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Entrevistamos a la Dra. Moira Goldenhörn respecto del 17 de Octubre, fecha madre del Peronismo, y que encuentra al país atravesando un escenario político atípico en todos los niveles del Estado.

Moira es abogada feminista, Abogada, maestranda en Ciencias. Sociales y Humanidades, Docente especializada, Investigadora en Sociología Jurídica.

“La lealtad, como práctica política y valor humano, debe asumir matices comunitarios”
“La lealtad, como práctica política y valor humano, debe asumir matices comunitarios”

-DDF: ¿Qué significa para vos el 17 de Octubre?

-MG: Sin dudas, es la fecha del nacimiento del Peronismo como movimiento de masas, como movimiento de los trabajadores y trabajadoras organizados. La lealtad a quien reconoció derechos humanos en una clase desde siempre negada y maltratada, que es justamente la que produce la riqueza de la Nación.

-DDF: Y en este contexto ¿qué sentido le encontrás al 17 de Octubre?

-MG: Bueno, es un contexto difícil. El peronismo, en cuanto doctrina en algunos militantes y prácticas políticas en algunas dirigencias, parece estar ausente. Desde que falta formación política, con “cuadros políticos” que desconocen la Constitución Nacional de 1949 y hechos históricos básicos como la proscripción y criminalización del peronismo primero durante 18 años y las desapariciones después; hasta realidades palpables en la ciudadanía que son muy distintas de esa “realidad efectiva” que cantamos en la Marcha Peronista le debemos a Perón. Hoy tenés casi media planta trabajadora “registrada” como monotributista, sin aguinaldo ni vacaciones ni antigüedad ni salario familiar ni obra social ni acceso a la seguridad social, incluido el Estado Nacional como empleador. Son cosas que no se entienden. Por lo que es complejo para dar un sentido unívoco. Creo que en el peronismo nos debemos muchas conversaciones incómodas. Me genera mucha tristeza que se hayan hecho 3 actos en la Capital, no dan ganas de movilizar en un escenario de división, da la sensación de que la militancia termina siendo sólo un número en el aparato de alguien finalmente, que se cree mejor o más peronista que el resto. Y peronistas somos todos y todas, hay que sumar miradas para laburar por el Movimiento y dejar de hacer sectarismo. El pueblo trabajador está muy postergado, los sindicatos se siguen dividiendo, las bases sin formación política y alejadas de la conducción. Muy posmoderno todo, mucho individualismo.

-DDF: Me quedé pensando en lo que decías ¿en serio crees que peronistas son todos y todas?
-MG: (se ríe) A ver, sí, honestamente creo que sí, que todas son miradas del peronismo, multifacético y diverso, porque es un Movimiento. Hay quienes eligen lookearla con un maquillaje de peronismo en sus declamaciones o sus espacios con nombres que tienen gran significancia para la memoria del pueblo y en los hechos se olvidan del contenido; hay quienes en su hacer cotidiano dan muestras de lealtad a la doctrina pero están aislados; hay quienes quieren hacer movimiento pero tienen tanto miedo de ser desplazados que se repliegan sobre sus propias filas… Todo eso es peronismo, hasta los primeros, que cumplen la función de mantener viva la historia. También hay peronistas que se van y vuelven… El movimiento se trata de acumulación, eso de que para construir hace falta barro, paja y bosta… bueno, sigue vigente. O somos un movimiento de masas laburantes o nos volvemos exquisitos puristas de sólo lo mejor cuando no tenemos peronómetro alguno con el que medir. Me parece que el límite está en la entrega de las tres banderas, ahí no hay cáscara que valga. Volver a los ‘90 con un pseudoperonismo socialmente injusto, económicamente dependiente y rifando la soberanía no es creíble como tal.

