Mitos: Entendemos mito como “historias imaginarias que alteran las verdaderas cualidades de una persona o de una cosa y les da más valor del que tienen en realidad”. Cuando de abuso sexual contra las infancias es peligrosa esta tradición oral que explica, por medio de la narración, situaciones que son altamente atendibles, que de no ser así causan un daño estructural en nuestras niñeces y adolescencias, muchas veces irreversible.
Debemos asumir el compromiso social y político de referirnos a las cosas por su nombre y abordarlas en la dimensión que corresponde.
Escucha este artículo en la voz de Marina Colado
Sobre abuso sexual contra las infancias las negaciones, manipulaciones y desacreditación a la voz de niñas, niños y adolescentes son innumerables, aquí desmitificaremos algunas de las expresiones comunes que pretenden tener fuerza de verdad. Hay quienes todavía creen en ellas, las reproducen.
Mito: Los abusos sexuales contra los NNyA no son frecuentes.
REALIDAD: Son un problema común en la infancia. Según datos de la OMS, 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres adultos declararon haber sufrido abusos sexuales en la infancia.
Mito: Los agresores sexuales siempre usan la fuerza física para someter sexualmente a los NNyA.
REALIDAD: No siempre utilizan la fuerza física. Por el contrario, suelen emplear como tácticas de persuasión y manipulación, juegos, engaños, amenazas y distintas formas de coerción para involucrar a los NNyA y mantener su silencio.
Entre las tácticas de seducción de los agresores se incluyen la compra de regalos y la organización de actividades especiales. Son actitudes que confunden a los NNyA porque las perciben como señales de aceptación. Los agresores tienden a adoptar tácticas que comienzan con una conducta inapropiada, que no necesariamente alcanza a configurar un delito pero gradualmente escala a través del tiempo hasta transformarse en un delito serio. Además, los abusos sexuales pueden tener lugar durante períodos que duran semanas, meses y hasta años, antes de ser descubiertos.
Mito: Niños y niñas de preescolar no necesitan obtener información sobre el abuso sexual porque se aterrorizarían si son informados sobre el tema.
REALIDAD: En lugar de atemorizarlos, los programas educativos ayudarían a que, desde pequeños, los niños y las niñas desarrollen habilidades para protegerse de una manera útil y eficaz de los agresores.
Mito: NNyA que han sufrido abusos sexuales son agresores sexuales en su vida adulta. Solamente una proporción de niñas, niños y adolescentes que fueron abusados sexualmente y no recibieron tratamiento adecuado devienen en agresores sexuales.
REALIDAD: Este mito es fuertemente estigmatizante para las víctimas –en particular, para los varones- y tiene una complicación: incrementa la tendencia de las víctimas a mantener el secreto, aún al llegar a adultos, por el temor a ser vistos como agresores sexuales.
Mito: Los abusos sexuales ocurren contra NNyA de familias con menores recursos.
REALIDAD: Ocurren sin distinciones en todos los estratos socioculturales. El mito se explicaría por la existencia de un subregistro estadístico de los casos que afectan a los niveles socioculturales más acomodados, ya que suelen denunciarse aún menos que el resto.
Mito: Los agresores son personas aisladas socialmente que tienen un perfil de personalidad específico y algún tipo de enfermedad mental o perversión.
REALIDAD: Cualquier persona puede ser un abusadora. Es necesario desterrar el mito de que quien comete un acto de abuso sexual contra NNyA tiene una estructura de personalidad anormal o pervertida. La realidad es que los agresores pueden ser tanto varones como mujeres, heterosexuales u homosexuales, neuróticos, psicóticos, perversos o seniles. No existe un perfil de personalidad específico ni test que detecte o excluya a quien agredió sexualmente a un niño o una niña. Los agresores son personas que se encuentran en nuestro entorno: padres, abuelos, tíos, vecinos, docentes, amigos. Circulan en la sociedad y pasan desapercibidos porque su conducta social (lo que se ve) no muestra su conducta sexual (aquello que no se ve).
Mito: Niñas y niños mienten, inventan, fantasean. Son inducidos, fabuladores, programados. Por lo tanto, sus dichos no son creíbles.
REALIDAD: Estas afirmaciones indican prejuicios arraigados en nuestra sociedad que son empleados para descalificar e invalidar los dichos de los niños y las niñas.
En primer lugar, no está demostrado que las niñas y los niños mientan más que los adultos. Es verdad que aprenden a decir mentiras de los adultos, pero esas mentiras son infantiles y se destacan por su ingenuidad, obviedad, simplicidad y fácil detección. Suelen ser negaciones más que inventos. Por ejemplo, al intentar evitar algún reproche o castigo niegan que rompieron algo y le echan la culpa a un animal doméstico o a un hermano, no reconocen que sacaron una nota baja en la escuela o tienen tarea escolar pendiente.
En segundo lugar, niñas y niños pequeños y aquellos que tienen discapacidad mental no poseen las habilidades madurativas, cognitivas ni evolutivas que se requieren para inventar, fantasear, fabular, fabricar y sostener mentiras complejas de un modo creíble. Menos todavía podrían hacerlo ante profesionales de la salud mental entrenados para evaluarlos.
