
Semana del Parto Respetado, del 16 al 22 de mayo
Recién a principios del siglo pasado el Parto comenzó a ser una cuestión clínica, hasta entonces los partos se desarrollaban en domicilios particulares o la casa de una matrona (partera) y la persona parturienta estaba acompañada por su entorno particular, lo que ayudaba a q el Parto se desenvolviera de manera fluída, pues el neocortex estaba «en calma» al estar en un ambiente conocido y esto permitía que la apertura del canal de parto se desarrollara sin mayores complicaciones en general.
Al institucionalizar el parto se ganó en asepsia, y sin lugar a dudas hubo una marcada disminución de mortandad materno infantil, pero el Parto dejó de ser una situación tanto natural como familiar, las mujeres comenzaron a ser separadas de algo tan común como parir sus hijas e hijos, pasaron a ser tratadas como enfermas, seres incapaces a llevar adelante una de las funciones fisiológicas para las q su cuerpo está de sobra apto.

Por María Cristina Aimé Kraft Cazenave* y Natalia Voragini Weth**
Pasaron diferentes modas y formas de parir a lo largo del siglo xx, así como también hubo diferentes corrientes en lo que se refiere al tratamiento de recién nacidas/os, al llegar el nuevo milenio, de alguna manera las personas gestantes vuelven a empoderar sus cuerpos, a pedir el lugar q naturalmente les corresponde en el nacimiento de sus hijos e hijas, y al ir tomando carrera para volver a ser mamíferas que somos. Nos encontramos con el Covid y volvemos a ser arrolladas por un sistema de salud que nos quiere sumisas y vulnerables. Cada año la Semana del Parto Respetado tiene un eslogan diferente que se comparte en toda América Latina y el Caribe, este año es «El respeto por las necesidades de la madre y su bebé en cualquier situación», más allá de las buenas intenciones y deseos lo cierto es que en este contexto de pandemia las necesidades de la persona gestante y su hija, hijo son de las primeras en ser vulneradas, constantemente recolectamos testimonios de atropellos innecesarios a las madres y sus hijas e hijos, una total falta de contemplación de la Ley de Parto Respetado N° 25929, que ya es bastante difícil que sea implementada en momentos de normalidad.
¿Qué establece la ley?
1.El derecho a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
2.Ser tratada con respeto y, de modo individual y personalizado, que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
3.Parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer, entre otros.
También se establecen los derechos de la persona recién nacida:
A ser tratada en forma respetuosa y digna, a su inequívoca identificación.
A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
A la internación conjunta con su madre en sala y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración el estado de salud de ambas personas.
Desde el lugar de persona que acompaña amorosamente el Parto y a sus protagonistas, la premisa es respetar, ante todo, entrar a una institución e informase de que van sus protocolos, sus costumbres y desde ahí trabajar en conjunto para que los seres se vean cuidados, y sobre todo se contemplen sus deseos, nada difícil teniendo una ley que ya lo hace. Entendiendo el momento actual, las diferentes provincias armaron sus propios protocolos para el momento del parto, podría decirse que en este momento hace falta que se los comuniquen al personal de salud. La provincia de La Pampa no se escapa de la enunciación de protocolos de partos en el contexto actual de la COVID, hace justamente un año atrás se presentaba el protocolo de actuación, pero al parecer no ha sido lo suficiente en todas las situaciones, para garantizar el nacimiento con amoracidades, respeto y atenciones adecuadas de la persona nacida, como de quien pare y el contexto que desea acompañar.
Los nacimientos no solo son cuestiones del ámbito de salud, involucran a la sociedad toda, como a cada quien que desee parir, y puede elegir dónde y cuándo.
Cuando se habla de parto humanizado, se habla de generar un espacio familiar donde la mujer o persona gestante y su bebé sean protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible, debe ser un ámbito recreado desde la libertad de conciencia plena de una misma y del otro o de la otra. El respeto en el parto supone que los profesionales asistenciales tomen en cuenta los deseos y necesidades de cada mujer.
Involucrarse como sociedad en el escenario actual, que ya es sumamente complejo, es identificar constantes y contundentes limitaciones, dificultades, obstáculos que en más de una oportunidad interpelan respecto a la real posibilidad de intervención.
Solo cambiando la manera de nacer, cambiaremos el mundo.
(*)Duola aineo11@hotmail.com
(**) Trabajadora Social nattivw@hotmail.com