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Sus abuelas y su madre hicieron a Analía Rach Quiroga una «feminista de cuna». Pero la primera mujer vicegobernadora electa en la provincia de Chaco se ganó a los 35 años su lugar entre las mujeres de la política con esfuerzo y proyectos. Autora de la Ley Micaela como diputada, es una firme militante de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, algo que la diferencia del gobernador electo, Jorge Capitanich. «Nos queda mucho camino por recorrer y nos sobran argumentos para debatir», asegura.

Analía Rach, feminista de cuna y vicegobernadora de Chaco
Analía Rach, feminista de cuna y vicegobernadora de Chaco

Analía Alexandra Rach Quiroga es la primera mujer en ser elegida como vicegobernadora de la provincia de Chaco. Con apenas 35 años, se ganó a fuerza de trabajo y militancia su lugar en la fórmula junto a Jorge Capitanich. De familia matriarcal conoció el poder de las mujeres para enfrentar las adversidades desde chica y sufrió también las desigualdades de género en una provincia conservadora cuyo movimiento feminista logró en los últimos tiempos importantes cambios. Autora de la Ley Micaela y firme defensora de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, asegura que con Capitanich (que rechazó la  legalización del aborto) debatieron sobre el tema y «nos respetamos». Madre de Vera, de un año y medio, habló con Nuestras Voces sobre su historia y los principales desafíos que le tocan encarar en la próxima etapa.

“Tengo una familia absolutamente matriarcal. Yo digo que mi mamá y mis abuelas, sin darse cuenta, me educaron fuerte en el feminismo. Por eso reivindico el rol, el papel que tenemos las mujeres de sacar adelante familias, proyectos, de ser jefas de hogar, de parar la olla, de pagar los estudios. A mí no me van a contar esa parte, la viví en primera persona y por eso creo que milito tan fuerte la causa feminista».

Y con el Encuentro Nacional de Mujeres de La Plata tan fresco como el resultado electoral que la consagró el domingo, agrega: «En estos años una de las cosas mas lindas que me pasaron fue esta ola feminista que apareció e irrumpió con tanta fuerza. Que me haya encontrado en el Congreso de la Nación fue una oportunidad increíble para mí, de las cosas mas lindas que me pasaron”.

En relación con el debate sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo, Rach Quiroga sostiene que dar el debate en una provincia conservadora como Chaco no es igual que hacerlo en otras ciudades. “Tenemos que tener la responsabilidad de fomentar los debates respetuosos, de entender que vivimos en una sociedad diversa y entender que cuando llegamos a la función publica, a lugares de representatividad estamos justamente para  representar ese conjunto heterogéneo, y no a un sector. Y uno no puede anteponer las cuestiones personales a lo colectivo. Como sociedad tenemos que aprender a discutir, a intercambiar, tenemos que madurar, nos queda mucho camino todavía por recorrer. A mi me emociona mucho que en pueblitos más chiquitos dos o tres compañeras se acerquen especialmente a contarme que estuvieron acompañando, que se sintieron representadas y que llevan las discusiones a su pueblo, con lo complejo que resulta. Entonces eso para mi es un gran logro. Nos sobran argumentos para debatir. No fue fácil, fue muy duro, pero nos encontramos en un grupo de compañeras, en un colectivo que también me sorprendió en Chaco porque salió a la calle».

Becas que dieron su fruto

Nació en Juan José Castelli el 19 de marzo de 1984. Creció en un hogar con su madre –único sostén de la familia–, su abuela materna, sus tías y primos. Hasta los 17 años llevó solo el apellido materno, Quiroga. Entonces, más por insistencia de los abuelos paternos que siempre estuvieron presentes, su padre la reconoció e incorporó el apellido Rach a su documento.

Terminó de cursar la secundaria en Castelli en diciembre de 2001, en plena crisis. Su mamá docente cobraba prácticamente todo su sueldo en Quebrachos. En su ciudad no había ofertas universitarias. Le interesaba la comunicación social o ser profesora de filosofía y letras, pero sus discusiones con Carlos, su profesor de derecho a quien cuestionaba permanentemente durante las clases terminaron de convencerla de seguir esa carrera. Su madre le decía que podía estudiar lo que quisiera, y que si su vocación terminaba siendo la docencia podría ejercerla en cualquier ámbito.

En el 2002, con 17 años, se mudó a 300 kilómetros de su familia para estudiar en la Universidad Nacional del Nordeste. Compartió el alquiler en Corrientes con varios compañeros. Su madre le mandaba los bonos chaqueños, pero en la provincia en la que estaba utilizaban el CeCaCor. Entonces tenía que ir por los distintos comercios para ver en cuál le aceptaban la cuasi moneda chaqueña para canjearla por pan o alguna verdura. Vivió la clásica vida de estudiante a base de arroz y fideos.

