A principios de julio, un grupo de pediatras, alarmados por la situación alimentaria,
especialmente en relación a niñeces y adolescencias, dirigieron un llamado al
Gobierno Nacional para que reconsidere su política, y no sólo entregue la mercadería
guardada en galpones, sino que ponga en marcha las líneas de distribución
reglamentadas por ley y facilite el acceso seguro de alimentos, sin interrupciones a toda la población.
La carta abierta contó con la adhesión de centenares de pediatras de todo el país y profesionales de los equipos de salud que asisten a niñas, niños y adolescentes (NNyA) y sus familias.
También tuvo repercusión en la opinión pública, en medios audiovisuales, escritos y en redes sociales. Asimismo, sociedades científicas y organismos internacionales, como el ODSA-UCA, la Sociedad Argentina de Pediatría y UNICEF, se han manifestado sobre lo urgente del tema HAMBRE en Argentina.
En la oportunidad, Diario Digital Femenino dialogó con el médico pediatra, Dr. Enrique O. Abeyá-Gilardon para consultarle sobre las consecuencias futuras de estas medidas, sobre talla, peso y nacimientos con bajo peso, el profesional nos puntualizaba la diferencias de estos interrogantes, “hace unas semanas el INDEC informó la evolución del coeficiente de Gini y desde el primer trimestre del año se ve una suba muy pronunciada del índice, señalando un gran aumento de la inequidad de ingresos, acaparando más ingresos los deciles superiores de ingreso a expensas de los deciles inferiores (los pobres). La antropometría es un indicador global de bienestar, salud y adecuado estado nutricional. Durante la década ganada hubo un notable incremento de la talla de los preescolares, reflejado por los registros del Programa SUMAR del Ministerio de Salud (Pablo Núñez et al. 2016. Impact universal health coverage on child growth and nutrition in Argentina. Am J Pub Health).
Los registros actuales de Barrios de Pie señalan el grave deterioro en los sectores más humildes y carenciados del país. Esos déficits auguran un mal futuro para niñas y niños, y por ende para la fuerza laboral del país”.
Sobre los nacimientos con bajo peso y el impacto en la vida futura de niñas y niños Abeyá señaló que todavía no ha transcurrido el tiempo necesario para poder evaluar la situación actual, “hay trabajos, pero aún no se pueden analizar en relación con la situación actual. Seguramente se observará un aumento de las tasas de mortalidad referidas a este período, pero habrá que esperar para poderlo documentar y simultáneo a la caída de peso al nacer. Pero habrá que ser muy cuidadoso al interpretarlo por los sesgos que produce la selección de los que están mejor”. “El impacto es mayor cuanto menor es el niño y más prolongado es el efecto. La primera manifestación es disminución de la atención, déficit en la comprensión y socialización”, remarcó.
Sobre datos concretos que pudiera haber hoy para evaluar situación y riesgos nos comentó sobre las estadísticas actuales difundidas y que el Estado libertario parece no ver, “las únicas estadísticas relacionadas a la situación actual son las de INDEC, ODSA/UCA, Barrios de Pie y su Indicador Barrial de situación nutricional, y UNICEF, pero señalan las condiciones de vida no los resultados. Estos últimos son cualitativos referido por profesionales que niñas y niños que se internan en hospitales se encuentran en peor situación nutricional que los habituales y la escasez de recursos antes provistos por el Estado para tratamientos especiales y discapacidades”, puntualizó.
La segunda carta
En esta segunda carta abierta más allá de la profunda preocupación, manifiestan contundencia en el reclamo:
“Queremos advertir que, como la punta de un iceberg, niños y niñas sin acceso a alimentos nutritivos requieren internaciones, en los hospitales pediátricos de alta complejidad, por déficits de nutrientes. UNICEF documentó y difundió la disminución de la ingesta de carnes y leches en las infancias, lo que también afecta a las madres gestantes y amamantantes. NNyA con enfermedades crónicas: cardíacas, neurológicas, u otras se descompensan por la interrupción de la entrega de alimentos específicos y requieren internaciones.
Los consultorios de distintas especialidades pediátricas advierten que reciben pacientes cansados, sin energía, que refieren que no han comido a la noche o saltean comidas.
También es notable la disminución de demanda de atención de pacientes que no están pudiendo llegar a las consultas.
Queremos ser claros: el grave daño que ocasiona una escasa e inadecuada alimentación, por tiempo prolongado, condiciona biológica, cognitiva y emocionalmente. Se verifica en cada individuo, pero también va a afectar la salud de las próximas generaciones, aumentando en ellas el riesgo de padecer alteraciones de su neurodesarrollo y un alto riesgo de presentar precozmente enfermedades crónicas no transmisibles en el curso de sus vidas.
El perjuicio infligido por la decisión del Poder Ejecutivo Nacional de ausentarse activamente de las políticas alimentarias, de apelar reiteradamente al Poder Judicial para evitar repartir o retrasar lo guardado y no planificar nuevas entregas, debe ser mensurado en toda su gravedad. Las situaciones que angustian a la población son múltiples y el agobio de lo cotidiano anestesia e iguala todas las inquietudes, dificultando la discriminación entre lo preocupante y lo irreparable.
Por todo esto:
- Convocamos con urgencia a quienes tengan acceso y poder de decisión sobre las medidas que pueden detener esta debacle, a corresponsabilizarse, como marca la Ley de Protección Integral de los Derechos de NNyA (26061 – Art 5°,6°,7°) https://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/110000-114999/110778/norma.htm
- Solicitamos al Poder Ejecutivo Nacional la urgente e imperiosa implementación de las políticas públicas que garanticen la alimentación básica a niñas, niños, adolescentes y sus familias, como condición mínima indispensable, para detener esta hecatombe.
- Solicitamos además a los Poderes Legislativo y Judicial que intervengan, desde sus funciones específicas, para que se cumpla el derecho básico constitucional de la alimentación.
EL HAMBRE ES UNA VIOLENCIA ǪUE NO DEBEMOS NATURALIZAR
Pediatras contra el Hambre
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