«La utopía está en el horizonte.
Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos
y el horizonte corre diez pasos más allá.
¿Entonces para qué sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar.»
Eduardo Galeano
Entre carruseles de emociones, subjetividades impactadas por la realidad país, llegó la lluvia esperada y benefactora para acariciar los brotes sufrientes, «purificar» el aire enrarecido, como consecuencia de medio-ambientes contaminados, de largas sequías, de malestares epocales, de ruptura del lazo social, de pérdida de empatía y solidaridad.
En el inicio de semana un sorprendente arco iris, doble arcoíris, iluminó de optimismo estas llanuras con atardeceres fotográficos, y abrigó esperanza, en el camino hacia el horizonte, que aloje, una mejor humanidad.
Por Mónica Vaccaro*
para Diario Digital Femenino
Hablemos de arco iris y de utopías esperanzadoras, que promuevan Salud Mental.
Hablemos de arco iris haciendo trama como refugio en tiempos de incertezas…
A lo largo de la historia, el arco iris se ha asociado a leyendas y mitos. Incluso aparece en el Antiguo Testamento, donde se cita que el arcoíris fue creado por Dios tras el diluvio universal.
Para los antiguos griegos, por ejemplo, el arcoíris era una diosa mensajera entre el cielo y la tierra llamada Iris, hija de Taumante y la oceánide Electra.
Para la (RAE) puede escribirse como una expresión de dos palabras: arco iris. En ambos casos, la noción alude a un fenómeno óptico que aparece con ciertas condiciones meteorológicas.
El arcoíris exhibe una línea roja hacia su parte exterior y una línea violeta hacia la zona interior, pasando en el medio por otras tonalidades. Los colores con diferentes variantes en cuanto a la intensidad, son los siete fundamentales: violeta, azul, cian, verde, amarillo, naranja y rojo. En ocasiones, se produce un fenómeno de arcoíris doble, donde al arcoíris tradicional se le suma uno menos intenso con los colores invertidos.
Algunas leyendas, por otra parte, sostienen que el arcoíris es una especie de puente que vincula el cielo con la tierra.
También está el mito de las siete mariposas (las que, desde mi mirada, construyen colectivamente), que dice:
Hace muchos siglos, vivían siete mariposas, cada una con uno de los colores del arcoíris, en el corazón de una tupida selva. Todos los habitantes de la zona
observaban con fascinación cuando levantaban vuelo, admirando el precioso efecto que producían al pasar por entre por entre las plantas.
Un mal día, una de las hadas se lastimó gravemente con una espina. Las demás se acercaron preocupadísimas a atenderla y pronto comprendieron que no podrían salvarla.
Como no soportaban la idea de desprenderse de su amiga, expresaron en voz alta que darían lo que fuera por permanecer siempre con ella.
Entonces una extraña voz les preguntó si estaban dispuestas a entregar sus vidas para cumplir su objetivo, sin dudarlo ni un segundo, todas respondieron afirmativamente.
De inmediato, el cielo se cubrió con unas espesas nubes oscuras, y una fuerte tormenta azotó la selva.
En medio de la lluvia y el viento, un tornado envolvió a las mariposas y las elevó hasta que ya no fue posible verlas desde la tierra. Cuando el tiempo se calmó, el cielo se despejó y la luz del sol brilló con más intensidad que nunca. Los antiguos vecinos de las mariposas, pronto notaron un precioso arco luminoso en el firmamento, que exhibía con una belleza insuperable los siete colores que las caracterizaban.
Así nació el arcoíris, como símbolo de la amistad entre siete mariposas que no encontraban sentido a la vida sino podían experimentarla juntas.
El arcoíris continúa fascinando a la humanidad, con el transcurrir del tiempo y el desandar de las luchas sociales, se transformó en símbolo (wiphala) y bandera, muchas banderas, que encabezan los reclamos por plena vigencia de todos los derechos, representando a muchas otras mariposas.
Cientos de arcoíris, fueron plasmados en dibujos por niñeces, como símbolo de esperanza colectiva, durante el evento disruptivo que nos atravesó como humanidad (Covid 19).
Se denomina Arcoíris uno de los proyectos de la Dirección de Juventud del Municipio de General Pico que desde el abordaje a través de talleres de las temáticas, diversidades, corporalidades, masculinidades, invita a la participación comunitaria. [1]
Y así, encontramos arcoíris que resignifican a cada paso, en cada trayecto y/o espacio que habitamos en nuestras vidas personales y laborales, donde alojamos a otres, abrazando diferencias, habilitando oportunidades, tejiendo tramas de respeto y sostén.
Transcurre octubre, el mes que nos convoca en clave de Salud Mental.Semana a semana, gracias al espacio habilitado por https://diariofemenino.com.ar/df/, compartimos noticias de construcciones colectivas que promueven Salud-Salud Mental-Salud Integral, con el propósito de dar cuenta, que aunque poco visibilizados, múltiples eventos en formas diferentes, a lo largo y ancho del territorio argentino, no cesan de reproducirse, fortalecerse, despertar interés, informar formando en la deconstrucción de prácticas, invitando a la comunidad toda a ser parte de los reclamos por ampliación de derechos.
En la próxima semana se realizará en la ciudad de Córdoba, con acompañamiento en todo el país, la 10° Marcha por el Derecho a la Salud Mental, este año bajo el lema LA SALUD MENTAL NO SE NEGOCIA.[2]
Entonces, enlazamos en comunidad, para continuar caminando hacia el horizonte, aunque se corra o lo quieran correr, con la guía de las utopías esperanzadoras, en defensa de los derechos de todas las personas, siempre!!!
No hay Salud sin Salud Mental.
No hay Salud Mental sin Derechos.
No hay Salud Mental sin Democracia.
No hay Salud Mental sin Justicia Social.
La SALIDA ES COLECTIVA, SIEMPRE!!!
(*) Trabajadora de la Salud Mental y activista de Derechos Humanos.
[1] https://www.instagram.com/juventud.pico/
[2] https://www.facebook.com/MarchaSaludMental/
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