
El pasado 26 de julio el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación creó el “Programa de fortalecimiento del liderazgo de las mujeres y diversidades sexuales en las organizaciones sindicales”, que tendrá su desarrollo en el ámbito de la Subsecretaria de Políticas de Inclusión en el Mundo Laboral en articulación con la Coordinación de Apoyo a la Formación Sindical, dependiente de la Secretaría de Trabajo.
Por Alejandra Benaglia*
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El objeto del mismo es brindar y facilitar herramientas para el empoderamiento de las mujeres y diversidades sexuales en sus organizaciones sindicales, mediante la capacitación y formación sindical respetando la Constitución Nacional, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer y los Convenios 111 y 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otras normativas vigentes.
Si bien en las organizaciones sindicales siempre hubo alguna mujer dando vueltas, fue recién a partir de la Ley 25674 De cupo sindical femenino cuando el ingreso fue más amplio. Las trabajadoras estábamos ahí y la norma obligó al patriarcado dirigente a vernos… poco y de lejos pero sin derecho al pataleo. Tanto la segregación vertical (distribución desigual de las mujeres y los varones en la estructura jerárquica ocupacional), como la horizontal (hombres y las mujeres se distribuyen de manera diferente entre sectores de actividad o tipos de ocupaciones del mismo nivel) se cumplían como un mandato implícito tanto en el ámbito laboral como en el gremial. Los puestos reservados eran los últimos de las listas, las suplencias y como mucho las secretarias feminizadas: familia, revisión de cuentas, cultura y capacitación. Porque si de algo sabemos las mujeres es de educación, cuidados y malabares económicos.
En la segunda edición de la investigación “Sexo y Poder: ¿Quién manda en Argentina?” realizada por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) y presentada en marzo de este año, todos los ítems referidos al lugar de las mujeres en el poder que refieren a los sindicatos son bajísimos. Así cuando se mide el porcentaje de mujeres en puestos de poder el área gremial se llega solo un 3%. O sea que la presencia de mujeres en dichos puestos es incipiente o excepcional: tan sólo el 11% de los máximos cargos de decisión están ocupados por mujeres. Y lo que resulta más llamativo y a contramano de los avances y posicionamientos de los movimientos de mujeres es que el gremial es uno de los pocos sectores que presenta un leve retroceso frente al relevamiento realizado en 2010.
En la presentación del material, cuya primera edición data del año 2010, Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA expresó: “Las mujeres sin duda hemos avanzado en la conquista de derechos, pero todavía no logramos concretar el mismo avance en el acceso a espacios de poder que en gran medida siguen estando vedados. Si bien sobran los ejemplos de mujeres que son referentes en todas las áreas, antes que la comprobación del logro de la igualdad, la posibilidad de nombrarlas es un indicador que nos recuerda que estamos todavía lejos de lograr el objetivo. Las podemos nombrar justamente porque todavía son muy pocas”.
Para las Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) el número es levemente mayor. El 18% de las secretarias, subsecretarias y prosecretarias sindicales son encabezadas por mujeres aclarando que el 74% de esa cifra aborda temáticas consideradas “propias de la mujer”.
Es por esto que entre los considerandos de la creación del programa de fortalecimiento se explicita que aun cuando la ley de cupo sindical ha significado un avance en la participación de las mujeres en la vida de los sindicatos, todavía se advierte una sobrerrepresentación masculina en los puestos de decisión, en los cuerpos de delegados y en la conformación de las comisiones negociadoras, lo que permitiría advertir la presencia de prácticas discriminatorias, motivadas en razón del género que obstaculizan y dificultan el acceso a los cargos de dirección y comisiones negociadoras, a las mujeres y personas LGBTIQ+.
Para Mara Rivera, Subsecretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la Secretaria de Relaciones Gremiales de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE) e integrante de Mujeres Sindicalistas de la CFT, el programa es muy importante. “Desde el Ministerio de Trabajo – expresó- se convocó a las mujeres de todas las centrales obreras y fue muy positivo porque escucharon a las que estamos en el día a día dentro de las organizaciones. No sé si será suficiente para cubrir lo que necesitamos, que es formar cuadros políticos, pero la capacitación es una herramienta imprescindible porque nos permite reflexionar y empoderarnos para poder ocupar un puesto de comisión directiva, por ejemplo. Necesitamos visibilizar y fortalecer a todas las compañeras, es la única manera de romper la estructura patriarcal de la sociedad que no escapa al adentro de las organizaciones sindicales.”
En relación a la implementación la misma será federal explica Rivera, “a través del Comité Consultivo se van a repartir los cupos por Central y van a ser varios, uno detrás del otro, porque la idea es que sean grupos chicos para que se puede trabajar mejor con las compañeras.”
Si bien sería importante incluir alguna charla para dirigentes varones con el objetivo de que entiendan que la continuidad de este fortalecimiento es llevar a la practica el mismo abriendo los espacios de poder para mujeres y diversidades la respuesta fue que “por ahora el programa es solo para mujeres, pero como está este comité consultivo se puede ir transformando sobre la marcha de acuerdo a las necesidades del mismo.”
Para finalizar y como una forma de asegurarnos que las políticas elaboradas por el estado se cumplan es imprescindible la evaluación continua de su implementación. El artículo 4 del programa sostiene la consulta permanente con las centrales sindicales para el cumplimiento de los objetivos y lineamientos del Programa y en relación a este punto Mara Rivera sostiene que “el comité consultivo va a estar conformado por las mujeres sindicalistas de todo el movimiento obrero lo cual es importantísimo porque no solo nos convocaron para generar el programa y sus contenidos sino también para seguir trabajando y evaluar su implementación y como va impactando dentro de cada organización sindical.”
(*) Periodista feminista. Delegada sindical. Columnista de Diario Digital Femenino
Mujeres Sindicalistas
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