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Comunicar es cuidar y cuidarnos, es importante que lo tengamos en cuenta, no solo en la comunicación humana, sino quienes generan contenido a través de la profesión o el oficio de escribir, de comunicar en distintos medios y plataformas.

Por Lenny Cáceres*

Cuidarnos implica formarnos, actualizar los conocimientos. Comunicar con respeto y desde un lugar respetable. Lo que decimos en notas, editoriales y cierre de alguna información habla también de quiénes somos, cuánto respeto tenemos por la audiencia y cuán responsables somos. ¿Estamos o no estamos en la construcción de una imagen respetable? Ese es el punto por platearnos. ¿Qué decimos? ¿Desde qué lugar? ¿Con qué fuentes?

A veces, ante la frase tan “de moda” ―y trillada, por cierto―: “no es información, es opinión”, solemos desear que nos dejen solo con la información, y ya está…
¿Opinamos desde el conocimiento o desde los mandatos y prejuicios? ¿Cómo desarmamos estas estructuras personales que inciden en lo profesional?

Todos interrogantes que tienen respuesta, debemos buscarlas y aquello que no esté bien modificarlo. Y no hablo del bien o el mal en términos morales, sino desde el impacto o daño que puede causar nuestra intervención o aseveración ante determinados temas que podemos desconocer. Interpelar/nos para cuidar y cuidarnos al comunicar, nada menos. Es un proceso, suele ser lento, es verdad, pero es necesario que, desde un marco de responsabilidad por los derechos humanos de las personas y por el respeto a nuestra persona, comencemos a hacer.

Comunicación humana

En cuanto a la comunicación humana, la primera forma de comunicación es el lenguaje. Se estima que la comunicación verbal humana se inició con la aparición del Homo sapiens, hace unos 2.5 millones de años, debido a que fue una especie que desarrolló la capacidad de comprensión y de expresión. Podría haber desarrollado un sistema de comunicación, a través de onomatopeyas y de señas[1].

Entonces, todas las formas de crecimiento, socialización y cultura se difunden y extienden a través del lenguaje y la interacción comunicativa. Esas estructuras culturales con las que fuimos creciendo necesitan una revisión y modificación por nuestra parte, puesto que, en ellas, están muy arraigadas todas las desigualdades sociales que hoy conocemos; que generan daño, violencias y destruyen la vida de las personas y los vínculos humanos. Esta modificación debe revisarse, necesariamente, desde un enfoque no solo de género, sino también interseccional y en un marco de derechos humanos.

Comunicar es cuidar
Comunicar es cuidar

Por otro lado, pensar en políticas públicas integrales que acompañen estos procesos de modificación de las formas y no hacerlo desde el lenguaje y la comunicación suena, a todas luces, un despropósito. ¿Es humana la comunicación Estado-sociedad?
En muchos casos (demasiados), pareciera que no… ¿Qué sucede en los medios de comunicación?

Cómo incorporamos el enfoque de género: ¿qué es el periodismo con perspectiva de género?

Silvina Molina y Sandra Miguez, en sus talleres de formación para profesionales, elaboraron una definición muy clara sobre el periodismo con perspectiva de género: “El periodismo de género no es escribir o reportar sólo sobre mujeres. Se trata de hacer comunicación y periodismo que contribuya a visibilizar y desarmar las desigualdades. Para eso hay que mostrar cómo el hecho que se convierte en noticia impacta de distintas maneras en mujeres, hombres y personas de las disidencias de género (LGBTIQ_ Lesbianas, gay, bisexuales, trans, intersex, queer y todas las palabras que elijan para representarse). El tratamiento periodístico de las disidencias es un tema en sí mismo. Hay que tener presente que hay variedad de personas y de situaciones que las rodean. Estas formas de vida, diversas, múltiples, interculturales, se manifiestan también en el lenguaje que llamamos inclusivo y no sexista. Así, el periodismo con enfoque de género permite incorporar esta riqueza de variables a las coberturas, tan rica como las sociedades en que vivimos”.

