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Enrique Stola. (Gentileza Infobae)

El médico psiquiatra considera que el feminismo agrietó las formas históricas de dominación machista y habilitó discursos.

Por Matías Calderón

Enrique Stola, médico psiquiatra y referente nacional en materia de violencia de género, analizó para La Voz el fenómeno actual del aumento de denuncias.

“La lucha de las feministas, del amplio movimiento de mujeres y del movimiento LGTBIQ abrió grietas en las formas en que se expresa la dominación masculina en la sociedad patriarcal. Si bien el discurso machista y su materialidad, las instituciones del Estado, siguen siendo hegemónicos, lo cierto es que en el imaginario social circulan otros discursos y el posicionamiento de los cuerpos en los espacios público y privado ya no es ni está como los machos quieren. Esto es un avance. Quizás lo que haya que preguntar es por qué hay mujeres que siguen sin denunciar agresiones sexuales, el acoso laboral y callejero, por qué siguen sin denunciar abusos sexuales que sufrieron de niñas o adolescentes, por qué siguen sin denunciar la violencia que cotidianamente sufren en sus casas, por qué siguen sin denunciar el sexismo, la discriminación racial, sexual, económica y de clase. Y entonces, si intentamos responder, la mirada se orientará hacia la estructura socioeconómica y cultural en la que estamos inmersos y los poderes que la gestionan, que son siempre poderes de machos. El Estado todavía no ha producido (¿y lo hará?) las modificaciones que den rápida respuesta a tantas denuncias, por lo que a miles de mujeres sólo les queda la posibilidad de hacerlas en las redes sociales y un pequeño porcentaje de ellas puede ir con algún éxito al Poder Judicial”, afirma.

–¿Los varones actúan por imitación ante las noticias?

–Los machos agresores sexuales no actúan por imitación. Son misóginos, tienen un profundo desprecio por lo que dicen o pueden sentir las mujeres y las diversidades sexuales. Puede suceder que cuando concretan una violación grupal, alguno de ellos participe obligado por el líder, pero será por sometimiento y no por imitación. Los medios le deben un servicio a la sociedad en este sentido: las denuncias las deben realizar con activa participación de las feministas, principalmente periodistas y comunicadoras, investigadoras y activistas sociales. La dominación masculina ya no tiene la solidez de años atrás. Esto permite que en los medios de comunicación y en todas las prácticas sociales haya hombres o grupos de hombres que de buena fe empatizan con la lucha de las mujeres y los cambios sociales que ellas generan, mientras algunos pocos profundizan esa empatía leyendo textos feministas y modifican conductas que expresan el sostenimiento de los estereotipos sexistas impuestos por la cultura. Pero la inmensa mayoría de varones está aún muy atrás de la pacífica revolución que producen las feministas y es un serio problema, pues es esa masa de hombres y de mujeres colonizadas por las creencias machistas el contexto en donde se juegan las violencias.

–¿Cómo definiría los actos de violación?

–No hablaré de violación en términos jurídicos. Lo haré desde una perspectiva feminista. Hay violación donde hay un cuerpo sin libertad ni deseo sometido al poder y al deseo del otro. Esto sucede una noche en una calle solitaria cuando el agresor viola para “enseñar que a esa hora no hay que estar sola”; cuando un grupo viola para “corregir a una mujer lesbiana” y en la intimidad del hogar; en la iglesia o en una escuela, en un hotel o en un festival.

 

 

Fuente: Enrique Stola
publicado en La Voz

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