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El legislador Fernando Iglesias fue cuestionado por tocar sus genitales en medio de un acto, mientras María Eugenia Vidal daba un discurso.

Mariana IglesiasPor Mariana Iglesias

No se ven muchas mujeres sentadas con las piernas abiertas en el espacio público. La razón no es que se les vería la ropa interior, porque tampoco lo hacen cuando están con pantalones. Los varones sí lo hacen, todo el tiempo. Incluso invadiendo lugares que podrían ocupar otras personas, incomodando. Tan usual es el hábito en todo el mundo que tiene nombre: «Manspreading», algo así como hombre extendiéndose, desparramándose.

¿Por qué lo hacen? Porque siempre han sido y se han sentido los amos y señores en el espacio público. El “despatarre” -así se le dice en España- puede ser adrede, como para marcar el terreno o muestra de varonilidad y poder, hasta un reflejo inconsciente, porque es cultural.

Sentarse con las piernas abiertas no sólo se ha considerado desde la antigüedad una actitud “poco femenina”, sino que también -y fundamentalmente- tiene con ver con aquello de “cerrar las piernas”: las mujeres como responsables de abusos y violaciones, incluso de incitarlos. Son las mujeres quienes deben comportarse y defenderse de los ataques.

Tocarse los genitales si, dar la teta no

Tocarse los genitales es parte de la batería de comportamientos que los varones se sienten habilitados a hacer ante la vista de todos, como escupir o poner los pies sobre la mesa, mientras todavía hay mujeres que no pueden amamantar en público a sus bebés.

Hay un síndrome, el de los “Genitales inquietos”, que la medicina describe como molesto y que al parecer lleva a tener la inquietud permanente de estar tocándolos.

El diputado Fernando Iglesias tocó sus genitales en público mientras María Eugenia Vidal presentaba propuestas del partido. Ante las críticas por su comportamiento, el legislador no habló del síndrome sino que alegó una hernia. y preguntó «Por?», minimizando cualquier cuestionamiento.

Hace poco el legislador Iglesias fue calificado de misógino por considerar que la reunión que mantuvo el año pasado la actriz Florencia Peña con el presidente en la residencia de Olivos era un “escándalo sexual”, además de frases machistas que usó contra otras mujeres.

Su compañero Jorge Enríquez salió a defenderlo: «Las visitantes VIP desvían la atención haciéndose las víctimas. Florencia Peña dice que no entiende por qué le critican sus visitas a Olivos. Si no lo entiende, se lo tenemos que explicar». La tendencia paternalista de los varones de explicarles a las mujeres lo que ellas entienden perfectamente, y además con tono condescendiente, es tan usual que también tiene un nombre: «Mansplaining».

Clarín

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