
Diario Digital Femenino entrevistó a Liliana Hendel, psicóloga y periodista feminista, acerca de su libro “Violencias de género: Las mentiras del patriarcado” y el caso de Jano. Hendel ha sido una de las militantes que se ha puesto al hombro la lucha por la restitución de Jano y ha acompañado a Valeria, su madre, desde el principio.
Diario Femenino: Liliana, ¿Cómo ha sido el proceso de publicación de tu libro?
Liliana Hendel: La verdad que es que estoy muy emocionada cada vez que veo el libro y que lo veo en las librerías, o alguien me comenta cosas, como que lo van a utilizar e incorporándolo en las bibliografías de los estudio de géneros, me produce una gran emoción. Le agradezco enormemente a Paidósque me haya convocado para trabajar sobre la violencia de género, y que me haya permitido trabajar sobre las mentiras del patriarcado, como también que me haya permitido tener un formato un poco atípico.
Este es un libro que tiene capítulos más cercanos al ensayo; donde tomo datos bibliográficos de otras autoras y autores; pero también una entrevista personal, una entrevista a alguien que yo he considerado que podía dar cuenta, desde su testimonio personal, de aquello que intento explicar en la parte más ensayística, en ese sentido creo que ha sido un trabajo intenso con quien fue mi editora, Cecilia Legarralde, de Paidós. Y tengo un enorme agradecimiento a quienes se han, me surge prestado, quienes se han ofrecido como entrevistadas y entrevistados, para ser parte de este trabajo que intenta poner en evidencia una situación macro.
Cuando hablamos de violencia de género, hablamos de feminicidios, y este texto tiene como objetivo plantear que para que los feminicidios sean posibles hay un territorio, una enorme cantidad de situaciones, que habilita, por un lado, la subordinación de las mujeres -aún en tiempos que se suponen igualitarios-, y por otro lado la impunidad de los violentos”.
DF: También cuenta con un prólogo más que importante…
LH: Sí, tengo el honor de haber sido prologada por dos personas que yo admiro profundamente, que son: Miguel Lorente, un médico español, que estuvo al frente del Ministerio de Igualdad, mientras gobernó el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) en España, y que escribió, hace muchos años, un texto, un libro, que se llama: “Mi marido me pega en lo normal”, que él dice que esta fue la conclusión a la que llegó después de mucho tiempo de atender mujeres que con total naturalidad, cuando él les preguntaba a raíz de alguna sintomatología que aparecía en consulta atendiendo a los niños, porque él es pediatra, en relación a situaciones de violencia, las mujeres con total naturalidad les respondían: “bueno, mi marido me pega en lo normal –risas- Que sea él uno de los prologuistas, es un hombre que milita fuertemente todo aquello que tiene que ver con las desigualdades de género.
Y una amiga querida, muy conocida para todas aquellas personas que trabajamos con el tema de las violencias, que es Nora Barrancos, que es pampeana, que ahora ya dejó de ser pampeana para ser del mundo, ni siquiera sólo de la Argentina, porque muchos años vivió en Brasil, y que me honra con un prólogo que, además, es muy conmovedor, ¿no? Cuando ella dice: “Este es un libro que debería estar en todas las mesitas de luz y en todas las bibliotecas”. La verdad, que siento que me excede en su consideración.
DF: Cuando trabajas todas estas cuestiones, que conocemos por venir trabajando desde hace tanto tiempo juntas, ¿qué te pasa con el dolor?
LH: ¿Con el dolor propio? Bueno, creo que es una virtud que me siga doliendo. Creo que es una virtud que me siga doliendo, y a mi pesar de los años transcurridos en este tema, me gusta que me siga enojando, y vos lo sabés… me gusta indignarme; me gusta es una manera de decir, ¿no? Creo que los años no me han quitado la potencia del enojo, y ni me han curado las heridas el dolor. Yo releo algunos textos, de hace algún tiempo, y vuelvo a llorar como la primera vez… La verdad es esa, vuelvo a conmoverme, pienso que han pasado los años y que Andrea todavía no tiene a sus hijos; y la acompañamos a Valeria con Jano, y la escucho y la veo llorar, y lloro con ella. Me parece que no hay anestesia posible, no hay técnica posible para una periodista que esté comprometida con la lucha de los derechos humanos de las mujeres, que te permita tomar distancia. Además, no quiero poner distancia”.
