El rol de las masculinidades en la prevención de las violencias es fundamental y abarca varios aspectos clave:
Nos vamos a referir a esos aspectos comenzando con el aporte a la transformación cultural. Las masculinidades pueden contribuir a transformar las normas culturales que perpetúan la violencia al desafiar los estereotipos de masculinidad dominante que promueven la agresividad, el control y la dominación. Desarmar las relaciones de poder impuestas entre varones y mujeres, donde las mujeres resultan perjudicadas debe necesariamente ser una cuestión social y colectiva, donde los varones contribuyan a eliminar los estereotipos, desigualdades y mandatos culturales.
Un rol fundamental tiene la educación y sensibilización sobre las formas de opresión, permitiendo desarmar colectivamente estas formas. Promover una educación que fomente masculinidades positivas, basadas en el respeto, la solidaridad y la igualdad de género, puede ayudar a prevenir actitudes y comportamientos violentos desde temprana edad.
En ese aspecto, la prevención primaria es fundamental. Las masculinidades pueden jugar un papel crucial en la prevención primaria al promover vínculos sanos y no violentos entre pares y en comunidades, actuando como agentes de cambio y modelos a seguir.
Las cuestiones relacionadas con la intervención y apoyo también cobran relevancia puesto que en los casos donde ya existen comportamientos violentos, las masculinidades pueden facilitar intervenciones efectivas al promover la responsabilidad personal y comunitaria, así como al fomentar la participación en programas de rehabilitación y apoyo a víctimas.
La corresponsabilidad también es un aspecto puntual porque no existe el compromiso e intervención sin alianzas y movilización. Trabajar en alianza con movimientos feministas y otros grupos de derechos humanos es crucial para abordar las raíces estructurales de la violencia de género y construir sociedades más justas e igualitarias. Y en este punto es importante remarcar que trabajar en conjunto y sumarse a la lucha contra las desigualdades de género no significa que los hombres comiencen a usurpar espacios de mujeres y diversidades para su beneficio. La bandera del feminismo es atractiva cuando no se comprende en profundidad de qué se trata y aparecen “nuevas masculinidades”, cuyo rol es trabajar junto a sus congéneres generando conciencia colectiva y no el de ocupar los espacios del feminismo. De hacerlo, sería la repetición del modelo patriarcal, el espacio a ocupar y las acciones que se generen deben tener un fin claro y concreto, apuntando justamente a desarmar las jerarquías de poder que el sistema cultural impone y no perpetuándolas.
En síntesis, el rol de las masculinidades en la prevención de las violencias implica promover nuevas formas de ser hombre que sean compatibles con la igualdad y el respeto hacia todas las personas, contribuyendo así a la construcción de sociedades más pacíficas y seguras.
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