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Educación sexual integral

Educación sexual integral: una oportunidad para la ternuraGastón Sprejer (Staff editorial)

“Conté ´Tres con Tango´ en la sala y crucé los dedos para que al otro día no tuviera a las familias cuestionándome el cuento. Por suerte, no pasó nada”.

“Mi papá dice que no sabés nada porque vos decís que todos podemos jugar con todo, pero yo te quiero mucho igual -me dijo un nene mientras me abrazaba-. Se refería a que estuvimos charlando en la sala acerca de que no hay juguetes exclusivos de nenes o de nenas. Evidentemente, el papá no estaba de acuerdo”.

Al judicializar las relaciones escolares, el miedo y la desconfianza inundan las instituciones. Demandas, denuncias, protocolos y actas comienzan a hacerse habituales. ¿Cómo animarse a desarrollar temas de Educación Sexual Integral (ESI) hoy en día? ¿Cómo reflexionar sobre ESI en las salas de Nivel Inicial? ¿Cómo hacer parte a las familias? A partir de estos interrogantes, Liliana Maltz(1) comienza sus reflexiones en “Educación Sexual Integral. Una oportunidad para la ternura”.

Este libro fue publicado en octubre del 2018 por Ediciones Novedades Educativas y se reimprimió en enero de 2019. Está compuesto por nueve capítulos que abordan la temática de la ESI centrándose en el Nivel Inicial. Tal como se indica en su prólogo, las ideas, reflexiones y propuestas que se comparten son producto de diálogos y encuentros que tuvieron como contexto capacitaciones sobre la ESI realizadas con docentes y equipos de conducción desde el año 2006.

La Ley Nacional N°26.150 firmada ese mismo año establece la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral en todos los niveles y modalidades del sistema educativo de todo el país, tanto para los establecimientos de gestión estatal como para los de gestión privada sin importar la orientación religiosa. Es decir, en todos los jardines de infantes, colegios primarios, secundarios e institutos de formación docente y de educación técnica no universitaria. Dicha ley también promueve el trabajo articulado de las escuelas con las familias, los centros de salud y las organizaciones sociales. Además, crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral como parte de una política pública que considera a la Educación Sexual como un derecho para las niñas, niños y jóvenes.

La ESI está atravesada por cinco ejes para asegurar un abordaje integral de todas las dimensiones humanas: reconocer la perspectiva de género, respetar la diversidad, ejercer nuestros derechos, cuidar el cuerpo y valorar la afectividad. Este último es el que se desarrolla puntualmente a lo largo de todo el libro. Todos están relacionados entre sí y, en la práctica educativa, las distintas visiones se encuentran interrelacionadas.

Ahora bien, ¿qué es la sexualidad? Centrándose en Nivel Inicial y en la comunicación con las familias, Maltz sugiere en su libro compartir con los padres y madres la idea de sexualidad que refiere a cómo se viven y cuáles son las conductas y las maneras en que se realizan y se manifiestan las prácticas afectivas, que cada persona asume como propias pero que siempre están influenciadas por la sociedad en la que vivimos. Desde esta perspectiva, la sexualidad se expresa con los gestos y actitudes de los seres humanos desde que nacen. Dicha definición excede las tendencias biologicistas que la relacionan a un conjunto de características físicas y psicológicas propias de cada sexo. Por el contrario, la autora nos muestra una perspectiva que valora la incidencia cultural y que se aleja de las consideraciones naturalistas e innatistas.

En esta misma línea, sostiene que la familia ocupa un lugar central en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En esta época en la que los medios de comunicación y las redes sociales muestran una sexualidad violenta, despojada de los afectos y vinculada con lo genital, es importante que las familias asuman la responsabilidad de colaborar en la construcción de una sexualidad afectiva en sus hijxs desde una perspectiva integral, como constitutiva de la subjetividad. Además, la autora remarca la importancia de transmitir a las familias que la Educación Sexual Integral no es solo un tema de expertxs. Así, propone desnaturalizar la idea de que son lxs otrxs lxs especialistas para hablar del tema y sostiene que es importante alentar a lxs familiares a colaborar activamente en este proceso. En efecto, afirma que es necesario empoderar a las familias en su tarea de acompañar la construcción de la sexualidad de sus hijxs.

En uno de los capítulos, Maltz expresa la necesidad de que lxs docentes consideren la diversidad de las familias y las diferentes maneras en que se puede concebir. La adopción en las familias heterosexuales u homosexuales, la fertilización asistida, in vitro, la existencia de bancos de esperma y el alquiler de vientres, son diferentes modalidades que deben ser abordadas en el jardín. Por otro lado, la ley exige que se transmitan conocimientos rigurosos, precisos y confiables. Es decir, ni la cigüeña, ni el repollo, ni la semilla, ni ninguna otra versión. Ahora bien, ¿cómo hacer cuando lxs niñxs traen estas versiones desde sus casas? ¿Cómo abordar estos temas tan complejos? A lo largo de los capítulos Maltz propone diversas estrategias para trabajar en conjunto, familia y escuela.

¿Para qué es importante la Educación Sexual en el Nivel Inicial?: para que cada niñx pueda mirar su propio cuerpo y el de lxs otrxs desde una mirada más amorosa, para poder expresar afectos y emociones cara a cara en un contexto mediatizado por las redes, para poder defender sus derechos, para generar lazos alojando las diferencias, para que puedan elegir libremente -por fuera de mandatos estereotipados-, para que familias y escuela se sienten en ronda y no enfrentadas. En síntesis, para que lxs niñxs puedan ser más libres, más solidarixs y más felices.

La ESI es ante todo una oportunidad; una oportunidad para crear puentes con las familias, para volvernos a mirar en otros espejos, para compartir, para alojar la curiosidad infantil y para afectarnos. La ESI es una oportunidad pero también lo es este hermoso libro, un libro que abre nuevos interrogantes y que nos invita a seguir pensando(nos).


(1) Liliana Maltz es licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Psicóloga social (Escuela de Psicología Social “Pichón Rivière”). Diplomada superior y especialista en “Gestión y conducción del sistema educativo y sus instituciones” (FLACSO). Diplomada en Ciencias Sociales con Mención en Psicoanálisis y Prácticas Socio-educativas (FLACSO). Capacitadora en espacios educativos y comunitarios. Capacitadora docente en el área de Inicial y de Educación Sexual Integral en Escuela de Maestros (Escuela de Capacitación Docente) perteneciente al Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Docente de la materia “Los conflictos vinculares en el ámbito escolar” y coordinadora de Prácticas Pedagógicas en la carrera de especialización en “Psicología vincular de familias con niños y adolescentes” y en la maestría en “Vínculos, familia y diversidad sociocultural” del Hospital Italiano. Asesora externa y capacitadora en instituciones educativas y postítulos del ámbito privado.

 

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