DF: Ya que mencionas al tema de Jano, estuviste en La Matanza, en la Plaza de San Justo, pidiendo dos cuestiones importantes… ¿Cuáles eran ellas?
LH: Dos situaciones. Estuvimos en La Matanza acompañando a Valeria, y las dos consignas que nos movilizaron fueron, en primerísimo lugar: Restitución. Restitución inmediata de Jano a su vida cotidiana, a la vida que implica estar en su cama, con su perrita, con su mamá, con su abuela, con su tía, con sus chiches, con sus objetos, tomando la sopa con la cuchara con la que él tomó la sopa siempre. La jueza Petrona Martínez lo arranca de su vida y lo lleva a otro lugar, con objetos extraños, lejos de la gente que lo quiere; y sobretodo lejos de la gente a la que él quiere. Así que nuestro reclamo, es un reclamo que se suma al de Valeria, pidiendo la restitución inmediata.
Por otro lado, en segundo punto, y esto creo que va a ser más largo en la historia, es destitución de esta jueza. De ésta jueza, de la jueza Villaverde, de Quiroga, de todas y todos los jueces que a lo largo de este período instrumentan el falso invento, el invento maquiavélico del Síndrome de Alienación Parental, para torturar a las niñas y a los niños, con el objetivo clarísimo de disciplinar a las mujeres que se han animado a denunciar en un sistema, que es un sistema de justicia, claramente patriarcal.
DF: Y en este caso, no sólo se animó a denunciar a su esposo, o pareja violenta, sino que se animó a denunciar a un juez, que es el castigo que le están dando a Valeria por esta cuestión
LH: Desde el año 2012 que Valeria denuncia a su ex marido, a su ex pareja, al padre de Jano, y denunció al juez Delfino, de los tribunales de La Matanza, porque cajoneaba las denuncias, y porque no hacía lugar a los pedidos de protección para ella y para Jano. El Municipio le entrega un botón anti-pánico que nunca se lo saca, a pesar de que en un momento la fiscalía pide que se le retire el botón anti-pánico por considerar que Valeria ya no estaba en una situación de riesgo. El Municipio, sin embargo, considera que esto no es así, que este hombre es un violento, que en una situación de violencia le arranca el hombro al niño, en el año 2013, y que Valeria ha tenido situaciones de ser atacada con testigos… Cuarenta y dos denuncias… ¡Cuarenta y dos denuncias es una barbaridad! A una por mes, no sé, la verdad es que es una barbaridad…
No queremos más a juezas y jueces que gocen de la impunidad de los tribunales y de la impunidad de la familia judicial y de la corporación mafiosa, que en los temas de familia constituyen un agregado de violencia institucional a las violencias que ya venían sufriendo, tanto las mujeres como las niñas y los niños.
DF: Y de acuerdo a los pasos legales que conoces que se están dando, ¿cuándo se podría dar efectivamente esta restitución?
LH: Debería darse el 9 de agosto, porque la primera cautelar que pone la jueza Petrona Martínez, para Valeria, vence el 9 de agosto. Hemos hecho todo lo posible: Hay presentaciones de la APDH de La Matanza, del Consejo Nacional de las Mujeres, de los Organismos de Protección de la Niñez, de Nora Cortiñas, que acompaña este pedido… En fin, de Norberto Liwski, del seguimiento de la Convención de los Derechos del Niño, la Dra. Schulman…Es muy impresionante la cantidad de personas, organismos y organizaciones que están acompañando a Valeria. Queremos que el 9 de agosto, cuando se termine esta primera cautelar, digo primer porque está claro que la decisión de la jueza es que haya una segunda… Estamos haciendo todo lo posible para que el 9 de agosto, la tortura termine.
Considero y tengo la más absoluta confianza en que si trabajamos juntas y juntos, desde el periodismo, con los organismos de Derechos Humanos, ya no habrá más Petronas, no habrá más Janos, no habrá más Valerias.