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El 22 de octubre en la ciudad suiza de Ginebra se firmó en forma virtual, pandemia mediante, la Declaración de Consenso de Ginebra, donde un conjunto de más de 20 países rubricaron, con el fin de “promover el aporte esencial de las mujeres a la salud, y a la fortaleza de la familia y de una sociedad eficaz y floreciente” “y para expresar la prioridad fundamental de proteger el derecho a la vida, el cual es inherente a a la persona humana”.

La Declaración de Ginebra, impulsa el consenso antiabortista
La Declaración de Ginebra, impulsa el consenso antiabortista

La declaración de Ginebra, pese a no tener rango de tratado internacional ni ser vinculante, manifestó un gesto político a favor de la “protección de la vida desde la concepción” y una crítica a las resoluciones que promueven la legalización del aborto, al cual no considera un derecho humano.

Entre los países que firmaron están Bielorrusia, Pakistan, Camerún, Irak, Kenia, Sudan del Sur, Senegal, Emiratos Árabes Unidos, Zambia, entre otros. El colapso del sistema de salud, que desnudo la falta de inversión, se viene utilizando cómo excusa para restringir o directamente negar el acceso al aborto legal, en muchos países del mundo.

En EE: UU, el aborto está avalado por el fallo de la Corte Suprema en el caso Roe versus Wade desde 1973, aunque el fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsburg pone en duda la continuidad del amparo ante la incorporación de algún miembro de distinta ideología a la corte.

Brasil fue representado por la titular de la cartera de Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves y el canciller Ernesto Araujo quien refirma el deber de proteger la vida humana desde la concepción.

La declaración del Consenso pone de relieve la posición” de que en ningún caso se debe promover el aborto cómo método de planificación de la familia, declarando que el niño necesita protección y cuidados especiales, tanto antes cómo después del nacimiento y destacando que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad.

Mientras el Papa, explica su aceptación de los homosexuales, en una tergiversación de un fragmento de una entrevista efectuada por una periodista mexicana el año pasado y que sale a luz por un documental sobre la vida y los viajes del Santo Padre en su papado, 32 países firmaron la “Declaración de Ginebra”, donde se reafirma el “deber de proteger la vida humana desde la concepción “.

Donald Trump y Jair Bolsonaro, junto a 29 países impulsaron un fuerte rechazo contra el aborto ante la Naciones Unidas, firmando un contundente gesto político pro-vida aliándose con la iglesia.

El documento según el medio Religión en Libertad, trata de proteger la familia, la salud de la mujer, la defensa de la vida humana y considera que el aborto no es un derecho humano La Declaración de Ginebra en su punto 1 sostiene que “ todos son iguales ante la ley” y que los derechos humanos de las mujeres y las niñas son “parte inalienable, integral, e indivisible de todos los derechos humanos y libertades fundamentales”.

En el punto 2 destaca:  “que las mujeres y las niñas deben tener igual acceso a una educación de calidad, a los recursos humanos y a la participación política, así como las mismas oportunidades que los hombres y los niños en el empleo, el liderazgo y la adopción de decisión a todos los niveles”.

En el punto 4 sostiene” que en ningún caso se debe promover el aborto cómo método de planificación de la familia”.

La Declaración de Ginebra, intenta garantizarles a las mujeres el pleno goce de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades en todos los niveles de la vida política, económica y pública.

Mejorar y garantizar el acceso de las mujeres a los avances en materia de salud y desarrollo, es otro de los propósitos del acuerdo firmado.

Reafirmar que no existe un derecho internacional al aborto, ni recae sobre los Estados una obligación internacional de financiar o facilitar los abortos.

Se debe apoyar la función de la familia cómo base de la sociedad y cómo fuente de salud y cuidado. El documento, según el medio Religión en Libertad, defiende la familia, teniendo como pilar la protección de la soberanía nacional de los países ante las presiones externas para sancionar leyes a favor del aborto.

Mientras los presidentes de EE.UU y Brasil, firmaban este consenso para fomentar políticas de salud pública favorables a mujeres y niñas, valorando la capacidad sanitaria a favor de la familia y la mujer, en Argentina se intenta presentar la ley del aborto en el Congreso para ser tratada en el mismo. Cabe recordar que en 2018, luego de ser votada favorablemente en diputados perdió por pocos votos en la cámara de senadores.

Durante el tiempo que en Ginebra, se ponían de acuerdo autoridades de varios países para valorar la continuidad de un embarazo, en Polonia por quinto día consecutivo, miles de manifestantes, se juntaban en Varsovia para repudiar el veredicto del Tribunal Constitucional, que prohibió el aborto en casos de malformación del feto, tal vez la única opción para la interrupción legal del embarazo vigentes en ese país.

Esto nos muestra lo disímil que es tratado el tema del aborto en las diferentes legislaciones del mundo. Mientras la interrupción voluntaria del embarazo este criminalizado y la mayoría de los abortos sean en condiciones inseguras, cualquier crisis sanitaria solo representa mayores riesgos para la salud de las mujeres.

Daniel Hector Saban

Diario Digital Femenino 

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