Dominicana.

Pienso en las mariposas que se posan sobre los pañuelos blancos de las Madres de Plaza de Mayo, los 24 de marzo, trayendo en sus alas cada una de las 30000 almas que nos faltan.

Pienso también en el mito de las siete mariposas y su devenir en arco iris: Arcoíris y utopías esperanzadoras

Disfrutando la lectura del libro de Gabriela Mansilla, Mariposas Libres. Derecho a vivir una infancia trans [1] comparto parte de este texto tan movilizador, en homenaje a Lohana Berkins y que nos ayuda a pensar en mariposas y Salud Mental.

Las mariposas de esta nueva generación tienen el coraje de gritar quienes son desde pequeñas, de hacerse oír. Se hacen un lugar entre los gusanos que aún existen, sienten sus propios colores y van en busca de sus sueños. Estas sí son mariposas libres desde su primer vuelo y el amor las abraza y protege. Por aquellas tus mariposas, por estas, que hoy son libres, y por las que vendrán, por el ejemplo que nos dejó tu vuelo comandante”.

Sin vuelo de mariposas no hay Salud Mental
Sin vuelo de mariposas no hay Salud Mental

En estos tiempos aciagos detenernos a observar el despliegue de las alas de las mariposas que se ponen en movimiento, nos “despierta” de la anestesia colectiva que caracteriza los comportamientos de los últimos tiempos.

Tal como venimos mencionando hace tiempo, y en varias columnas, las violencias paralizan, la quietud y la no reacción contribuyen a que se naturalicen los discursos violentos, que anide la complicidad de los silencios, mientras con prisa y sin pausa se materializa la destrucción de los organismos del estado que garantizan derechos, tal como ocurre desde hace un año en nuestro país, comenzando con el vaciamiento, desfinanciamiento, modos encubiertos de llegar al cierre de los mismos. Vaciar es cerrar.

Sin políticas públicas no hay Salud Mental, con Salud Mental hay posibilidad de construcciones colectivas que alojen a todes.

Considero necesario hacer un pasaje por ciertos “conceptos” que se escuchan por estos días, problematizar y acercar algunas consideraciones que desde la clínica cotidiana, nos acercan a la realidad de los sufrimientos subjetivos, producto del desmantelamiento de redes de contención y sostén.

Sres. de “traje” desde un “estrado” se habilitan a sí mismos para decir cualquier cosa, de cualquier tema, sin datos certeros, con palabras que impactan e intimidan, o lo intentan, entonces, prohíben, exterminan, lo eliminan para siempre, desvinculan, desaparecen, dicen y vuelven a decir, hace un año que “dicen”, y se camuflan como el patriarcado mismo para reaparecer ,se muestran ofuscados, amenazantes, haciendo alarde de su “poder”, a sabiendas que ciertos “machitos repetidores” se hacen eco de estas expresiones y cazan el guante del desatino con eje en la deshumanización.

Si no implicara la gravedad inusitada que conlleva y la crueldad del impacto en la sociedad, pensaríamos que se trata de un grupete de “actores” medio pelo ensayando un show mediático, con exceso de purpurina, deplorables protagonistas, aburridos, reiterativos, sin guión ni fundamentos. Pero…por el contrario, y a pesar de la escasez de contenido, hay que estar en alerta permanente, porque si bien en la “escena” presentan estas características, son perversos, crueles, faltos de humanidad y están muy lejos de trabajar por el bien común,ni por un mejor mundo posible con oportunidades para todes.

En ese “decir” cualquier cosa, en estos días y luego del repudiable discurso del presidente en el Foro Económico de Davos, escuchamos al Ministro de (IN)Justicia, expresar que se terminó “la joda del género”, reiterando que (obvio desde su visión misógina y machista) “el feminismo es una distorsión del concepto de igualdad que únicamente busca privilegios poniendo a una mitad de la población en contra de la otra”.

A partir de estas provocadoras y desafortunadas expresiones se me ocurren varios tópicos y se abren muchas preguntas.

En principio, informar a estos “señoritOs” y su entorno de cotillón, que como en toda construcción social y colectiva, la formación es uno de los pilares para garantizar el marco ético desde donde se sostienen los abordajes, por lo tanto NO es “joda” al menos para quienes desde los ámbitos de; salud, educación, justicia, comunicación, académicos, etc., abordamos con seriedad y respeto la temática de géneros y diversidades.

