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Lo simbólico en el lenguaje y la comunicación tiene una importancia fundamental, ya que los símbolos son la base sobre la cual construimos significado y entendimiento en nuestras interacciones sociales. En este contexto, «lo simbólico» se refiere a los signos, símbolos, metáforas y convenciones culturales que utilizamos para representar ideas, emociones y conceptos.

El signo lingüístico y lo simbólico

Aunque Ferdinand de  Saussure no desarrollara explícitamente una teoría de «lo simbólico», su noción de arbitrariedad del signo lingüístico sugiere que los signos pueden ser considerados como símbolos en el sentido de que no tienen una conexión natural con lo que representan. En este contexto, el término «símbolo» se refiere a algo que representa o evoca otra cosa por convención más que por semejanza directa.

Distingue, no obstante, entre el signo lingüístico y otros tipos de signos que podríamos considerar simbólicos:

  • Símbolos en sentido más estricto (como una balanza que simboliza la justicia) suelen tener alguna conexión motivada, aunque sea mínima, con lo que representan.
  • Signos lingüísticos, son completamente arbitrarios en su relación entre significante y significado.

Por lo tanto, según Saussure, mientras que los símbolos pueden tener algún grado de motivación en su relación con lo que representan, los signos lingüísticos son puramente arbitrarios y son establecidos solo por convenciones lingüísticas dentro de una comunidad.

En síntesis, aunque Saussure no habla de lo «simbólico “de manera explícita, su teoría del signo lingüístico proporciona una base importante para entender la naturaleza arbitraria de los signos y, por extensión, de los símbolos en el lenguaje. Su trabajo subraya cómo el significado en el lenguaje se construye social y culturalmente, más que basarse en conexiones intrínsecas entre palabras y sus referentes.

¿Qué importancia tiene lo simbólico en el lenguaje y la comunicación?
¿Qué importancia tiene lo simbólico en el lenguaje y la comunicación?

¿Por qué lo simbólico es tan importante?

El primer aspecto a considerar es la construcción del significado. El lenguaje es esencialmente un sistema de símbolos: las palabras, gestos y signos no tienen un significado inherente, sino que adquieren significado a través de las convenciones sociales y culturales. Esto significa que el proceso de comunicación no solo transmite información, sino que también construye y comparte significados entre las personas. Lo simbólico permite entenderse y conectarse en un nivel más profundo al compartir experiencias y conceptos abstractos.

Otro punto es que lo simbólico permite a las personas representar y comunicar conceptos abstractos que no podrían expresarse fácilmente de otra manera. Por ejemplo, conceptos como el amor, la libertad, la justicia y la identidad no tienen una referencia física directa, pero podemos discutir y reflexionar sobre ellos a través del lenguaje simbólico, como metáforas, historias y símbolos culturales.

Saussure define al signo lingüístico como la relación arbitraria de un concepto –o significado- y una imagen acústica –o significante- en virtud de las convenciones establecidas por el sistema de la lengua.

El uso de símbolos y metáforas en el lenguaje facilita el pensamiento complejo y crítico. A través de símbolos, las personas pueden abstraer, generalizar, y pensar de manera metafórica, lo que es esencial para la creatividad, la resolución de problemas y la innovación. Por ejemplo, la metáfora del «vaso medio lleno o medio vacío» no solo describe una situación, sino que invita a reflexionar sobre la perspectiva y la actitud ante los eventos.

Desde nuestro punto de vista, lo simbólico juega un papel crucial en la construcción y expresión de identidades individuales y colectivas. Los símbolos pueden ser utilizados para identificar a personas con ciertos grupos, ideas o movimientos culturales. Por ejemplo, la bandera de un país, el logo de una empresa o un himno nacional son símbolos que refuerzan identidades colectivas y promueven la cohesión social. A nivel individual, las personas utilizan símbolos para expresar aspectos de su identidad, como la ropa, los tatuajes, o los accesorios que eligen.

