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Si bien es cierto que se realizan charlas, talleres, conferencias, formación de equipos, asesoramiento a las autoridades, y se difunde información sobre el alcance de las violencias contra las mujeres, adolescentes, jóvenes y niñas; también lo es el hecho de que todas hablan o están destinadas al abordaje, a la asistencia, cuando la violencia ya atravesó el cuerpo, cuando ya se encuentra en la familia y los vínculos, con el agravante de ser para grupos reducidos y no llegan a toda la sociedad.

Por Lenny Cáceres*

¿Qué pasa con la prevención?

Las campañas para la prevención de las violencias son escasas, cuando no inexistentes. Si a eso le sumamos que las herramientas por excelencia son los lineamientos de dos leyes argentinas fundamentales como la Ley 26.150 y 27.499, de Educación Sexual Integral y “Micaela”, respectivamente; no se aplican en la dimensión, extensión y calidad que deberían… Nos estamos quedando sin prevención.

¿Por qué es importante?

No le restamos importancia a la asistencia, lo que sí pensamos es que sin atender las dos formas —asistencia y prevención— será muy difícil dar fin a este flagelo.

La violencia es una conducta aprendida, naturalizada y perpetuada por miles de formas y espacios. En muchas ocasiones, las personas no saben o no reconocen la violencia cuando la atraviesan. La historia familiar, la propia estructura y múltiples razones inherentes a las formas de ejercerla, al ciclo mismo de la violencia, hacen que no puedan reaccionar ante las primeras señales. Esto también sucede a quien la ejerce.

De ahí la importancia de las campañas masivas en medios de comunicación, alertando sobre las formas.

 ¿Qué deben incluir las campañas para prevenir violencias?
¿Qué deben incluir las campañas para prevenir violencias?

¿Qué deben contener esas campañas?

Las campañas en medios de comunicación para prevenir violencias contra las mujeres deben abordar varios aspectos puntuales para ser efectivas e impactantes. Aquí algunos elementos de contenido que pueden incluir:

En principio la visibilización del problema, difundir datos y estadísticas claras sobre la prevalencia y las diferentes formas de violencia contra las mujeres para crear conciencia sobre la magnitud del problema. Sumar narrativas de sobrevivientes es otro aspecto clave. Compartir historias reales de mujeres que han sobrevivido a la violencia, con el objetivo de sensibilizar sobre las consecuencias devastadoras de este flagelo y sin caer en el morbo o la sobreexposición de las personas.

También es importante desmitificar estereotipos. Desafiar y desarmar los estereotipos de género que perpetúan la violencia, como la idea de que la violencia es justificada o inevitable en ciertas circunstancias.

Consideramos fundamental la promoción de vínculos sanos. Valorar el respeto mutuo, la igualdad de género y la solidaridad como fundamentales para construir relaciones sanas y respetuosas. Y en este aspecto no debe estar ausente la cuestión de educar sobre el consentimiento, sobre el concepto de consentimiento informado y la importancia de las relaciones basadas en el respeto y la autonomía de cada persona.

Antes de mencionar los recursos y sitios de apoyo disponibles, es importante que pongamos el foco en los mensajes: siempre pensar en un lenguaje claro, concreto, que relate las formas, las señales, los detalles donde podemos hacer visible esa violencia, y no solo informar datos o números sueltos sin profundizar mínimamente en estas formas. Luego sí informar sobre los servicios y recursos disponibles para mujeres que sufren violencia, como líneas de ayuda, de escucha, de fortalecimiento, servicios legales y psicológicos.

La corresponsabilidad nos invita a llamar a la acción a la comunidad en general para no ser cómplices de la violencia, y alentar a los hombres a asumir un rol activo en la prevención de la violencia contra las mujeres. Motivar a la audiencia a involucrarse activamente en la lucha contra la violencia de género, ya sea apoyando organizaciones locales, participando en eventos comunitarios o educándose más sobre el tema.

A esto nos referimos cuando mencionamos que las acciones que se realizan no son comunitarias. Pueden sumar, pero no llegan al territorio concretamente. Este es un punto más que importante para tener en cuenta las campañas masivas en todos los medios de comunicación.

 ¿Qué deben incluir las campañas para prevenir violencias?
¿Qué deben incluir las campañas para prevenir violencias?

Estas campañas deben además representar la diversidad de experiencias y contextos en los que se vive la violencia contra las mujeres, asegurando que la campaña sea inclusiva y sensible a diferentes realidades culturales y sociales. Generar contenidos teniendo en cuenta la interseccionalidad.

Y por último medir el impacto a largo plazo, evaluar si estas acciones promovieron cambios culturales y estructurales que desafíen las raíces profundas de la violencia de género, buscando un impacto duradero en la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres. Por estas razones deben realizarse a conciencia, cuidando cada detalle y sostenidas en el tiempo.

En resumen, las campañas en medios de comunicación deben ser integrales, educativas y orientadas a cambiar actitudes y comportamientos hacia formas más positivas y respetuosas de relacionarse entre personas de todos los géneros.

(*) Periodista feminista abolicionista, directora/editora de Diario Digital Femenino. Co coordinadora de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género de Argentina RIPVGAr. Titular de la web de Asesoramiento y Capacitación https://lennycaceres.com.ar/ Autora del libro La transversalidad del género: espacios y disputas.(Ed. Sudestada)

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