Cantante, compositora, conductora radial y profesora de canto, Lina Avellaneda nos regala con su voz posada y pausada reflexiones sobre el arte de cantar lo popular, su aprendizaje y el mundo del tango, pasiones a las que dedica su vida. Recorramos con ella un camino hecho de familia musical y compromiso, escuelas formadoras, escenarios y también pérdidas, que sin embargo, nunca la detuvieron.
Por Adriana Pedrolo*
para Diario Digital Femenino
Foto de Portada: Ramón Roberto Velázquez
AP:- Contanos Lina, cómo fue que llegó el canto a tu vida.
LA: -Llegó de la mano de mis viejos y desde muy pequeña en Sarandí, conurbano sur de Buenos Aires. Los dos cantaban, mi viejo más profesionalmente, aunque lo que más hacia era recitar. Mi madre cantaba y mi abuela materna cantaba también, muchísimo.
AP: – Tenés una formación vocal, musical y teatral. ¿Qué es para vos un “espectáculo”?
LA: -Para mí un espectáculo es toda aquella presentación que, además de tener un condimento elegido por cada artista (que puede ser temático, escenográfico, teatral, etc.) debería entretener, lograr la atención del espectador, lo que es algo muy difícil en un espectáculo de dos horas o de una hora y media. Un espectáculo sería aquel que reúne ciertas características – por la dinámica, los cambios de ritmo, la presencia de algún audiovisual o algún hilo conductor, que permiten atrapar y entretener esa atención.
AP: -Siempre cantaste mucho y con amor el tango. ¿Cómo es el mundo del tango para una mujer artista?
LA:-Para mi generación el tango no fue fácil, de hecho a mí me han dicho varias veces “el tango no es para la mujer” o por ejemplo, me han puesto reparos en el repertorio, y entonces me ha pasado de cantar un tipo de repertorio que sí, es considerado más femenino. Me han sugerido, por ejemplo, elegir los temas que cantaba Libertad Lamarque, Tita Merello o Ada Falcón, en lugar de cantar por ejemplo Pasional o Recuerdo. A esos temas se los llaman «femeninos», como Cantando…también….
AP: -¿Sentís que algo está cambiando en el tango?
LA: -Me parece que esto hoy en día ya no es tan así, por lo menos van quedando menos dinosaurios. Aunque a veces encontramos que los dinosaurios pueden ser jóvenes. A veces una escucha letras de gente de 40, 50, 60 años -o sea de nuevas generaciones- que hablan de arrabales, de faroles en la calle empedrada y de una Buenos Aires que no existe más y sin embargo, son letras escritas hace un rato.
La verdad que del tango y las mujeres pienso lo mismo que de la ingeniería y las mujeres, del folclore y las mujeres, y de cualquier otra disciplina artística, política, económica, literaria, etc. La mujer puede hacer lo mismo que el hombre, la única diferencia es que le pagan menos siempre. Nunca me puse a pensar que por ser mujer no le quede bien el fuelle[1] o lo que fuera.
AP: – ¿Crees entonces que ha cambiado algo en el tango de hoy?
LA: -Creo sí que por suerte cambió lo arquetípico (ya no lo es), el tema del género se ha visto reflejado en letras, en letras disidentes que ya no caen en estereotipos machistas como antes. Los intérpretes vocales también: Ya no son una soprano al estilo del Bel Canto o un tenor abaritonado con todo el bagaje de formación tradicional. Esto es así. Ahora, si eso es lo aceptado mayoritariamente, si eso hace que el mercado –cada vez más pequeñito, más chiquitito del tango aquí y en el mundo, lo consuma mayoritariamente – no, la verdad que no. Todavía siguen pidiendo las voces que dejaron presas las películas (las femeninas bien agudas) y en Europa piden para el tango bailado el tajo en la falda y las lentejuelas. Los cambios están, pero están luchándola por abajo, digamos, desde un lugar outsider.
AP: – ¿Desde cuándo enseñás el canto y qué buscas transmitir a tus alumnos en tus clases?
LA: – Hace muchos años que enseño, empecé con amigos y amigas, en forma prácticamente desinteresada, lo que yo ya había aprendido en el Conservatorio Nacional con una formación de Bel Canto, más bien lírica pero desde hace treinta años me instale en un estudio aquí en la zona sur y ahí profundicé con charlas, con entrevistas, con foniatras y fonoaudiólogas amigas, con médicos incluso, todo lo que tiene que ver con el aparato fonatorio y todo lo que tiene que ver con la oratoria, la locución, la voz hablada y cantada. Desde que se empezó a hablar de Escuela de Música Popular presté mucha atención. Amigos míos fundaron la Escuela Popular de Avellaneda y ahí varias maestras de canto que veníamos del Conservatorio Nacional –hoy la UNA- advertimos que realmente lo popular tiene otro tipo de resonancia, mucho más baja, más conversacional, y donde los pasajes de la voz humana de la mujer son mucho menos “copertos” (cubiertos), como se suele utilizar en el campo tradicional o lírico. Pero realmente, del Bel Canto venimos casi todos, adecuamos las enseñanzas para no alejarnos tanto de la canción popular.
