Por Luis Hornstein, psicoanalista.
El flagelo de la violencia de género impacta. Obedece a múltiples factores. El cambio de roles ocupa un lugar preponderante. Como ser hombre o mujer no es universal sino propio de determinada cultura, ¿qué valor se les asigna en varones y mujeres al trabajar y al cuidado de la casa? Frente al estallido de las normas tradicionales, el individuo cuenta con una guía interior que extrae de la mirada de los otros y de la suya propia. Pero esa mirada también supone ser exitoso en diversos registros: físico, estético, sexual, psicológico, profesional, social. Así como propone diversos modelos deseables de la relación hombre-mujer.
¿Cómo entender los conflictos que acarrean en las parejas estos cambios? ¿Qué códigos apoyan estos ideales y cuáles son sus consecuencias en las parejas y la violencia de género? En los hombres con baja autoestima predominan las emociones negativas (vergüenza, cólera, inquietud, tristeza, envidia, sensación de vacío y tedio); padecen un sentimiento de vulnerabilidad al sentirse amenazados por los cambios.
Por la mayor autonomía de las mujeres pueden incrementarse los celos patológicos, que se basan en una concepción errónea de lo que es una relación afectiva. Esos celos parten de una concepción primitiva: amar consistiría en poseer. Los celosos nunca disfrutan de su alegría, se limitan a vigilarla. El celoso teme que sus cualidades no basten para retener a su pareja. De ahí la voluntad de examinar, intimidar y aprisionar. No pocas veces son el origen de la violencia de género.
Los hombres son criados en nuestra sociedad para ser exitosos, restringiendo la expresión de emociones. Ser “fuerte” significa soportar dolor físico y psíquico desvalorizando los afectos (en particular la tristeza). Ser “fuertes” es encarar la adversidad sin demostrar emociones (señal de debilidad).
En ese sentido, el desafío actual es cómo lograr un nuevo modelo de masculinidad en el que sea posible la expresión de afecto y ternura. Y que condene el ejercicio de la violencia como manifestación de conflictos.
Fuente: Noticias Urbanas