Este tipo de entrevistas deben realizarse en tiempos y lugares adecuados, porque incluso niñas y niños en edad de preescolar pueden dar testimonios de sus experiencias personales con un grado sorprendente de certeza y veracidad, máxime si han involucrado su propio cuerpo.
En tercer lugar, no es sino en la pubertad que se comienza a fantasear con la genitalidad adulta. Los niños tienen conocimientos básicos sobre la reproducción humana, pero desconocen las modalidades de la sexualidad adulta, que se caracteriza por su genitalidad explícita.Este es un indicador clave: los relatos de NNyA que padecieron abusos sexuales incluyen un conocimiento de la genitalidad adulta desfasado y anómalo para la edad, que se suma a la presencia de un estado emocional negativo.
Mito: Las denuncias suelen ser inventadas por las madres.
REALIDAD: En nuestro país tuvo amplia divulgación el “Síndrome de Alienación Parental (SAP)” que consiste en asegurar que un progenitor intencionalmente induce a su hijo para que, sin causa, rechace al progenitor no conviviente. A pesar de haber sido refutado por la comunidad científica nacional e internacional, el SAP se emplea como estrategia para conseguir ante la Justicia una defensa exitosa en casos de abuso sexual intrafamiliar y en disputas por la custodia y el régimen de visitas. Su utilización provoca que no sean tenidas en cuenta las particularidades de cada caso de abuso sexual cometido contra NNyA y esto impide distinguir los casos verdaderos de los falsos. Lo expuesto no implica desconocer la existencia de denuncias falsas deliberadas. Las hay, pero en un número muy inferior del que suele creerse. Es importante destacar que el empleo del SAP refuerza asimetrías históricas, invisibiliza y debilita a las verdaderas víctimas vulnerables en nuestra sociedad: las niñas y los niños.
Mito: Las denuncias de abuso sexual suelen ser falsas
REALIDAD: Sólo una minoría de los casos de abuso sexual contra NNyA se conoce y se denuncia, porque la gran mayoría de niñas y niños suele callar por temor a represalias y por culpa o vergüenza. Muy pocos abusos se logran comprobar. Sin embargo, las denuncias se han incrementado sostenidamente a partir de finales de los ‘90 y este cambio se explica porque existen una mayor sensibilización social y mejoras en el acceso a las denuncias.
Los mitos cristalizan en el sentido común, que está poblado de frases cuyos implícitos es tarea de todas y todos desarticular porque en ellas concurren prejuicios que vulneran derechos. Algunas de ellas son: “hay un abuso de las denuncias de abuso”, “las madres denuncian por vengativas”, “los hijos son programados para hacer declaraciones falsas”, “existen muchas denuncias falsas”, “las madres alienan a los hijos”, “las madres buscan excluir al padre de la vida del hijo”.
El denominado Síndrome de Alienación Parental fue inventado en 1987 por un psiquiatra llamado Richard Gardner y consiste en que un progenitor (80 a 90% de los casos, la madre) intencionalmente aliena o programa niño o niña para que rechace, sin causa real, al progenitor no conviviente. Ha sido objetado como síndrome por la comunidad científica nacional e internacional. Entre otros, por la Asociación Argentina para el Maltrato y Abuso Sexual contra la Infancia, la Federación de Psicólogos de la República Argentina, la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, la Asociación Americana de Psicología, la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Neuropsiquiatría, la Asociación Médica Americana, la Asociación Nacional de Fiscales de Estados Unidos, la Asociación Americana de Psiquiatría.
Dónde denunciar
- Línea 102: Este servicio gratuito y confidencial brinda un espacio de escucha, contención y orientación para niños, niñas y adolescentes y también realiza intervenciones, de manera conjunta con otros organismos del Estado, ante situaciones de vulneración de sus derechos. Las siguientes jurisdicciones cuentan con este número: CABA, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires, Córdoba. En La Pampa, se puede llamar al 101 y en San Luis y Río Negro, al 911. En Chubut, llamar al: 0297 154779774 / 02945 15 551610 / 0280 15 4575 758. En Tierra del Fuego, a las líneas: 02901 657789 / 464472 // 02964 490270/605670. En Santa Cruz: 02966 644943 / 02966 706676. En Santa Fe: 0342 155145520 / 0341 153217392. Para más información podés escribir a: linea102@senaf.gob.ar
- Centros de Acceso a la Justicia (CAJ). Dependen del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Son oficinas que brindan servicios de atención legal primaria gratuita con más de 250 puntos de acceso en todo el país, atendidos por profesionales. También dan atención y asesoramiento de manera virtual en los siguientes números: CABA: 1133108480 PBA: 1133107947 CUYO: 2644430111: Mendoza, San Luis, San Juan, La Rioja. NOA: 3855147941: San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Jujuy, Salta. NEA: 3704960176: Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes. CENTRO LITORAL: 351 153113579: Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe. PATAGONIA: 294451965: La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego.
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