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Política Sexual de Kate Millett
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Te cuento sobre: Política Sexual
Te cuento sobre: Política Sexual

El dominio sexual es tal vez la ideología más profundamente arraigada en nuestra cultura, por cristalizar en ella el concepto más elemental de poder.

El sexo reviste un carácter político que, la mayoría de las veces, suele pasar inadvertido.

Sean cuales sean las diferencias sexuales “reales”, no las conoceremos hasta que ambos sexos sean tratados con paridad.

El concepto del amor romántico es un instrumento de manipulación emocional que el macho puede explorar libremente, ya que el amor es la única condición bajo la que se autoriza (ideológicamente) la actividad sexual de la hembra.

El profundo cambio social que implica una revolución sexual atañe sobre todo a la toma de conciencia, así como a la exposición y eliminación de ciertas realidades, tanto sociales como psicológicas subyacentes a las estructuras políticas y culturales. Supone, pues, una revolución cultural que, si bien ha de llevar consigo esa reestructuración política y económica a la que suele aplicar el término revolución, tiene que trascender necesariamente dicho objetivo.

«Política Sexual» (título original en inglés: «Sexual Politics») es un influyente libro publicado en 1970 por la feminista estadounidense Kate Millett. Este libro es considerado uno de los textos fundamentales del feminismo de la segunda ola y ofrece un análisis profundo sobre la relación entre el poder, el género y la sexualidad.

Resumen de Política Sexual de Kate Millett

Concepto de política sexual:

En el concepto de política sexual, Millett introduce la idea de que las relaciones entre los géneros son fundamentalmente políticas. Para ella, el patriarcado es un sistema de poder en el que los hombres mantienen el control sobre las mujeres a través de múltiples mecanismos sociales, culturales y económicos.

La «política sexual» se refiere a la forma en que el poder y la dominación masculina se establecen y se perpetúan en la sociedad, especialmente en el ámbito de la sexualidad y las relaciones personales.

A la par, realiza un análisis de la literatura, un análisis análisis crítico de las obras de varios autores masculinos prominentes, como Henry Miller, D.H. Lawrence, Norman Mailer y Jean Genet. Ella argumenta que sus representaciones de la sexualidad y las relaciones de género reflejan y refuerzan las estructuras de poder patriarcales. A través de estos análisis, Millett muestra cómo la literatura ha perpetuado estereotipos de género y ha contribuido a la opresión de las mujeres.

Sobre el patriarcado y poder, en el libro sostiene que el patriarcado no solo es un sistema cultural sino también político. Es mantenido a través de instituciones como la familia, la educación, la religión y el trabajo. Estas instituciones socializan a hombres y mujeres en roles de género específicos y jerárquicos. Argumenta que la sexualidad es una herramienta política utilizada para mantener la supremacía masculina y el control sobre las mujeres.

Critica el esencialismo biológico al rechazar la idea de que las diferencias de género y la subordinación de las mujeres sean naturales o biológicas. En su lugar, argumenta que estas son construcciones sociales impuestas por una cultura patriarcal. Sugiere que la biología no debe determinar las funciones sociales y que las mujeres deben tener el derecho de definirse a sí mismas fuera de las restricciones de los roles de género tradicionales.

El feminismo

Millett ve al feminismo como un movimiento político crucial para la liberación de las mujeres. Aboga por un cambio radical en las estructuras sociales y culturales para desafiar y desmantelar el patriarcado. Cree que la lucha feminista debe ser integral, abarcando tanto la esfera pública como la privada, y enfrentándose a todas las formas de opresión de género.

La relevancia de este libro

«Política Sexual» tuvo un impacto significativo en el pensamiento feminista y en el movimiento por los derechos de las mujeres. Introdujo un marco teórico que permitía entender la opresión de las mujeres como un problema sistémico y no solo como una serie de injusticias aisladas. Alentó a las feministas a cuestionar las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad de género y a luchar por una transformación social radical.

El libro sigue siendo una obra de referencia en estudios de género y feminismo, y ha influido en generaciones de activistas y académicas en su enfoque hacia la igualdad de género y la justicia social.

 

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