Apenas llegó a la universidad le llamó la atención la militancia en los centros de estudiantes, pero no pudo dedicarle entonces tiempo a esa tarea. Su abuela se enfermó de cáncer y la cuestión económica apremiaba. Tenía claro que todos los esfuerzos los tenía que poner en terminar rápido los estudios. No alcanzaba para comprar los libros y pasó horas y horas en la biblioteca para acceder al material de cursada. El 2003 la marcó a fuego. Con la llegada de Néstor Kirchner al poder se creó el Programa Nacional de Becas Universitarias. Una amiga misionera que vio la noticia en el diario se lo comentó. Juntó la documentación, se inscribió y fue una de las beneficiarias de esa política. “Esa beca fue de gran ayuda para toda la carrera. Cuando ya me quedaban las últimas materias tenía que presentar una reflexión final y escribí que esperaba tener la oportunidad de devolver con mi trabajo lo que este Estado y este modelo me había brindado. La vida después me sorprendió gratamente”, contó a este medio.

Cuando terminó de estudiar se abrió una pasantía rentada para jóvenes egresados de derecho en la Dirección Provincial de Rentas de Chaco. Pero llegó con sus papeles el día posterior al cierre de la inscripción. Insistió para que los recibieran, pero no tuvo suerte. Llegó así a una entrevista con el secretario de la Gobernación de Jorge Capitanich, que recién iniciaba su primer mandato. Ahí le informaron que estaban buscando perfiles como el suyo para la secretaría privada, pero Analía insistió con la otra beca. “Cuando salí de la entrevista me empezaron a caer las fichas y me puse a pensar qué hice. Cuando me llamaron al día siguiente acepté la oferta. Me dijeron que vuelva para una entrevista. Yo estaba con mi look estudiante: zapatillas, morral cruzado. Cuando me dijeron que la entrevista iba a ser con Capitanich casi me muero. Tuvimos una primer conversación y Coki siempre con su impronta de tener todo proyectado me explicó que buscaba jóvenes profesionales, me contó qué quería para la administración, me dijo que había visto mi currículum y que me quería sumar”.

A los 23 años comenzó a trabajar en la secretaría privada. El peronismo recuperaba la provincia después de 16 años de gestión radical. Era un ritmo de veinticuatro horas por siete días. Empezaba la jornada a las 6 de la mañana y hasta las 23 no terminaba. Todavía alquilaba en Corrientes y tenía una hora de viaje. Primero colaboró con el secretario privado de Capitanich, después le dieron tareas más específicas como manejar la agenda del Gobernador y después pasó a ser la secretaria privada de Coki. Cuando Cristina lo convocó para ir a la jefatura de Gabinete, le pidió a Analía que lo acompañara. Se desempeñó como coordinadora de la Unidad Ministro de la Jefatura de Gabinete. Cuando volvieron a la provincia asumió como subsecretaria de Legal y Técnica y ese año encabezó la lista de diputados nacionales. Esa fue su primer campaña.

En relación a las desigualdades de género en la provincia, Analía contó: “Cuando comencé en la secretaría de Gobierno, trabajamos en conjunto con un compañero varón, codo a codo, par a par. Pero a él rápidamente le salió su contrato, antes que el mío. Después él pasó a planta y yo  preguntaba cuál era el criterio para que uno pasara a planta y el otro no y no tenía respuestas por parte del área que se ocupaba de eso. Ahí estaba claramente marcada la diferencia. No había explicación del criterio. Después, Coki dio un gran paso en el 2015 porque puso a una mujer joven encabezando la lista y a otra, a Lucía Massin, en segundo lugar. Eso fue cuestionado desde muchísimos lugares. Con Lucila analizábamos las cosas que decían y después, en el transcurrir de los cuatro años, en el Congreso defendimos más firmemente que muchos otros varones, con más historia y más trayectoria, los intereses de la provincia. No me voy a olvidar jamás la sesión por el tema de los fondos buitre o la reforma jubilatoria. Han entregado soberanía, han ido por la quita de derechos. Nosotras jamás votamos una ley que sea en contra del pueblo. Siempre fuimos coherentes y sobre todo leales al pueblo de Chaco que nos votó por un proyecto político que representaba un conjunto de derechos. Y vimos cómo se achicaba el bloque, como algunos opositores votaban con el oficialismo. Hoy tenemos la tranquilidad de poder mirar en cada localidad que recorrimos con la campaña a cada uno a la cara y decir jamás traicione el mandato popular”.

