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Entre brumas…
“No olvidéis jamás que bastará una crisis política
, económica o religiosa para que los
derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados.
Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida.”
Simone de Beauvoir
Hace pocos días hablando del derecho a manifestarse, terminaba el escrito con esta cita de Simone de Beauvoir que hoy amerita ser el disparador del tema a recorrer.
Por Mónica Vaccaro*
para Diario Digital Femenino
Nos envuelve la bruma invernal en tiempos de incertidumbre colectiva, el calendario escolar indica que el receso de mitad de año está cerca.
La demanda de acompañamiento crece, la búsqueda de cobijo a los sufrimientos subjetivos nos lleva de nuevo (y siempre) a pensar la trama como refugio, las voces que circulan ponen en palabra algunos de esos padecimientos «…me siento triste…estoy angustiada…me siento vieja…siento que no tiene valor lo que digo…nadie me pregunta cómo estoy o que necesito….estoy gorda…no puedo más con tanta demanda…necesito parar…descansar…vacaciones de todo».
![Entre brumas, demandas y proyectos de ley, siempre está vigente la amenaza que vienen por nosotras y nuestros derechos...](https://diariofemenino.com.ar/df/wp-content/uploads/2023/07/refugio.jpg)
La implementación de programas de cuidado y abordaje de salud integral merece ser revisado, así como la salud mental debe ser puesta en valor, siempre.
Se hacen indispensables pausas y «recreos», junto con intervenciones amorosas que alojen otras posibilidades, para paliar las fuertes exigencias instaladas ante tanto mandato patriarcal con que se cargan las mochilas de las mujeres (hay que poder todo, con todo y todo el tiempo, hablar en voz baja, en lo posible parecer sumisas para no ser llamadas «bravas», también estar flacas, lindas y ser inteligentes, pero no tanto, no sea que se note y empañe el despliegue patriarcal que se encarga de que no existan «fisuras» en los «techos de cristal», tampoco alejarse demasiado del amor romántico y asumir todo tipo de tarea de cuidado aún a costa del propio des-cuido)
Pausar y abrir preguntas, pausar generando espacios de abrigo, abrazos y escucha, pausar aceptando que no todo se puede, que la vorágine de la productividad, el consumismo , el «todo ya», entre otros iconos del capitalismo, no promueven salud mental.
Pausar, evitando ser partícipe de la medicalización de la vida cotidiana. Abrir preguntas en relación a los mandatos de belleza, a cómo nos posicionamos frente a la invasión mediática que como mecanismo de opresión impone estereotipos, a través de un modelo de mujer único, homogéneo e irreal, conformando un dispositivo de disciplinamiento y alienación que es ejercido con violencia, preguntarnos además que esperamos y exigimos de las otras feminidades y cuánto de esas violencias se proyecta en otras sin medir las consecuencias del impacto en las subjetividades.
Pausar para interpelar y construir sentido, tiene un costo (que ya sabemos atraviesa el alma y el cuerpo), tal como, cuando se avanza en pos de ampliar derechos, aparece el contra ataque desacreditando a los movimientos de mujeres y diversidades, que organizándose de modo colectivo siguen en las calles levantando banderas por la defensa y ampliación de derechos.
También es un trabajo fortalecer las luchas y sortear el desánimo, entonces aporta recordar que » la lucha de las mujeres, no es por las mujeres, es por toda la humanidad» (Rita Segato)
En el mientras tanto… llegan noticias que en los recintos legislativos se reactiva el trabajo con agenda feminista, con los proyectos de ampliación de licencias parentales y de inclusión de la violencia digital por razones de género, a la ley 26485 de Protección Integral contra la Violencia hacia las mujeres, propuesta que puja por instalarse en agenda desde hace varios años.
En el mientras tanto… y no es un dato menor, hay pocas «fotos» y voces de mujeres en los escenarios nacionales de disputa electoral.
En algunos espacios aparecen precandidatas que encienden preocupantes alarmas con contenidos temerarios a partir de sus obscenas posturas anti derechos y amenazas contundentes; por ej. a la derogación de la Ley 27.610 que regula el acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo y a la atención postaborto de todas las personas con capacidad de gestar. Ley de ampliación de derechos que salva la vida de tantas mujeres y personas gestantes, marco legal conquistado en las calles a fuerza de compromiso colectivo y amor revolucionario.
Entonces retomo el hilo de palabras planteado al principio del escrito, donde los malestares se hacen voces y requieren escucha alojadora, y nos pienso en los hilos de tiempos en que vivimos sin pausa ni tregua, ya que a las múltiples demandas, exigencias, mandatos y tareas de cuidado, sumamos el volver a desplegar las banderas desde el lugar que sea en todo ámbito posible para defender derechos, porque como ya nos los dijo Simone de Beauvoir «… Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”
Mientras tanto…seguimos haciendo trama, multiplicando voces, entramando sororidad para caminar juntas hacia la igualdad…
Mientras tanto…nos visibilizamos y acompañamos a pesar de la bruma que pretende empañar.
Mientras tanto, desde el compromiso social, ético y político tejemos trama como refugio, cada vez más sólida, abonando el camino hacia una mejor humanidad habitada por vínculos sanos y amorosos.
(*) Trabajadora de la Salud Mental y activista de Derechos Humanos.