-DDF: Y hoy por hoy, ¿ves posible un 17 de Octubre como el del 45?
-MG: Bueno, a ver, 17 de octubres hay hace 77 años. En diferentes contextos, con distintos protagonistas homenajeados y con diferente componente militante que moviliza. Creo que hay que ver el simbolismo del 17 de Octubre para trazar paralelismos. El 10 de Diciembre de 2019 en lo que es mi humilde opinión, tuvimos un 17 de Octubre lleno de esperanzas, con Cristina dirigiendo y un Alberto que prometía mucho en esta vuelta: ser mejores. Luego un 17 virtual en pandemia, el 17 del año pasado que tuvo sabor a poco… Y este año estamos muy conmovidos y conmovidas con el intento de magnicidio contra la Vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Si hay “un 17 de Octubre” en cuanto lealtad del pueblo a su dirigente, ha sido la movilización en su defensa, la plaza explotaba, fue muy sentida, de mucho abrazo…Me resulta increíble que ahora, un mes y medio después, haya 3 actos diferentes, no estamos entendiendo nada. Se nos quema el país (y no sólo por los incendios “agroespeculadores”), el laburo no alcanza, hay mucha marginación social, crisis en las instituciones políticas, educativas…y todo esto en un contexto global donde el hambre y la escasez de combustibles hacen mella.

-DDF: Hay quienes dicen que Argentina tiene una perspectiva de oportunidades con este escenario mundial…
-MG: Coincido con esa mirada, el mundo precisa lo que Argentina tiene, por eso es cuando más alto hay que levantar las banderas del peronismo: soberanía nacional sobre los recursos naturales, justicia social para su distribución y lograr una cierta independencia económica dentro de lo posible. Para ello también es menester que la deuda la paguen quienes la fugaron y que los grandes evasores y fugadores se hagan responsables impositiva y penalmente de sus acciones fraudulentas hacia el Estado, que traicionan gravemente a la Patria. Digo, la cuestión es cómo se van a explotar esos recursos y quién los va a aprovechar ¿los vamos a regalar una vez más o van a generar divisas y trabajo argentino?

-DDF: Volviendo al 17 de Octubre, ¿Qué perspectivas tiene el peronismo en la ciudad (CABA)?
-MG: Qué difícil (se ríe). Para empezar, valoro enormemente la intención y las acciones concretas en pos de la unión del peronismo como movimiento; más allá de las identidades de agrupaciones y partidos independientes que componen el Frente de Todos y son peronistas en su ideario y práctica. Valoro enormemente la unificación de criterios consensuados, y por eso parrticipamos de las diferentes propuestas para conmemorar la fecha. Creo, también, que decirse abiertamente peronista en una ciudad conservadora que no quiere el desarrollo local, y con sectores marcadamente antiperonistas, es un acto de valentía y orgullo, porque hay enorme discriminación contra un movimiento que busca el desarrollo equitativo de la Patria. Haciendo un paralelismo con la lucha LGBTIQ+, creo que hay que sacar al peronismo del clóset, hay que lucirlo con orgullo, hay que practicarlo con amor y honestidad.

-DDF: ¿No es mucho?
-MG: Para nada, hay que ser orgullosamente peronista. Así lo siento. Porque muchas de las críticas que se hacen al peronismo, en realidad no tienen fundamento real. El peronismo busca que Argentina sea grande, fuerte, integrada al mundo. Fuimos una nación con industria pesada de exportación, desarrollo nuclear, comercio exterior pujante, pleno empleo para el desarrollo planificado de todos los territorios, turismo accesible, vivienda digna accesible a las personas trabajadoras, políticas de amor a las niñeces y cuidados también para las madres, educación de calidad y gratuita… Entonces hay que ser o muy ignorante para negar todo eso, o bien, ser parte de los sectores concentrados de poder económico a los que el peronismo tuvo que poner un freno en pos del bien común. Si no, no hay motivos lógicos para odiar al peronismo cuando hay amor a la Patria y al pueblo que la habita.

-DDF: Se dice mucho que el peronismo es corrupto…
-MG: Se dicen muchas cosas, por ignorancia lisa y llana o por manifestar un odio antiperonista que nubla el raciocinio. La corrupción es inherente al poder sin moral, y el peronismo nunca tuvo, ni cerca, el poder real en este país. Corrupción es evadir impuestos, corrupción es pagar periodistas para decir mentiras 24/7 en un conglomerado de medios sincronizados, corrupción es fugar divisas y contrabandear soja y maíz… Corrupción es endeudar en 45mil millones de dólares al pueblo de la Patria para pagarse la campaña de reelección y dársela a tus amigos para que la fuguen, corrupción es haberte enriquecido cuando prácticamente se regalaron las empresas estatales al extranjero, corrupción es regalar tierras en zona de frontera a extranjeros por un precio vil… Entre esas acciones hubo quienes defraudaron al pueblo diciéndose peronistas. Pero no por ello el peronismo es corrupto. Se acusa de corrupción inventándole un enemigo a Doña Rosa que no puede comprar el pan y los churrascos para el almuerzo, pero quienes podemos pensar críticamente sabemos dónde está la corrupción, el poder real y quiénes son los que desangran a la Patria. El peronismo protege para el desarrollo poniendo un límite a ese poder tan corrupto.

-DDF: Pese a eso, a Cristina se la vive tratando de “chorra”
-MG: Y sí, justamente, porque esos sectores concentrados de poder generan cultura también, que son las creencias sobre el propio país y sobre los sectores populares: fundamentalmente que Argentina no vale la pena y que un trabajador no puede ser rico nunca. Amén que es el abono necesario para la condena social que promueve el lawfare.

-DDF: Claro, como se dijo hace unos años que “hacer creer a un trabajador que podía tener una tele smart fue una mentira”…
-MG: Tal cual. En este país, digámoslo claro, nadie con poder cree que la plata se haga trabajando, por más que ese llenen la boca hablando de “la cultura del trabajo” es un discurso de puro disciplinamiento hacia los pobres, con una zanahoria eterna que nunca les van a habilitar. Sólo entre trabajadores, de cualquier nivel social y tarea, pero trabajadores al fin, tiene vigencia la confianza en la cultura del trabajo. Por eso digo que la combinación de la plata dulce a través de la promoción de un rentismo sin impuestos y la “viveza criolla” existente juega muy en contra del desarrollo personal, comunitario y nacional que propone el peronismo a través del trabajo. Lo he expresado más acabadamente en otra entrevista: el nuestro es un país culturalmente rentista, un país erigido en favor y privilegio de millonarios herederos, un país acostumbrado a pedir explicaciones a las víctimas y por ende a los pobres, que son en cierta forma víctimas de un sistema.

-DDF: Pero entonces ¿Cristina es una víctima? Porque pobre no es, y de eso se queja lo que Mirtha llama “la gente”.
-MG: (se ríe) No malinterpretemos. Por un lado, ella, Cristina, tiene un origen trabajador… bueno, Mirtha también (se ríe) digamos todo (se ríe)… Digo, Cristina proviene de un hogar trabajador y gracias al peronismo y la gratuidad universitaria llegó a ser abogada. Pero en este sentido común clasista tan argento, “la hija de un colectivero” no puede ser abogada, y menos aún, una abogada exitosa y rica. Entonces tiene que vivir dando explicaciones desde siempre: que si es o no abogada (como si otros “profesionales” dieran explicaciones fehacientes y suficientes de sus diplomas), cómo hizo la plata, cuánto cobraba las consultas, si defendía o no desaparecidos desde su estudio… muy desgastante todo, ahora agravado por el lawfare en su contra. Pero en lo concreto, el peronismo es la única doctrina política que garantizó la movilidad social ascendente de los trabajadores sin que falte dinero de ganancias a los empresarios ni a los rentistas; muy por el contrario, florecieron todos los sectores.

-DDF: Para ir cerrando, ¿Qué significa para vos la lealtad?
-MG: En este contexto particular, sobre todo, creo que la lealtad como práctica política y valor humano debe asumir matices comunitarios nuevamente, hermanar. Creo que hay dos aspectos a revalorizar: la lealtad con los demás peronistas, esa verdad de “para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista” como que hemos dejado de practicarla, y sobre todo poniendo el ojo en el otro y no en qué tipo de peronistas somos cada uno de nosotros y cómo nos ofrecemos a los demás peronistas. Porque ahí está la otra faceta de la lealtad en este matiz: la lealtad hacia el pueblo trabajador y excluido, la lealtad de quienes están en posición de poder por dirigencia, por cargos electivos, por cargos ejecutivos; es una responsabilidad muy grande que hay que honrar con lealtad a los muchos que militaron para que algunos pocos compañeros lograran los cargos que tienen. Y acá no es excusa que no se tenga el gobierno y se sea sólo oposición, siempre son espacios de poder que se pueden ejercer de un modo peronista y leal para el pueblo, eso lo sabemos muy bien quienes venimos de las organizaciones sociales en resistencia desde los ‘90. Eso es entonces, hoy, para mí lo fundamental de la lealtad como peronista: la unidad fraterna y sorora entre peronistas, y para con el pueblo que espera conducción y rumbo, dejar de prometer y hacer sin alharaca, aportar para construir un peronismo confiable y leal al pueblo que espera, y a la militancia que también es pueblo.

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