
Actualmente la violencia sexual contra la niñez y adolescencias pareciera ser un tema que dejó de ser de tratamiento exclusivamente profesional para tener conocimiento y repercusión nacional, lo que debemos alentar porque hace a la visibilización del tema y el develamiento de lo no dicho, de lo guardado en secreto, de lo que se escuchaba a dos voces o entre pocos. Hablar del tema destapa la impunidad del agresor. Sin embargo esta puesta en conocimiento público, implica diversidad de opiniones y pareceres con la consecuencia de la irresponsabilidad de lo dicho y cómo impacta en oyentes o televidentes. “Si lo dijo el famoso, debe ser así”, “Si lo dijo la famosa, entonces no es delito”.
Por Diego Oscar Ortiz*
Como referí anteriormente, a pesar que el tema se encuentra impuesto ya en la sociedad, la desinformación de algunos medios de comunicación nos produce escozor por las consecuencias o peor aún por la legitimación de la violencia sexual. Parecería que se trata de buscar justificativos para el accionar del presunto violento y no peticionar la averiguación de la comisión de un delito para saber si cabe responsabilidad civil y penal. Pocos medios piden que se averigüé, que el poder judicial investigue lo sucedido. Esto es lo que arde, lo que nos produce ruido y duele, como debates zanjados vuelven a la luz en forma de cuestionamientos, exculpación del agresor y naturalizaciones del maltrato. La condición de niño, niña y adolescente está por encima de las circunstancias particulares de su contexto. Es recomendable que estas temáticas deben ser visibilizadas como problemáticas sociales y no como casos individuales. Una palabra o una imagen inapropiadas en una noticia puede cercenar o violar abiertamente derechos consagrados de la infancia[1].
La opinión sobre estos temas debe ser dada por profesionales especializados en la temática, no se trata de lo que un famoso opine o diga en base a sus experiencias personales sino de fundamentos normativos y específicos de la temática que intenten echar luz al tema, se trata de la integridad psicológica y sexual de un menor de edad, de la posible comisión de un delito.
Actualmente informar acerca de la niñez y la adolescencia, implica asumir nuevos retos, puesto que los medios desde sus prácticas discursivas pueden ayudar mucho, al contribuir a garantizar y proteger derechos esenciales como lo disponen la Convención de los Derechos del Niño con rango constitucional en nuestro país y las leyes 26150, 26061, y 26522, entre otras normas[2].
Aquí el dilema discutible para el medio de comunicación, se presenta en convocar a un famoso o famosa para que opine o a un profesional especializado que trate el tema, ya sea de la disciplina del derecho, psicología, trabajo social. Se puede aducir como motivo de convocar a alguien conocido, la libertad de expresión que tiene toda persona, el derecho a opinar libremente, etc. Por ende, generalmente prima la primera opción, ya sea por conveniencia, medición del rating, etc.
Aquí se generan algunos interrogantes: ¿Dónde está la responsabilidad de un medio de comunicación que invita a un famoso modista que opina sobre el tema? ¿La liviandad en el tratamiento de la noticia, acarrea alguna responsabilidad? Parecería que al no ser tan claro el mecanismo jurídico de responsabilidad, pasa por alto y se va a otro tema como si nada hubiese pasado.
En el supuesto que el medio de comunicación quiera aclarar algo de lo dicho y desdecirlo, ¿Con el derecho a réplica es suficiente?, en el mejor caso que lo efectúen. Ahora debemos pensar de qué manera hacer ese derecho a réplica.
Otro de los interrogantes que surge sobre el tema es. ¿Qué responsabilidad tiene ese famoso o famosa que opina?, dando un concepto amplio de responsabilidad, ya sea por ser famoso, por el alcance de lo que se dice. Considero que uno de los problemas reside en pensar que lo manifestado no es inadecuado ni le implica ningún grado de responsabilidad. Ahí volvemos a la invisibilización y naturalización del maltrato.

¿Por qué un programa de espectáculos trata este tema?, ¿no debería ser un tema tratado por noticieros o programas de interés general? Como espectador, impacta que se pase de una noticia de este tipo a otra exclusivamente de espectáculos (difusión de una obra, pelea entre famosos, publicidad de una marca dentro del programa), es como poner todo en un cajón de sastre. Por último y no menos importante, ¿Existe alguna finalidad?, debería tenerla en pos de propender a los derechos de niños, niñas y adolescentes.
El impacto social de estos temas que se insertaron por estar involucrado uno o varios famosos, debería ser la oportunidad para informar adecuadamente sobre los mismos, echar sal a una herida no suma sino arde.
(*) Abogado, Profesor Universitario en Ciencias Jurídicas, Especialista en Violencia Familiar, autor de libros y artículos de su especialidad. Columnista de Diario Digital Femenino.
[1] Guía para un tratamiento periodístico adecuado de las temáticas de niñez y adolescencia, Unicef, Gobierno de la Provincia de Salta, Ministerio de Derechos Humanos, https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/guia_para_un_tratamiento_periodistico_adecuado_de_las_tematicas_de_ninez_y_adolescencia.pdf.
[2] Guía para un tratamiento periodístico adecuado de las temáticas de niñez y adolescencia, Unicef, Gobierno de la Provincia de Salta, Ministerio de Derechos Humanos, https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/guia_para_un_tratamiento_periodistico_adecuado_de_las_tematicas_de_ninez_y_adolescencia.pdf.