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Cualquier padre/madre sabe que llega una edad en la que es normal que los niños y niñas se muestren renuentes a dar besos y abrazos a conocidos o familiares. Si eres de los que lo obligan a hacerlo debes saber que estás cometiendo un error.

Obligar a los niños y niñas a tener una muestra de afecto que no les nace no los vuelve más sociables sino más vulnerables al desarrollo de conductas sexuales de complacencia. Lo que sí se le puede (y debe) solicitar a un niño/a es que trate a los otros con respeto, pero nunca que haga demostraciones solamente por contentar a dicha persona o al adulto que se lo indica.

Ellos/as deben tener siempre el control de las elecciones en lo referente a su cuerpo y a la forma en la que interactúan con  otros, ya que, mientras más rápido asimilen que tienen el total derecho de decidir qué hacer y con quiénes, mejor será su desarrollo personal y más positiva su visión sobre sí mismos, aprendiendo a respetarse y a cuidarse siempre, sin importar lo que digan los otros.

Irene van der Zande, cofundadora y directora ejecutiva de Kidpower Teenpower Fullpower International, una  agrupación sin fines de lucro especializada en ofrecer información sobre prevención de la violencia y seguridad personal, comenta: “Cuando forzamos a los niños a someterse al afecto no deseado para evitar ofender a un familiar o lastimar los sentimientos de un amigo, les enseñamos que sus cuerpos en realidad no les pertenecen porque tienen que dejar a un lado sus propios sentimientos sobre lo que se siente bien para ellos”.

Un niño tiene derecho a no dar besos ni abrazos si no quiereCuando obligamos a un niño a abrazar o besar a alguien, aun cuando él no lo sienta, es, de alguna manera, hacerlo más vulnerable a situaciones de riesgo, sobre todo si tenemos en cuenta el alto porcentaje de casos de abuso infantil en conocidos o familiares del niño.

Con información de: reevo.org

Violencia en la infancia

La violencia está presente en nuestra sociedad moderna y cada vez es más frecuente en niños/as y adolescentes. Cada vez son más las noticias sobre violencia en la infancia. Nos almaros con una pasividad asombrosa ante los actos de violencia que tienen como protagonistas menores agresores y víctimas. Ponemos el grito en el cielo, escandalizados por la situación, a menudo compartirnos la noticia en nuestras redes sociales, comentamos nuestro disgusto y nuestra rabia, y nos convertimos en observadores, que juzgan, critican y se alarman pasivamente.

La violencia en la infancia es un reflejo de la sociedad, de los valores que los adultos transmitimos a nuestros niños y niñas, de la doble moral que imponemos desde la comodidad de nuestras casas.

¿Por qué los niños y niñas actúan con violencia?

Los niños y niñas están acostumbrados a ver actos violentos, en su día a día, en los medios de comunicación, a través de personajes públicos, de personajes de influencia, e incluso de sus propios familiares. Los niños y niñas están acostumbrados a ver pequeñas faltas de respeto, bromas fuera de tono, actos violentos que los adultos toleran, e incluso les parecen graciosos.

  • Cuando los adultos, utilizan el sentido del humor para rebajar, e incluso humillar a otros por ser diferente. El niño/a no tiene el sentido crítico de un adulto, no siempre comprende la ironía, y puede confundirse con ciertas bromas.
  • Cuando los adultos refuerzan comportamientos aparentemente inocentes de los niños y niñas, como reírse de un compañero de clase. “No pasa nada porque es raro, y total no nos oye.”
  • Cuando nosotros mismos somos violentos con otras personas, o promovemos la violencia en los niños/as y adolescentes. A veces, pensamos que si no hay violencia física, no hay violencia, pero cuando le decimos a nuestros hijos e hijas que no se vaya con cierta persona porque es diferente, ponemos adjetivos a otros niños o niñas por su comportamiento o diferencias, etc. Les estamos enseñando que la violencia es un modo aceptable de comportarse.

 

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga y Pedagoga

@educa_aprende

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