Otros tres aspectos de la comunicación para tener en cuenta.

Además de la comunicación periodística, el respeto y compromiso con la audiencia y con nuestra imagen profesional surgen y no separados unos de otros; tres miradas sobre la comunicación que nos ayudaran a conceptualizar colectivamente, no interferir en la información desde el desconocimiento y generar políticas institucionales y comunicaciones con un marco de respeto por las personas.

Podemos observar y analizar las formas en que las tres se interrelacionan y de qué manera podemos trabajar en corresponsabilidad para conceptualizar, llevar o responder a la sociedad con un único e inequívoco mensaje.

Esta generación de contenidos y la construcción colectiva son necesarias, no solo para sostener la democracia, sino también para eliminar las desigualdades que generan todas las formas de violencia.

En principio, poner el foco en el lenguaje, las palabras generan, construyen y sostienen nuestra cultura. En ese sentido, ya no podemos hablar de inocencia o desconocimiento. Quien hoy no sepa qué decir, cómo decirlo, ante quién, ya sea periodista, político, a cargo de áreas de prensa o titular de áreas del Estado o de la sociedad civil, no puede desconocer que las formas de comunicar cambiaron o es imperioso que cambien, no hacerlo solo se puede definir de una manera: irresponsabilidad.

Si el lenguaje inclusivo (tiene como objetivo nombrar para dar visibilidad a las diversas existencias que tiene la humanidad, por ejemplo: las personas con discapacidad, pueblos originarios, mujeres y disidencias ) o el lenguaje no sexista (que está dentro del lenguaje inclusivo y en lo referente a mujeres y diversidades) no les parecen herramientas adecuadas por no estar, todavía, masivamente aceptadas por la sociedad, o por el desconocimiento de estos, existe la comunicación creativa, oral y escrita que ubica a quien la incorpora a la vanguardia de los necesarios y urgentes cambios sociales.

La comunicación institucional es aquella que tiene como objetivo reforzar la imagen y la reputación de determinada organización. Ejemplo de ello son los informes anuales, las campañas publicitarias o las relaciones públicas. Y con esto no nos referimos solo al Estado, sino también a las organizaciones sociales, sindicatos, instituciones educativas, partidos políticos y todo espacio que genere, interactúe y difunda información.

Y, por último y no menos importante, la comunicación política, ya sea como discurso, información de gestión, actos públicos o de campaña. Esta comunicación es un espacio de confrontación, la construcción de un modelo y la difusión del mensaje. “La comunicación política es un proceso indispensable para el espacio político contemporáneo; permite la confrontación de los discursos políticos y constituye la condición de funcionamiento de la democracia masiva. Los medios de comunicación y el Gobierno, en el marco de los estadios de la institución estatal: Estado liberal, de bienestar y sus transformaciones de fines del siglo XX” (Mendé-Alvarado y Smith-Pussetto, 1999).

Dominique Wolton afirma que es el “espacio en el que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política: personas que la ejercen, periodistas y la opinión pública a través de los sondeos”. Esta definición hace hincapié en la idea de interacción de discursos contradictorios que sostienen quienes son parte. No tienen ni la misma categoría ni la misma legitimidad, pero, por sus posiciones respectivas en el espacio público político, constituyen la condición de funcionamiento de la democracia masiva.

La comunicación, definitivamente, no puede quedar fuera de todos los esfuerzos que se realizan para generar cambios, de los proyectos políticos, de las gestiones, las campañas y las políticas de cuidado.

(*) Periodista feminista abolicionista, directora/editora de Diario Digital Femenino. Titular de la web de Asesoramiento y Capacitación https://lennycaceres.com.ar/ Autora del libro La transversalidad del género: espacios y disputas.(Ed. Sudestada)

[1] https://humanidades.com/historia-de-la-comunicacion-humana/#ixzz83fgtZfge

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