Lo simbólico también es crucial para comunicar emociones. Las palabras y los gestos no solo transmiten información factual, sino también sentimientos y estados emocionales. Por ejemplo, una sonrisa o una lágrima son símbolos de emociones específicas que pueden ser comprendidos por otras personas sin necesidad de una explicación verbal. En la literatura y las artes, los símbolos se utilizan a menudo para evocar emociones complejas y matizadas.

Además, son herramientas poderosas para establecer y reforzar normas sociales y culturales. Los sistemas de valores y normas que rigen el comportamiento dentro de una sociedad están a menudo codificados en símbolos y narrativas compartidas, como las leyes, las políticas públicas  y las tradiciones culturales. Estos símbolos proporcionan un marco de referencia común que guía el comportamiento social y permite la convivencia en comunidad.

Lo simbólico es esencial en el lenguaje y la comunicación porque permite la construcción de significado, facilita el pensamiento abstracto y crítico, refuerza identidades y culturas, regula normas sociales, comunica emociones, y actúa como un medio para la expresión de poder y resistencia. El lenguaje simbólico no solo nos permite transmitir información, sino que también nos conecta a nivel emocional y cultural, creando una base común para la interacción humana y la sociedad.

¿Qué importancia tiene lo simbólico en el lenguaje y la comunicación?
¿Qué importancia tiene lo simbólico en el lenguaje y la comunicación?

Cómo influyen las expresiones simbólicas negativas ¿Qué son?

Las expresiones simbólicas negativas en el lenguaje y la comunicación son aquellas que transmiten connotaciones desfavorables, prejuicios, estigmas, discriminación o mensajes que promueven la exclusión y la violencia. Estos símbolos y expresiones afectan las relaciones interpersonales y pueden perpetuar estructuras de poder injustas, reforzar estereotipos negativos, y contribuir a la marginalización de grupos o personas

Expresiones simbólicas negativas:

Entre ellas encontramos estereotipos y prejuicios. Los estereotipos son generalizaciones simplificadas y a menudo exageradas sobre grupos de personas basadas en características como raza, género, orientación sexual, religión, edad, o nacionalidad. Estas expresiones simbólicas negativas pueden llevar a la discriminación y a la violencia al deshumanizar o minimizar a personas o grupos.

El lenguaje discriminatorio y despectivo utiliza términos y expresiones que degradan a las personas por su raza, género, edad, orientación sexual, discapacidad, religión, entre otras características. Este tipo de lenguaje refuerza la desigualdad y puede tener efectos nocivos en la autoestima y el bienestar de quienes son objeto de tales expresiones.

Los más utilizados, sobre todo desde la llegada de las redes digitales, son los discursos de odio. Expresiones que atacan a personas o grupos basándose en características como la raza, el origen étnico, la religión, la edad, la franja etaria, el género, la orientación sexual, la discapacidad, entre otros. Este tipo de lenguaje incita a la violencia y fomenta el odio y la exclusión.

Por otro lado, y en cuanto a medios de comunicación se refiere, la propaganda a menudo utiliza el lenguaje simbólico de manera negativa para manipular a las audiencias y promover agendas políticas o ideológicas específicas. Esto puede incluir la repetición de mentiras, la demonización de enemigas, la glorificación de líderes o la perpetuación de sistemas, como por ejemplo el patriarcal que sostiene la supremacía masculina, las desigualdades sociales, dejando a las mujeres, niñas, niños y adolescentes como herramienta de uso del adultocentrismo, claro que masculino.

Conclusión

Las expresiones simbólicas negativas en el lenguaje y la comunicación tienen un impacto profundo en cómo percibimos a las demás personas y cómo nos relacionamos. Pueden perpetuar estereotipos, justificar la violencia, y crear divisiones sociales. Por ello, es crucial ser conscientes del poder de los símbolos y el lenguaje que utilizamos, y esforzarnos por fomentar un discurso que promueva la inclusión, el respeto y la dignidad para todas las personas.

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