
El libro de la literatura infantil, “Un elefante ocupa mucho espacio”[1] es un libro de Elsa Bornemann que fue prohibido por decreto durante la dictadura militar en el año 1977, acusado de adoctrinamiento. Esto nos serviría para analizar la cultura del odio, ya sea ante una foto, una película, una actriz, una figura penal o una ley.

Por Diego Oscar Ortiz*
El verano nos sorprende entre otras cosas con la publicación de una foto de una famosa mujer trans caminando con su cónyuge en la playa. Los comentarios en redes sociales generalmente denotaron crítica y crueldad sobre el cuerpo de la famosa (como lo suelen hacer en cada noticia que se publica sobre la misma), que se le notan los genitales, que realmente es un hombre, que está haciendo el ridículo, que no es como otra famosa trans, etc. Parecería que la foto de este cuerpo en este contexto político y social genera ardor y molestia, se aparta del ideal de belleza normado por los heterosexuales ( y del que ellos esperan de una mujer trans), del cuerpo que se espera que no desagrade, como el título de la columna, parecería ocupar mucho espacio. La frase que escuchamos o vemos en las redes sociales, “de los cuerpos ajenos no se opina” parecería un anhelo del pasado lejano o que no se aplica con esta foto, algo tan imperativo y tan cruel.
Otra de las noticias que nos da el verano es sobre cine. Una película es nominada a varios premios internacionales entre ellos al de mejor película en la entrega de los Oscars y la actriz trans protagonista de la película es nominada en la entrega de la estatuilla dorada. Estas noticias hicieron efecto espejo con una catarata de comentarios en las redes sociales criticando a la protagonista, sus opiniones, el acento de las actrices, la opinión del director sobre el idioma español, comentarios sobre el cuerpo de la actriz trans, etc. El interrogante que se genera es: ¿Molesta el argumento de la película, que sea nominada a los premios de la Academia o que sea protagonizada por una trans y por mujeres?, ¿Por qué tanto boicot sobre una película?[2].
Como corolario, otra película nominada a los Oscars que generó menos polémica, es sobre una empresaria con mucho poder que conoce a un pasante iniciando un viaje de exploración sexual del cual no se va poder detener. Una película que se enfoque en la sexualidad de la mujer es una perla para estos premios. (Después podríamos debatir sobre el contenido de la película).
En el ámbito político, desde la Presidencia y del Ministerio de justicia, se habló de eliminar la figura del femicidio. El presidente sostuvo: “Llegamos al punto de normalizar que en muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima. Legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”[3]. Del mismo modo, el ministro de Justicia de la Nación, dijo en su cuenta oficial de X: “Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra”[4].

El término feminicidio o femicidio es una palabra que califico como “social y cultural”, ya que está en boca de los medios (con las críticas que ameritan algunos), de los operadores y operadoras de la temática ( más allá de los criterios propios de cada profesional), de la sociedad. ¿Cómo borrar una palabra tan necesaria que encuadra los asesinatos de mujeres por razones de género?, ¿Cómo sacar de nuestro lenguaje una herramienta que nos permite visibilizar una temática?. Lo peor que los casos persisten en esta cruzada constante contra este flagelo y borrar una palabra no contribuye en la lucha incesante.
Martín Di Fiore sostiene que: “El reciente discurso del presidente en Davos sobre la eliminación del feminicidio y otras políticas de género no es casual ni aislado. Es, en cambio, el eco de un discurso común que escuchamos con frecuencia en los dispositivos grupales para varones que ejercen violencia: ‘No es para tanto’, ‘Eso no existe’, ‘Las mujeres tienen privilegios'». Este tipo de negaciones no son simples opiniones; son estrategias para perpetuar las desigualdades y el control, invisibilizando las estructuras de poder que sostienen la violencia de género[5].
De la frase del discurso, llama la atención primero la ligereza del tratamiento del tema, sabiendo que cada cierta cantidad de horas asesinan a una mujer y no para robarle la cartera sino por razón de género, por la naturalización e invisibilización de la violencia del agresor, (pareja, ex pareja, desconocido), por la legitimidad de un sector de la sociedad al accionar de los agresores.
Es cierto, que el art 16 de la Constitución nacional plantea que todos los habitantes son iguales ante la ley y que ninguna vida vale más que otra, pero para los agresores (que no son pocos), la vida de las mujeres no vale nada para violarlas, matarlas, arrojarlas a la basura y quemarlas y el derecho debe regular estos crímenes. Los hombres no somos violados, no nos asesinan por ser hombres, nuestras pareja no nos prende fuego por celos y así sigue la lista de privilegios[6]. Entre los privilegios, Delgado se plantea cosas como “nos pagan más por hacer lo mismo”, “podemos salir a la calle sin miedo”, “como camarero nunca he tenido que aguantar que me toquen en el trabajo”, “no nos ningunean por jugar a videojuegos”, “no nos echan por pedir la licencia por maternidad” y un largo etcétera. Estos no resultan privilegios en sí mismos, sino que se convierten en privilegios cuando a las mujeres se les niegan derechos como el de un sueldo equitativo, seguridad urbana, no ser cosificadas sexualmente o no ser desvaloradas a priori[7].
Ahí está la notoria desigualdad de género que se reproduce sistemáticamente, ahí está la necesidad de nivelar la violencia estructural con intervenciones adecuadas. Por eso, los tres poderes deben estar atentos a esta realidad insoslayable, sancionando o fortaleciendo normas que visibilicen esta desigualdad y protejan, manteniendo programas de atención para las mujeres y disidencias en situación de violencia, juzgando con perspectiva de género y diversidad.
De los comentarios anteriores, también denoto desconocimiento de la temática y de la legislación. Los arts. 1 y 2 de la ley 26791[8], incorpora algunos incisos del artículo 80 del Código Penal. El art 80 sostiene: Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua…al que matare: Inciso 4°. Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión. Inciso 11. A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.
Como cierre de esta columna, en el programa “Te escucho” de Luisa Delfino del año 1991, una madre estaba preocupada porque su hijo tenía una novia travesti y la iba traer a comer, ¿Qué hago?, le pregunta a la conductora. “Hacele ravioles”, le contesta. Nada más sencillo para una madre que ser feliz por la felicidad de un hijo que quiere ser feliz con su novia. Esta respuesta tan necesaria y tan vigente debería ocupar mucho más espacio que el odio que se intenta propagar.

(*) Abogado, Profesor Universitario en Ciencias Jurídicas, Especialista en Violencia Familiar, autor de libros y artículos de su especialidad. Columnista de Diario Digital Femenino.
Referencias
[1] Link del cuento: https://www.youtube.com/watch?v=mKPLkBznO1U
[2] También se había criticado en menor medida la película, “La sustancia”.
[3] CORTI, Delfina, Javier Milei buscar eliminar la figura del femicidio, Chequeado, 30/01/25, https://chequeado.com/el-explicador/javier-milei-busca-eliminar-la-figura-del-femicidio-por-que-se-implemento-y-que-dice-la-legislacion-internacional-y-nacional/
[4] CORTI, Delfina, Javier Milei buscar eliminar la figura del femicidio, art cit.
[5] DI FIORE, Martin, Cuando no ven la violencia es porque la ejercen, Diario Digital Femenino, 28/01/25, https://diariofemenino.com.ar/df/cuando-no-ven-la-violencia/
[6] Leer ORTIZ, Diego, Un pacto para abusar, Diario Digital Femenino, 22/09/24, https://diariofemenino.com.ar/df/un-pacto-para-abusar/
[7] DELGADO, Leonel, ¿Existen los privilegios masculinos?, El Salto, 15/09/19, https://www.elsaltodiario.com/opinion/existen-los-privilegios-masculinos-
[8] Sancionada: 14/11/12, https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-26791-206018/texto
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