
Cada tres segundos una niña es forzada a contraer matrimonio. En Sierra Leona la pandemia incrementó los casos de niñas obligadas obligadas a organizar su “ajuar”.
Por Daniel Héctor Saban*
@danielhectorsa3
El «enlace» con niñas es muy común en el país africano. Con el mismo se inicia una infancia sin escolaridad y el trabajo esclavo. Constituye una práctica tradicional que se lleva a cabo en numerosos países y que supone una grave violación de los derechos niñas, niños y adolescentes el cual impide la libertad física de la persona, así como su capacidad para decidir su futuro.

Ubicada en el oeste del continente africano, en Sierra Leona, un 54% de sus habitantes se halla bajo la línea de la pobreza. Unicef ubica al país, entre los 18 en la lista con mayor prevalencia de matrimonio en la infancia. La agencia dependiente de la ONU estableció que un 39% de las niñas se casan antes de los 18 años y un 13% lo hace sin cumplir 15 años. En muchos casos, las niñas y adolescentes con escasa edad son obligadas a mantener relaciones sexuales y luego convertidas en esposas.
La Child Right Act 2007 prohibe el sexo con niñas, niños y adolescentes menores de 18 años sin excepciones, aunque el mismo sea supuestamente consensuado. Y como contrasentido, se posiciona, la Registration of Customary Marriage and Divorce Act 2009 que permite contraer matrimonio antes de esa edad con la connivencia de las familias.
El matrimonio con las infancias y adolescencias, en general, es fruto de una combinación de pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de NNyA.
Jorge Crisafulli, director de Don Bosco Fambul, es un salesiano con mucha experiencia adquirida en países de África, y quien posee un amplio conocimiento en los derechos de las infancias declaró que: “Eres mujer, eres niña, en un sitio donde el hombre es todo. Te conviertes en un objeto y en una mercancía”.
“Es un crimen. Está contra el derecho de las niñas a terminar su educación, a crecer, a madurar física y mentalmente y a tener la opción libre de elegir a su pareja”, sostiene Crisafulli.
El salesiano, sostiene que el matrimonio con infancias en Sierra Leona es un hecho, sobre todo en las zonas rurales que son las más pobres, donde las familias están sumidas en una profunda y extrema pobreza.
El 14% de las niñas se casarán antes de cumplir 15 años. Una de cada tres, se habrá casado antes de cumplir 18 años.
En Sierra Leona, las familias están casando a las niñas debido a la situación económica recrudecida por la pandemia. Los matrimonios están aumentando a medida que los efectos del COVID -19 se van extendiendo, profundizando la pobreza.
Los padres necesitados, en la mayoría de los casos reciben una dote para su hija, unos metros de tierra o tal vez unas pocas cabezas de ganado que le brindan ingresos o dinero en efectivo y la promesa de hacerse cargo de la responsabilidad financiera de la niña o adolescente, quien se deberá encargar de las tareas domésticas de la familia de su “marido” y a menudo también del trabajo agrícola.
En Sierra Leona, la tasa de matrimonios con menores de 18 años había caído del 56% en 2006 al 39% en 2017, un logro fundamental, ante la mirada de los organismos gubernamentales y de los activistas de protección de las infancias. Al llegar el Covid en marzo de 2020, las escuelas se fueron cerrando y los matrimonios se aceleraron.
Muchas familias no podían tener en claro cuándo volverían las clases en las instituciones educativas y ante el temor de que sus hijas quedaran embarazadas sin estar casadas, vieron el matrimonio precoz cómo una opción normal.
Fatima Maada Bio, primera dama de Sierra Leona ha estado trabajando con su campaña “Hands Off Our Girls” para cambiar la mentalidad reinante. Bio misma, escapó del Reino Unido cuando era adolescente al enterarse que su padre tenía la intención de ofrecerla en casamiento. Asevero a la Associated Press:”si se fuerza a un niño (niña) a casarse a una edad muy temprana, se está legalizando la violación de ese niño (niña)”.

Si bien el sexo con niñas menores es ilegal en Sierra Leona, rara vez se hace cumplir. Las autoridades afirman que los casos no son reportados porque las familias ya acordaron el matrimonio, ya sea que las niñas hayan dado su consentimiento o no.
En África subsahariana existen alrededor de 48 millones de niñas, niños y adolescentes que son explotados laboralmente, uno de cada tres menores de 15 años. Las repercusiones de casarse siendo aún unas niñas las afecta a lo largo de toda su vida. El matrimonio marca el fin de su educación, limita sus oportunidades económicas fuera del hogar y las expone a la violencia física, sexual y emocional por parte de sus “maridos” abusadores.
El matrimonio en la infancia también amenaza los esfuerzos por mejorar la salud de las madres en todo el continente africano. Las “novias” aún niñas se enfrentan a un mayor riesgo de muerte y lesiones en el embarazo y en el parto. También crecen las posibilidades de morir durante el alumbramiento; asimismo sus bebés corren más riesgos cuando una madre tiene menos de 18 años.
La defensora de los derechos del niño, (niñas y adolescente) Angelique Kidjo, embajadora de UNICEF aplaude la campaña iniciada por la Unión Africana con el fin de acabar con las bodas precoces: “Juntos podemos hacer de África un continente sin matrimonios infantiles”.
Existen 650 millones de niñas-esposas en el mundo y cerca de 10 millones más están a punto de ser casadas en la actualidad. Mona Aika, especialista en protección de las infancias, de la oficina regional de África Oriental y Meridional de Unicef apunta a que la causa de estas elevadísimas cifras se han debido esencialmente por el confinamiento impuesto: “Las estrictas medidas de contención al inicio de la pandemia llevaron a un aumento de las amenazas para la seguridad y el bienestar de las niñas y las mujeres. Esto incluye el matrimonio infantil (NdR: Debe decirse “En la infancia”), la mutilación genital femenina, la explotación, el abuso, la violencia de género, la negligencia y la exclusión social”.
Se lograron evitar 25 millones de casamientos, pero estos progresos se hallan hoy en peligro. Aika sostiene que: “se necesitan sextuplicar los esfuerzos de los últimos diez años para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5.3 sobre erradicación del matrimonio infantil (en la infancia)”.
En enero 2021, EDUCO, una ONG que trabaja para promover sociedades más justas y equitativas, junto a PREM (People’s Rural Education Movement), un organismo local de concienciación y empoderamiento femenino, iniciaron un programa para resaltar los daños colaterales de las bodas prematuras.
El trabajo de sensibilización es crucial para modificar un estilo de vida normal, que les toca por el simple hecho de ser mujeres. Es indispensable empoderar a las mismas para poder erradicar esta práctica, garantizando una educación de calidad para permitir que la infancia se constituya en un derecho real.
Henrietta Fore, directora de Unicef, sostiene que: “Si reabrimos las escuelas, ponemos en marcha leyes públicas y políticas eficaces, garantizamos el acceso a los servicios sanitarios y sociales podremos reducir significativamente el riesgo de que se prive a las niñas de su infancia debido al matrimonio”.
(*) Columnista de Diario Digital Femenino
danielhsaban@hotmail.com