

La Dirigenta de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina ha sido noticia debido a su afirmación sobre la supuesta “Legalización del trabajo sexual” la cual habilitaría 60 mil puestos de trabajo. La propuesta suena muy interesante y progresista de no ser por los indices de un país son el 100% del PBI endeudado, 40% de pobreza, y otros 12% de desocupación. Es decir en una Argentina donde se vivió un proceso no solo de desindustrialización sino de precarización laboral se pretende reglamentar la prostitución para formalizar a un sector estigmatizado. En el mundo capitalista no es casual que cuando las crisis económicas se apoderan de la situación política, también las personas más golpeadas (lxs pobres) recurren a diversos tipos de actividades para subsistir resignando derechos, ademas que las instancias de crisis son utilizadas por el poder para bajar los sueldos debido a que las poblaciones con menos ingresos o desocupadxs, estan dispuestxs a relegar derechos con tal de re-ingresar al mercado laboral. Es decir, los empresarios aumentan su tasa de ganancia a costa del hambre del pueblo. En este terreno apocaliptico de la Argentina 2020 se inscribe una propuesta bastante anacrónica, Orellano cita a un decreto de Perón en 1954 donde permite las “Zonas rojas” en el contexto de una disputa con la Iglesia, para formalizar el distanciamiento del clero.
Este recurso audaz pero fuera de época tiene un doble juego, uno presentar a la reglamentación de la prostitución como genuina y progresista aprovechandose del cambio de hegemonía simbólica del país para inscribir a dicha reglamentación como parte de la lucha Feminista de Iglesia y Estado asunto separado. En cuanto a esto podemos decir dos cosas:
1 Es desconectado de una realidad latinoamericana inscribir a la problemática de la prostitución como un conflicto entre los estados (o lideres de estado) y la iglesia, dado que existe un reforzamiento de las alianzas entre este y las Iglesias, lo podemos ver con el golpe en Bolivia o el ascenso de Bolsonaro. La lucha del feminismo contra la iglesia también es la lucha por un estado laico y una educación sexual para decidir, esta fue la gran conclusión de la lucha por Aborto Legal en 2018.
2 La crisis social solo lleva al aumento en número de las personas en situación de prostitución, reforzando la estigmatización y la persecusión, pero de ninguna manera los estereotipos negativos asociados a lo que Orellano denomina “Trabajo sexual” son quienes generan la marginación, sino al revés, la necesidad material vulnerada de alimentarse lleva a la prostitución y esta a la marginación y falta de oportunidades debido a los estereotipos negativos.
En la comunidad trans es evidente, ya que las pocas estadísticas que existen de este sector de la sociedad coinciden en que la deserción escolar y el “Secundario incompleto” lo sufren debido a la marginación social y la discriminación, ademas de ser una de las poblaciones con mayor indice de desocupación, es por eso la necesidad del cupo laboral trans, una ley pensada para que las trans en situación de prostitución puedan salir y construir una vida libre de violencias.
Está de más comprobado los lazos de AMMAR con las redes de trata, teniendo varias de sus dirigentas procesadas y detenidas, esto hace más grave aun la situación, es decir ¿Es posible un feminismo que ampare las redes de trata? NO. Por otro lado el monotributo es un derecho de todxs lxs ciudadanxs y podemos sacarlo independientemente de la actividad realizada, basta con ir al Anses y solicitar el “Monotributo social” Si es para eso que Georgina propone la “legalización” solo una cosa es clara Miente. Por otro lado, la prostitución es legal en Argentina, siempre y cuando no haya intermediarios de por medio. Entonces es necesario que se aclare sobre esta relación de patrón- empleada que se propone, está mas que claro que desde esta organización se propone instalar al proxeneta como patrón y a las explotadas sexualmente como empleadas, con un solo objetivo aumentar la tasa de ganancia de los llamados capitalistas del sexo, en esto el sindicato de meretrices tiene un rol central, actuar como burocracia sindical, es decir obrar contra los derechos de los trabajadores.
AMADH (Asociación de mujeres por los derechos Humanos) es una organización de la sociedad que dio una intensa campaña para derogar los edictos policiales y códigos contravencionales, además de exigir políticas publicas al estado para que las mujeres travestis, trans salgan de la prostitución y puedan insertarse al mercado laboral formal, las cuales deben estar orientadas hacia las personas vulnerables de sumergirse en la terrible violencia que es la prostitución. Una cosa es clara, darle la potestad al mismo estado que violenta y vulnera a las compañeras que ejercen la prostitución de regimentar la actividad atenta contra los Derechos humanos.