¿Cómo pensar las infancias desde la mirada de la ESI? Desde el 2020, el festejo antes conocido como “Día del Niño”, cambió de nombre por el inclusivo Día de las Infancias. La propuesta, iniciada por una decisión del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través de la SENAF (Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia) busca posicionar un enfoque de derechos con perspectiva de géneros que promueva infancias libres, respetadas y diversas, teniendo en cuanta las transformaciones producidas en los últimos años en los planos social, cultural y normativo, con el objetivo de desnaturalizar inequidades. La nueva denominación busca abandonar la noción androcéntrica de «niño» como sujeto universal y homogéneo, entendiendo a las Infancias desde un enfoque plural.
Por María Inés Alvarado*
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La infancia constituye una etapa del ciclo vital del desarrollo humano que, según UNICEF, representa mucho más que la época que transcurre antes de que la persona sea considerada adulta. Si bien se mide en las edades que van desde el nacimiento hasta la mayoría de edad, se pretende poner el énfasis más en la calidad de vida que en un estado o condición del desarrollo. ¿A qué nos referimos con calidad de vida? A que puedan vivir la infancia en una vivienda digna, con educación accesible, alimentación sana y adecuada, donde puedan jugar y aprender sin miseria, con las mismas condiciones de accesibilidad, sin discriminación, sin sometimientos sexuales ni obligaciones laborales.
Para quienes trabajamos ESI, esta mirada de las infancias es una condición excluyente para pensar la inclusión y la igualdad de oportunidades. No hace falta salir muy lejos de la comodidad de nuestras casas para ver como la calidad de vida de NNyA puede variar entre un barrio y otro, de una ciudad a otra, de una región a otra, e, incluso, de una escuela a otra. Cuanto más se alejan de la infancia, en el paso hacia la vida adulta, más se marcan las diferencias entre quienes accedieron a una educación que apuesta a la inclusión y la integridad y quienes quedaron a la espera de otras oportunidades que la sociedad les negó.
La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, propone una definición de la infancia basada en los derechos humanos, posicionando así a este tratado como el primero en el ámbito internacional que considera los derechos de la niñez como una exigencia con fuerza jurídica obligatoria. La ley 26150, que desde hace quince años viene promoviendo acciones para garantizar el derecho a la información científicamente validada en relación a la sexualidad en nuestro país, también está basada en la defensa de los derechos humanos, específicamente en los de NNyA. ¿Qué debemos asegurar en las escuelas para que la ESI sea efectiva y se garantice en todos los ámbitos de la educación?
En primer lugar, reconocer que las infancias conforman un universo diverso, que a su vez viven en familias diversas o esperan ser parte de una familia a través de la adopción, habitan espacios diversos y por lo tanto asisten a escuelas diversas, donde les enseñan de manera diversa: hay quienes aprenderán idiomas, quienes tendrán la posibilidad de adquirir habilidades manuales o de aprender tareas rurales, hay quienes pueden acceder al uso individual de tecnologías con conexión a internet y quienes solo poseen un dispositivo compartido entre varias personas de su núcleo familiar; hay quienes sienten comodidad en el cuerpo con el cual nacieron, hay niñeces trans y niñes no binaries; hay niñas que sueñan con ser princesas y otras que patean penales; hay niños que juegan con autitos y otros que prefieren muñecos; hay niñeces con discapacidad y la lista puede seguir . No hay una única manera de vivir la niñez, por eso es imprescindible que, desde la ESI, trabajemos para asegurar que cada NNyA tenga garantizado el derecho a construir su identidad, social, cultural y de género de acuerdo con sus vivencias intrínsecas, personales y sociales, evitando el maltrato y la discriminación.
Las instituciones escolares deben promover esta forma de nombrar a las “infancias” para reconocer que cada NNyA es sujeto de derechos y garantizar que éstos se cumplan a partir de una perspectiva igualitaria y sin discriminación. Pensar las infancias desde la mirada de la ESI completa un enfoque plural y posibilita abrir puertas hacia la libre expresión de sentimientos y emociones, hacia el acceso a la información que les permita elegir y que brinde herramientas para superar estereotipos y prejuicios.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino