
La invisibilización de las mujeres desde la niñez es un fenómeno complejo que tiene raíces profundas en las estructuras sociales, culturales y económicas de la mayoría de las sociedades. Desde edades tempranas, las niñas son expuestas a mecanismos de socialización que refuerzan estereotipos de género y las limitan en cuanto a roles, expectativas y oportunidades. El proceso de invisibilización opera de distintas maneras y afecta áreas clave del desarrollo personal, académico y social de las niñas y futuras mujeres.
La más notoria y primaria forma de invisibilización está en el lenguaje, raramente las niñas son nombradas como tal y se pretende, hasta con prepotencia, que se sientan incluidas cuando se menciona a “niños”, “pibes”, “alumnos” ¿Por qué?
Estereotipos de género y roles tradicionales
Uno de los aspectos, sino el principal, son los estereotipos de género y roles tradicionales que todavía se sostienen en una importante porción de la sociedad. Desde edad temprana, las niñas suelen ser expuestas a expectativas sobre su comportamiento y futuro basadas en eso roles de género tradicionales. Se les enseña a ser cuidadoras, dóciles, sumisas y a priorizar las tareas domésticas, mientras que los niños son alentados a ser líderes, exploradores y a asumir roles públicos.
Esta práctica se refuerza a través de juegos y actividades. Los juguetes dirigidos a las niñas suelen centrarse en el cuidado, como muñecas, cocinas de juguete o sets de limpieza, lo que promueve la idea de que las mujeres deben centrarse en el ámbito doméstico. Los juguetes para niños, en cambio, fomentan la acción, la exploración y la tecnología (coches, bloques de construcción, herramientas). Los colores también aportar a estos estereotipos y aun hoy vemos las góndolas de ropa, juguetes o útiles escolares bien diferenciadas en rosa para niñas, celeste (sobre todo en ropa) y todos los colores para niños. ¿Qué tiene de malo usar el color rosa? Nada, el hecho es lo marcado desde lo simbólico, que limita y encasilla.
Los relatos, cuentos y el aporte de los medios de comunicación también juegan un rol importante en esta perpetuación de las diferencias (desigualdades) que terminan perjudicando a las niñas y adolescentes. Las historias para niñas suelen girar en torno a princesas, damas (con todo lo que ello incluye) en apuros y personajes cuya felicidad depende de la intervención de un hombre. A las mujeres se les da un papel pasivo, y rara vez se les presenta como protagonistas activas y poderosas.

Brechas educativas
La invisibilización de las niñas en el ámbito educativo también es palpable. Comienza desde no ser nombradas hasta llegar a no ser tenidas en cuenta, delimitando también las actividades y acciones que son “no propias de niñas” o “exclusivas de niños”, esto genera una permanente y no tenida en cuenta discriminación, que afecta al desarrollo de las niñas. Sobre todo, teniendo en cuenta que la escuela es el primer ámbito de socialización, de encuentro con iguales, de crecimiento colectivo.
Aunque en muchos países las tasas de matrícula escolar para niñas han mejorado, persisten barreras como la representación en los materiales escolares, por ejemplo, los libros de texto y materiales educativos suelen subrepresentar a las mujeres en roles científicos, históricos o políticos. En su mayoría, las figuras importantes presentadas son hombres, lo que refuerza la idea de que los hombres son los que hacen las contribuciones significativas al progreso de la humanidad, por otro lado, existe, aunque suelen negarlo con énfasis, el sesgo en las expectativas docentes: En algunos casos, profesoras y profesores tienen expectativas más bajas para las niñas en ciertas materias, como matemáticas o ciencias. Esto lleva a que, de forma inconsciente, las niñas reciban menos estímulo en esas áreas o no se les permita y anime a participar activamente.
El impacto en la autoestima y las aspiraciones
La invisibilización durante la niñez afecta profundamente la autoestima y las aspiraciones de las niñas. Al no verse representadas en roles que les son propios o algo tan sencillo y que podría ser habitual como ser nombradas, o saber que pueden acceder a trabajar o desarrollarse en áreas tradicionalmente ‘masculinas’, muchas niñas empiezan a internalizar la idea de que ciertas carreras o logros no son para ellas. Además, la presión por cumplir con los roles tradicionales puede limitar sus oportunidades y su desarrollo personal y profesional a largo plazo.
Refuerzo de la violencia y el acoso
La invisibilización también tiene un vínculo directo con la normalización de la violencia de género. Desde muy pequeñas, las niñas aprenden que ciertos comportamientos son aceptables, como el acoso o la minimización de sus experiencias, lo que perpetúa el ciclo de abuso y violencia en sus vidas actuales y adultas. Se enseña a las niñas a ser tolerantes con conductas que, en muchos casos, desvalorizan su autonomía y su dignidad.
Familias y la comunidad
Las familias, sin quererlo muchas veces, juegan un rol fundamental en la invisibilización de las niñas. Las expectativas familiares de que las hijas deben ayudar más en las tareas del hogar o de que deben tener una actitud “correcta” para ser aceptadas socialmente refuerzan los estereotipos de género. Las comunidades también perpetúan estas dinámicas al premiar comportamientos que refuerzan los roles tradicionales de género. Los relatos de las que “llegaron”, ya sea a un puesto importante de trabajo, un cargo, una profesión, también limita no solo la discusión sobre el tema sino las posibilidades de democratizar las oportunidades. Nunca se trata de “si yo pude o si yo llegué todas pueden”. Las oportunidades no son para todas y es importante que podamos poner la mirada en esa solidaridad de género; aprovechar esos espacios a los que pudieron llegar para pensar en colectivo las formas de desarmar las desigualdades que impiden que otras puedan desarrollarse.

Propuestas
Para contrarrestar este proceso de invisibilización, es esencial un enfoque integral que abarque varios aspectos:
- Educación inclusiva: Reformar los materiales educativos para que incluyan a mujeres en roles destacados en todos los campos.
- Nombrar: La identidad, el ser nombradas, mencionadas, les da un lugar, diferenciado e igualmente colectivo. No son niños, son niñas integrantes de un grupo que se compone por personas de diferentes géneros. No es tan difícil…
- Empoderamiento desde la niñez: Incentivar a las niñas a explorar áreas no tradicionales, como las ciencias, la tecnología y el liderazgo, y proporcionarles modelos a seguir femeninos.
- Sensibilización social: Impulsar campañas y políticas que visibilicen la importancia del papel de las mujeres desde la niñez y desmantelen los estereotipos.
- Promoción de la igualdad en el hogar: Fomentar que las responsabilidades del hogar se distribuyan equitativamente entre niñas y niños.
La invisibilización de las mujeres desde la niñez es un problema estructural que requiere ser abordado desde diferentes frentes para permitir que las niñas se desarrollen plenamente, libres de las limitaciones impuestas por los estereotipos de género, por la sociedad conservadora y perpetuadora de la desigualdad. Solo así podrán construir una vida más igualitaria y empoderada en su adultez.
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