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A 5 meses del cuádruple femicidio, y después de una semana de acampe con Daniel (papá de Mica), sus familiares y algunos activistas en las puertas de tribunales de La Plata, logramos que el femicida Martínez quedara preso. Fue un primer paso, muy importante, para iniciar un camino de justicia por Micaela, Bárbara, Susana y Marisol.
Cinco meses de impunidad
Como suele ser común en un caso de violencia hacia las mujeres, los responsables andaban sueltos. La familia del «karateca» había logrado instalar en la sociedad la idea de que Martínez era completamente inocente y empezaban a aplicar aquella clásica estrategia donde se transforma a las víctimas en culpables. Mientras tanto caminaba tranquilo por las calles de la ciudad. Para la Justicia bastó que no coincidieran los ADN; pese a la afirmación de un testigo que lo vio en el lugar, pero sobre todo pese a la constante amenaza y acoso que sufría Bárbara, su pareja, hecho reafirmado en múltiples oportunidades. Pero eso no vale para la Justicia patriarcal: eso es parte de la “vida privada”. En ese momento lo que terminó de inclinar la balanza para el lado del karateca fue, contradictoriamente, la presión en las calles, pero no porque fueron tomadas por el movimiento de mujeres y los familiares de víctimas, sino que la que se apostó en las puertas de tribunales para que liberaran a su hijo, fue la madre del karateca.
Sin embargo, durante estos meses, con la movilización de los familiares y las organizaciones de mujeres de la región, frenamos este camino de impunidad. En un primer momento, Las Rojas le planteamos a Daniel, a su hermana Lorena y a Miguel, el papá de Marisol, la necesidad de salir a las calles para que la visibilidad que tomó el aberrante hecho no fuera olvidada por los periodistas. Pero, fundamentalmente, movilizarnos para que la Justicia y el gobierno provincial y nacional tuvieran que salir a dar una respuesta concreta. Propusimos que se realizara una reunión con todas las organizaciones feministas para debatir qué podíamos hacer. De estas reuniones surgió la movilización a Casa de Gobierno, que partió de tribunales y terminó en Arba, edificio donde asesinaron a Sandra Ayala Gamboa, otro caso de femicidio que lleva cinco años sin justicia. Impulsamos además una charla en la Facultad de Humanidades junto a otras organizaciones de mujeres para empezar una campaña de concientización y lucha dentro del movimiento estudiantil.
Producto de la presión y de que Daniel seguía paso a paso cada procedimiento, sin despegarse de los investigadores, aparecieron nuevas pruebas y más sospechosos, lo que llevó a la detención el jueves 3 de mayo de la “Hiena” Quiroga, portador del ADN encontrado en la casa y quien acusó al karateca como responsable de las cuatro muertes. La Justicia finalmente volvió a detener a Martínez, por lo que sus abogados presentaron un habeas corpus exigiendo su excarcelación. Teniendo como antecedente la experiencia de los meses anteriores, esta vez quienes ganamos las calles fuimos nosotros: Daniel, los familiares, Las Rojas y valiosísimos activistas, entendiendo que si no estábamos con todo haciendo presión, probablemente lo hubieran liberado.
Durante el acampe propusimos llamar a más organizaciones sociales para que se sumaran, rodeando de solidaridad la medida con radios abiertas, pintadas, cortes de calle… Hicimos ruido, mucho ruido. Esto generó que el vienes 11 de mayo la Justicia, como pocas veces, fallara a favor de las mujeres.
Durante el acampe se acercaron un montón de casos de familias con mujeres víctimas de femicidios que continúan impunes. Recordemos que La Plata es la ciudad donde el odontólogo Barreda camina tranquilo, mientras dice que no se arrepintió de lo que hizo y que lo volvería a hacer.
La justica patriarcal sólo con la lucha falla a favor de las mujeres
Este triunfo fue un paso inmenso en el camino de hacer justicia por las miles de mujeres asesinadas y violentadas por sus parejas. Para ejemplificar sus consecuencias, a pocos días del fallo, el reaccionario juez Melazo ¡metió en cana a un tipo que había amenazado a su mujer!
Lamentamos que no todas las organizaciones feministas y de género de la región estuvieron presentes. Solo participaron la Marejada, agrupación ligada a la CEPA, algunas de las Azucenas y el Mate Popular. Una vez más tuvieron ausente organizaciones ligadas al Frente Popular Darío Santillán, como el espacio de mujeres del Frente o los Varones Antipatriarcales, que no se cansan de inflar el pecho contando “todos los que son”, pero a la hora de luchar parece que nunca pueden ir… Ni hablar de la ausencia absoluta de las organizaciones de izquierda como Pan y Rosas y Plenario de Trabajadoras. Pan y Rosas tal vez se encuentra debatiendo todavía si fue un femicidio o no, y el Plenario de Trabajadoras parece que por el momento no encontró otro panel en el que colarse oportunistamente para aparecer…
Y esto es un problema enorme. No solo porque sin lucha la Justicia nunca falla a favor de las mujeres. Sino también porque tenemos que organizarnos para que no haya ni un femicidio más. Y eso solo se consigue arrancándole a este sistema y su gobierno políticas de género efectivas para prevenirlos: vivienda para todas las mujeres que sufren la violencia, trabajo para que las mujeres se puedan independizar económicamente (y no 200 pesos que no alcanzan para nada), educación sexual laica y feminista en los colegios para concientizar sobre la opresión de la mujer y combatir el machismo. Y también porque a la violencia de género las mujeres la sufrimos en soledad y la existencia de un movimiento podría ayudar a romper con esa situación, que además se combina con miedo y confusión al creer que estamos frente a una pareja que pensamos que nos quiere mientras nos golpea.
Esta lucha por justicia fue un paso en la organización, porque a pesar de la ausencia de varias corrientes, logramos conformar un espacio de discusión que se reunió el miércoles 16 con organizaciones y familiares donde resolvimos convocar a una movilización regional contra la violencia y los femicidios para el 7 de junio y empezar a discutir un programa contra la violencia de género. Esperamos que las agrupaciones rompan con su sectarismo y se unan a este espacio.
Nuevamente saludamos la fortaleza de Daniel, Claudia, Miguel, Lorena y todos los familiares que son un ejemplo de lucha.
Maria de Las Rojas La Plata
Fuente:  Nuevo MAS

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