La deconstrucción de teorías y prácticas ha sido, y sigue siendo, un proceso largo, continuo, movilizador, enseñante, en clave de derechos humanos, incorporando gafas violetas y multicolores, para transversalizar las miradas, y alojar desde la escucha despatologizadora. Siendo las historias en primera persona de las identidades trans, las que nos permiten abrazar otros vuelos, sensibles y humanitarios.

Paper butterfly multi-colored on white background.

Por estas y otras razones en el marco del respeto por los derechos humanos, resultan inadmisibles y totalmente repudiables expresiones públicas retrogradas, carentes de todo rigor científico, basadas en prejuicios personales, que van en contra de las normativas nacionales e internacionales, por parte de quienes deberían “cuidarnos” y ser garantes de derechos.

Quisiera también conceptualizar y problematizar acerca del tema de los privilegios, justamente los que NO tenemos las mujeres, por el contrario, son “patrimonio histórico” del patriarcado, el mismo que se camufla y reacciona violentamente cuando siente que están en riesgo, ante la cercanía de las olas transfeministas que los salpican.

Entonces inventan posibles estrategias para que volvamos al silencio, que no hablemos ni por nosotras, ni por las que ya no están, mienten hablando de falsas denuncias que arruinan vidas de “pobres señores”, desacreditando las voces de las pibas que se atreven, de las madres que sin más espacio para el dolor recorren tribunales en busca de justicia para sus hijes, víctimas de agresiones sexuales, dentro del seno intrafamiliar en la mayoría de las situaciones, sumando también artilugios patriarcales para descalificar y violentar también a las profesionales que acompañan.

Decía también, que se abren preguntas que quiero compartir:

¿serán privilegios andar por los caminos de la vida, con mochilas cargadas de mandatos, todas las responsabilidades y miradas juzgadoras?

¿serán privilegios sostener la economía familiar porque el progenitor desapareció de la escena y tener que “peregrinar”, padeciendo destratos, en defensa de los derechos de las niñeces?

¿serán privilegios ocuparse y transitar en soledad angustias en momento de complicaciones con la Salud integral de las crianzas?

¿serán privilegios no tener espacios propios?, a veces ni siquiera para el cuidado de la salud de cuerpas y subjetividades que no resisten más, y sin embargo, la realidad empuja a un poquito más todavía y hay que seguir.

¿serán privilegios ser única referenta en las instituciones que habitan les hijes?

¿serán privilegios ocuparse de las tareas domésticas y cotidianas, todo el tiempo y sin deseo?

¿serán privilegios que casi todas las tareas de cuidado recaigan sobre las mujeres y sean los trabajos menos remunerados?

¿será un privilegio jubilarse como ama de casa habiendo dedicado la vida a los cuidados de la familia?

¿serán privilegios…?

Podríamos seguir listando indefinidamente con cada historia de vida.

Lo que SÍ sabemos y reafirmamos es que los feminismos salvan VIDAS.

Sabemos de luchas colectivas, de gritos URGENTES, del uso de las palabras como herramienta de construcción social, de hacer lazos, de entramar sororidad y ternura como sostén, de acompañar y resistir, de promover bienestar y Salud Mental.

Por todo lo enunciado, y por cada una de las mariposas, de las mujeres, de las niñeces, de las personas jubiladas, de las que fueron y están siendo despedidas de sus trabajos, las que están padeciendo inusitadas situaciones de precariedad, las que no pueden acceder a sus medicamentos, solventar una vivienda ni alimentación adecuada, debido a la crueldad de las medidas de este DESgobierno, nos interpela el compromiso social.

Nos interpela la urgencia de ser parte de la MARCHA FEDERAL LGBTQ+ ANTIFASCISTA ANTIRRACISTA, el próximo sábado 1F, en cada lugar del país que nos encontremos, convocatoria que trasciende banderas políticas, que transversaliza la defensa de los DERECHOS HUMANOS y visibiliza el posicionamiento de una sociedad que no negocia retrocesos, que abraza las conquistas sociales, celebrando y respetando la elección de cada persona de SER en el mundo.

Es tiempo de incomodarnos, de sumarnos a la construcción de la salida colectiva.

Sin movimiento no hay Salud Mental. Sin vuelo de mariposas no hay Salud Mental.

Salud Mental es construir comunidad con perspectiva de géneros y diversidad.

SIN DERECHOS HUMANOS NO HAY SALUD MENTAL.

(*) Trabajadora de la Salud Mental y activista de Derechos Humanos.

[1] Gabriela Mansilla. Escritora. Conferencista. Militante por niñeces y adolescencias travestis trans. Fundadora de la Asociación Civil Infancias Libres.

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