
Ante la aparición de los primeros «brotes»…
Pensando en el tejido de la próxima trama, curioseo desde mi ventana y me inspira el caer de las gotas, que juegan mimando los primeros brotes, que aparecen en la previa de la próxima primavera .La naturaleza, también está un poco desorientada, entre otras cosas, por la variación y desajuste climático, en medio de la llovizna observo la quietud de la plaza sin niñeces jugando, propio de un día poco apacible, sigo pensando en cómo tejer hilos de palabras en estos hilos de tiempo que vamos viviendo.
Por Mónica Vaccaro*
para Diario Digital Femenino
También en el inicio de mes hubo convulsión, y sigue, con recuerdos de sucesos extremadamente violentos y desestabilizadores, los que tratan de borrar e invisibilizar sumando más confusión al «clima» de época que se intenta instalar, desde algunos sectores, clamando por una supuesta «libertad».
Mientras en algunos recintos se propician actos que hacen apología del horror y las violencias, en otros contextos, con encuadres saludables, se pone en valor la Salud Mental, se tejen tramas de sostén y amorosidad en clave de derechos humanos, con mirada despatologizadora y escucha alojadora.
Poca prensa tienen los espacios de encuentro y abrazo donde se propician las construcciones colectivas. Por tal razón hoy quiero traer, visibilizar y destacar el acontecimiento ocurrido esta semana donde personas usuarias de salud mental, trabajadoras y trabajadores, familiares, fueron convocadas por el Ministerio de Salud de la Nación al Primer Encuentro Nacional de Salud Mental, en perspectiva federal e intersectorial, con el objetivo de promover el diálogo, la reflexión colectiva y la construcción de consensos.
Pensando el cuidado de la Salud Mental desde un enfoque de derechos, con base comunitaria, libre de violencias y desde el respeto a las diversidades.[1]
En varias columnas de https://diariofemenino.com.ar/ hicimos alusión a la Ley Nacional de Salud Mental 26657, ley sustentada en un enfoque de derechos y de vanguardia a nivel internacional e invitamos nuevamente a su lectura para información y conocimiento:
– NO hay Salud Mental SIN ampliación de derechos
– Hablemos de Géneros, Salud Mental y Derechos Humanos
En estos caminos de construcción y deconstrucción surgen tensiones, desafíos y revisiones permanentes para sumar al fortalecimiento de las políticas públicas, que puede hacerse solo, en el marco de la democracia y con la existencia de un Ministerio de Salud (cabe recordar en 2018 fue degradado a secretaria), que aloja estas posibilidades y las convierta en oportunidades. Este mismo Ministerio, apenas recuperado en 2020, se ocupó del cuidado de la salud integral de la población cuando el evento disruptivo (la pandemia por Covid-19), nos atravesó como humanidad y desconfiguró el mundo.

En el marco del mencionado encuentro circularon múltiples y potentes voces, se presentaron y compartieron experiencias de trabajo interdisciplinario en todo el territorio federal, se hicieron importantes anuncios, en cuanto a formación y presupuesto respondiendo a los enunciados de la mencionada Ley Nacional y dando respuestas a reclamos, debates y construcciones colectivas.
Dentro de la claridad y potencia de esas voces voy a traer la de una mujer/colega/compañera de espacios de militancia y tramas de amorosidad, en defensa de los derechos humanos y la plena implementación de la Ley de Salud Mental, quien junto a otras mujeres trabajadoras de la Salud Mental (algunas hoy funcionarias) tuvieron a su cargo la mesa de apertura en el Primer Encuentro Nacional de Salud Mental.
Verónica Laplace en referencia a los organismos que representa expresa «La APDH es un organismo nacional con casi 48 años de historia en defensa de la vida. Fue fundado en 1975 como resultado de una autoconvocatoria de personas provenientes de los más diversos sectores sociales, políticos, sindicales, religiosos y laicos argentinos en respuesta a la creciente situación de violencia y ruptura de la vigencia de los más elementales derechos humanos en nuestro país. Comienza abocada a proteger y resguardar los derechos civiles y políticos en aquellas épocas tan oscuras, para luego expandir su campo de acción e intervención en defensa de los derechos económicos sociales y culturales, entre ellos el derecho a la salud.
En defensa y promoción de este derecho hemos acompañado e impulsado todo el proceso de sanción de la LNSM. Una ley que como decimos siempre, recepta en su letra los más altos estándares de derechos humanos. Cabe recordar que esta posición de acompañamiento que asumimos se produce en una década de profunda ampliación de derechos. No solamente por el plexo normativo que se fue generando al sancionar una gran cantidad de leyes promotoras de derechos sino también por el evidente compromiso del Estado con la política de derechos humanos
Si bien la APDH tiene como función primordial interpelar a los gobiernos ante vulneraciones de derechos, porque somos en primera instancia demandantes de la función del Estado, además de promotores en la conquista de derechos. Esto no obsta también que podamos acompañar políticas cuando son ampliatorias de derechos y consonantes con el bienestar de las mayorías populares.
