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Fueron muchos los años de esconderse amando, de perderse de amar en el laberinto del ocultamiento.

Por Emiliano Samar*

Escucha el artículo en la voz de Marina Colado

 

Otra historia de amor es una película argentina estrenada en 1986,​ bajo la dirección de Américo Ortiz de Zárate y con guión de Juan Carlos Brown. Mario Pasik y Arturo Bonín dan vida a Jorge Castro y Raúl Loberas. Ambos empiezan una relación amorosa clandestina. Cuando ambos están enamorados y felices son descubiertos por una secretaria de la empresa. Todo hace que se desate un escándalo cuyo eco llega a impactar en sus mundos personales y laborales.

Otra historia de amor
Otra historia de amor

Amores de la periferia de la ley, de los mandatos heteropatriarcales, estigmatizados, clandestinos, dan cuenta de historias silenciadas y del ensañamiento de una sociedad opresiva enredada en las tramas aún anquilosadas de la historia.

Desde que se establecieron aquellas poblaciones europeas en nuestro territorio, con su tradición hispánica de catolicismo ferviente y expresa  homolesbotransfobia institucional, la historia del colectivo LGBTIQ+ es la historia de una persecución social, de hostigamientos, discriminación y «una represión en lo sexual que caracterizará gran parte del itinerario histórico diacrónico» como plantea Osvaldo Bazán en su Historia de la homosexualidad en la Argentina: de la conquista de América al siglo XXI.

También es la historia de las pequeñas revoluciones cotidianas, de quienes se animaron a intentarlo, de quienes anduvieron la lucha para el reconocimiento y la ampliación de derechos.

Para sobrevivir, quienes protagonizaban historias se volvían autores de ficciones, cambios de nombres, citas camufladas, anécdotas distractivas. Las fuerzas policiales, los edictos, las leyes, y la discriminación social, volvían el acto de amar o el ejercicio de la sexualidad disidente un acto riesgoso, valiente y contracultural. ¿Cuáles son las huellas de las vivencias del amor en aquellos siglos otros, en épocas de carta manuscrita o teléfono a cospel? El colectivo LGBTIQ+ fue perseguido, preso, desaparecido, incluso asesinado a lo largo de los años. Aún hoy somos testigos de los crímenes de odio. Pero cuál es el registro de estas historias, la de los valientes victoriosos en sus pequeños relatos de escondites, la delatadas por testigos horrorizados ante aquello que se corría del molde, la de quienes militaron atreviéndose al propio riesgo, la de quienes fueron perseguidas y perseguidos por no poder ocultar lo incontrolable. Por ejemplo, sabemos que “hay muy escaso material, en el período de dictadura, de registro de las detenciones que se hacían a las maricas. Esto lleva a pensar que esas detenciones se hacían lo mismo, pero no había registro” señala Cristian Prieto, autor de “Fichados, crónicas de amores clandestinos” y agrega: “se perseguía a una persona por razones políticas y de repente esa persona era amanerada o no se juntaba con personas del sexo opuesto: entonces se sumaba a la ficha que era homosexual o amoral sexual, lo que constituía un delito”.

Otra historia de amor
Otra historia de amor

Al parecer cuando amar es un delito existen algunas opciones, hacerlo en las sombras, dejar de amar o amar callåndolo.

Otra historia de amor es una película que llegó con el retorno a la democracia, una apuesta que trazó en la pantalla grande una marca. Algo había delineado su predecesora Adiós Roberto. Dar cuenta del amor desplegando en las salas una narrativa de lo que empezaba a ser posible.

Quizá por aquella historia o por las de tantas y tantos que pudieron rozar sus manos iluminados apenas en las butacas de cuerina de un cine de barrio o por las historias que no llegaron a ser pero agitaron el pecho en momentos menos libres que estos que vivimos. Quizá por algo de eso la película termina con un maravilloso texto de Julio Cortázar: «Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio».

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(*) Columnista de Diario Digital Femenino
@emilianosamar
emilianosamar@gmail.com

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