En otra época sí se usaba incentivar una escuela más lírica para las mujeres en el tango, de hecho, Aida Luz o Susy Leiva y varias más cantaban “todo de cabeza” como se suele decir, todo muy cubierto. Pero de hecho no es tan popular desde hace bastante tiempo y yo coincido en que lo popular es lo más cerca de las voces que escuchamos a diario, así que se trabaja distinto la colocación y la proyección del sonido. Después en lo básico, la respiración, el sostén del aire, los resonadores, la articulación y todo lo que tiene que ver con la cabeza también, -porque en definitiva la cabeza manda mucho así como lo corporal también- viene de allá, de las enseñanzas tradicionales.
AP: – ¿Cuál es tu vínculo con los espacios nuevos que se van abriendo en el mundo del tango?
LA -En los que me llaman y convocan a sumarme me sumo, aunque no siempre se concreten las presentaciones. Supongo que tendrá que ver con lo generacional. En mi caso vengo cantando cuestiones muy abarcativas que hablan de la discriminación, de la pobreza, del género, desde hace muchísimos años. Ya mi madre era feminista y militaba en la U.M.A (Unión de Mujeres de la Argentina)[2] y una hereda ese feminismo fuerte, basado en esto de la igualdad de oportunidades.
AP: – Muchas personas no conocen la historia de lucha de tu familia y el duro costo que le tocó pagar. ¿Cómo impactó en tu vida el secuestro y asesinato de tu querida hermana Graciela Pane, en 1975?
Sin duda lo de mi hermana afectó a mi vida y el canto lo que hizo fue hacerla mucho más llevadera, meter mi cabeza en cosas mucho más dulces, positivas, amorosas, y empáticas. Acercarme definitivamente a la música cuando yo tenía en bebé de 8 meses en un momento de dictadura fue para mí -literalmente- una salvación, un bálsamo tremendo. Pero ya venía de antes, no fue una cosa que decidí luego del secuestro y asesinato de Graciela. No, de ninguna manera. Juntas habíamos hecho canciones para la OTI[3]. Ella era pianista, una gran pianista, además de bailar de chiquita clásico, estaba muy emparentada con la música, yo en cambio tocaba la guitarra y hacíamos música juntas, que luego continué sola.
AP: – Acabás de publicar un libro: “Cartas a Gracielita”, en el que dialogás con tu hermana desde la niña que eras a la mujer que sos. ¿Cómo fue la escritura de este libro tan íntimo y al mismo tiempo tan lleno de memoria colectiva?
LA: – Es un libro que tardé 46 años en escribir, no podía. Me atravesaba el dolor y había mucho bloqueado. Pero los Organismos de Derechos Humanos pidieron a los familiares que tratáramos de documentar el diario vivir de nuestra gente, para que las víctimas del terrorismo de estado no quedaran solo englobadas en un número. La Pandemia hizo el resto. Dije es ahora o no será. Y salió como pude, en forma de pequeñas cartas diarias a ella, inventando un dialogo que la describe en toda su inteligencia, en todo su coraje y su hermandad. Lo prologó Taty Almeida y lo editó la Municipalidad de Avellaneda. Se baja gratuitamente de www.gracielacarmenpane.com.ar
AP: -Por último, contanos un poco de tu trabajo radial.
LA: -Desde hace un tiempo conduzco Té Chino, en Radio Guarany (www.radiohioracioguarany.com.ar) Salimos los jueves de 18 a 20 y por Radio Cultura (www.radiodecultura.com.ar) los miércoles de 22 a 24. (Se pueden bajar ambas apps).
La propuesta de Té Chino surgió de esta idea: Desde un arco iris de tés chinos vamos vinculando cada color con temas diferentes como el amor, la luz, la nobleza, la identidad, la ancestralidad… y a todo le agregamos música, canciones, cuentos y poesía de los grandes. Una novedad: En pocos días se suma FM LA TECNO 88.3 de Avellaneda los viernes de 20 a 22.
(*)Cantautora, escritora, comunicadora, docente de canto y poetiza.
[1] Fuelle: Nombre en lunfardo del bandoneón adoptado por su similitud con el instrumento: Se trata de una especie de caja con paredes plegables o flexibles que cuando se llena de aire se abre y para expulsarlo se cierra. Se lo utiliza para atizar el fuego.
[2] Para saber más de la Unión de Mujeres de la Argentina en la segunda mitad del S XX este artículo proporciona mucha información: https://journals.openedition.org/amnis/2097#:~:text=5La%20Uni%C3%B3n%20de%20Mujeres,para%20los%20heridos%20de%20guerra.
[3] Festival OTI: La Organización de Televisión Iberoamericana organizaba desde los años 70 un Certamen de canto en el que cada país que la integraba presentaba una canción.