Recuperar parte de nuestro pasado es fundamental, porque sólo es posible hacer frente al sufrimiento de una sociedad, sojuzgada por el terrorismo de Estado y más adelante por una década de perversa impunidad, a través de un profundo trabajo de elaboración colectiva sobre aquellos sucesos de nuestra historia signados por la crueldad y sus efectos deshumanizantes. Momentos a los que nos resistimos a volver, por el arrasamiento de derechos que produjeron y el impacto devastador en las vidas y la Salud Mental de nuestro pueblo… también a nivel nacional, y aquí quiero marcar un acto sumamente importante como lo es la restitución de la Comisión Nacional Interministerial en Políticas de Salud Mental y Adicciones (CoNISMA) en Jefatura de Gabinete, y lo que esto significa para consolidar el principio de intersectorialidad de las políticas de SM.
Para monitorear sus principios más transformadores, la ley crea varios espacios instituyentes. Entre estos espacios instituyentes se encuentra el Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones (CCH), órgano de participación que nuclea a un conjunto de organizaciones de la sociedad civil, entre las que se destacan las organizaciones de usuarios, y que depende de la CoNISMA. En este sentido es un interlocutor, con carácter federal, dispuesto por la ley en lo que concierne a Políticas Públicas de Salud Mental.
Si bien es un órgano de consulta y sus recomendaciones no son vinculantes, la composición del mismo con organizaciones heterogéneas de diferentes lugares de nuestro país y de reconocida trayectoria en el campo de la SM, lo convierte en un actor político clave y protagónico para incidir en los procesos de ampliación de derechos acordes al paradigma de derechos humanos.
El CCH puede pensarse también como una red que pretende extender su eficacia, y de este modo su capacidad de incidencia, sobre los diferentes campos problemáticos de la salud mental, siempre en clave de DDHH. Una trama extragubernamental, que se sostiene no sólo en la legalidad sino también en el soporte de las demás instituciones gubernamentales como la CoNISMA. En este sentido, quisiera volver a rescatar la importancia de su restitución el año pasado en el ámbito de Jefatura de Gabinete. Porque la salud mental trasciende lo sanitario, aunque se asiente en él y las demandas se dirijan casi exclusivamente al sistema de salud. Esto lo sabemos, y muchas veces, lo padecemos muy bien los trabajadores de salud.
Sabemos que el campo de la salud mental es heterogéneo y está aquejado por la fragmentación y segmentación del sistema de salud en su conjunto, así como por intereses corporativos y posicionamientos en pugna. Es urgente…transversalizar sus saberes y nutrirlos de participación, transformar sus modelos de atención hacia prácticas comunitarias en SM para alojar a las subjetividades más vulneradas, y trascender la idea de derechos humanos, como núcleo constitutivo de la salud mental, desde el ámbito meramente jurídico hacia la constitución de actores sociales capaces de lucha y organización de sus reclamos.» [2]
Y es así que mientras los «brotes» epocales empiezan a pincelar otros recorridos, las tramas de construcción colectiva refuerzan su potencia de acción y lucha, haciendo base en los territorios se teje lazo,bregando por alojar los relatos en primera persona de las personas con sufrimiento mental y sus familias, por abrazar y acompañar sus padecimientos, por pausar y escuchar a trabajadoras y trabajadores, instando a leer con gafas violetas los textos con letras multicolores, celebrando se habiliten en las academias espacios para la formación en Salud Mental Comunitaria [3], y se destine mayor presupuesto sanitario a Salud Mental [4]
Mientras tanto no nos distraemos, seguimos en alerta, con las banderas en alto por la defensa de todos los derechos de toda la población, historizando para construir memoria colectiva…SIN MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA NO HAY LIBERTAD.
(*) Trabajadora de la Salud Mental y activista de Derechos Humanos.
[1] https://www.argentina.gob.ar/salud/mental/encuentro-nacional
[2] Verónica Laplace. Lic. en Psicología. Trabajadora de la Salud Mental. Presidenta del Consejo Consultivo de Salud Mental y Adicciones. Coordinadora de la Secretaría de Salud de la APDH
[3] https://www.telam.com.ar/notas/202309/639382-salud-mental-encuentro-diplomatura-comunitaria.html
[4] https://www.telam.com.ar/notas/202309/639496-argentina-presupuesto-sanitario-salud-mental.html
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