 El aborto, una diferencia con Capitanich

También aseguró que la legalización del aborto fue un tema de conversación con el gobernador electo, que tiene una posición opuesta a la suya. “Coki es una persona absolutamente respetuosa y quiero destacarlo y ponerlo en valor, porque es una persona con la que se puede trabajar y debatir. Y cuando planteamos este Frente Chaqueño, consideramos que teníamos que plantear una unidad muy grande en Chaco para poder tener un triunfo y un gobierno que garantice un proyecto inclusivo, que tenga en cuenta la diversidad de nuestra sociedad, a las disidencias y a los diferentes colectivos. Entonces él con su posicionamiento que es de público conocimiento y yo con el mío que también es público dejamos ese mensaje muy claro: tenemos que unirnos y aprender a respetar y a escuchar con mucha humildad al que piensa distinto”.

En relación a la igualdad de género aseguró que las leyes son un primer paso, pero que sólo con eso no alcanza. Chaco adhirió a la Ley Micaela con el nombre de Natalia Samaniego, víctima de femicidio en la provincia. “El compromiso de los legisladores tiene que ser por el efectivo cumplimiento, porque sino nos quedamos con leyes que plantean cosas muy positivas pero quedan en letra muerta. En nuestra provincia tenemos la decisión pero falta que se comience a implementar. Quienes avanzaron un poco mas fueron el Poder Judicial y la Universidad Nacional del Chaco Austral. Con el Poder Legislativo tenemos pendiente una reunión, tenemos previstas distintas líneas de acción para empezar a implementar rápidamente las capacitaciones porque consideramos que éstas permiten intervenciones más efectivas y permiten comenzar a resquebrajar las estructuras patriarcales que reproducen la violencia institucional contra las mujeres”.

Con una victoria contundente en las urnas –la fórmula Capitanich – Rach Quiroga obtuvo el 49% de los votos–, la flamante vicegobernadora también dio cuenta de los principales desafíos. “Planteamos tres ejes ambiciosos en la campaña. En primer lugar, consideramos que a 25 años de la discusión de la última Constitución es necesario debatir una reforma constitucional para que se pueda mejorar la calidad institucional, para que distintas leyes que se impulsaron cuando Coki fue Gobernador puedan tener jerarquía constitucional, como la ley de juicio de residencia que se trata de la rendición de cuentas del presupuesto ejecutado y de la evolución del patrimonio personal al finalizar la gestión; poner límite a las reelecciones indefinidas de intendentes y diputados. Uno lee el texto de la Carta Magna y hay muchos términos que quedaron desfasados en relación a lo que dice el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. El segundo desafío es la descentralización de las  políticas públicas para fortalecer a los municipios. Necesitamos un Estado presente con mayor rapidez para poder dar respuestas a las distintas comunidades. Necesitamos una agenda digital, todavía estamos muy atrasados en la provincia. La burocracia desgasta muchísimo a las personas que tienen que hacer un trámite en cualquier repartición. Nuestra provincia tiene también la zona del Impenetrable en la que se hizo muchísimo pero también falta muchísimo por hacer. Nos falta la ruta del impenetrable de la que yo siempre hablo.

En Chaco faltan 500 kilómetros de ruta, pero 250 pertenecerían al impenetrable. Creo que esa es una meta enorme y Coki se plantea muy claramente buscar las fuentes de financiamiento para poder lograr la conectividad. Eso va a garantizar el cumplimiento de derechos humanos fundamentales para todas las personas que viven en esa zona. También está pendiente terminar el Acueducto Wichi en el Impenetrable. Se había ejecutado casi en su totalidad en la gestión de Jorge y se puede ver la desidida, el desinterés y la insensibilidad del gobierno de Macri. El mínimo porcentaje que faltaba ejecutar para garantizar esa obra no lo hizo. Lo vamos a terminar nosotros. Tengo la mirada puesta especialmente en el Impenetrable y en nuestro norte. Y, por supuesto, también garantizar la perspectiva de género. Para eso estamos trabajando con todo el colectivo de mujeres en la provincia. Nos constituimos en un grupo que nos dimos en llamar Estamos Listas y lo integran organizaciones sociales, sindicales, distintas agrupaciones de mujeres y disidencias donde dijimos que estamos listas para comenzar a discutir y disputar los espacio de poder y de toma de decisión. Yo digo que haber llegado a integrar formula con Coki  es un gran logro colectivo y tiene que ver con lo que venimos planteando desde este espacio. Coki ha tomado la propuesta de un gabinete paritario y se comprometió públicamente. Serán mitad ministros y mitad ministras y son todos logros colectivos. Yo tomo el desafío con el compromiso de seguir trabajando incansablemente como vine haciendo desde los distintos lugares con las mismas convicciones, la misma fuerza de las ideas y mucho amor por el otro y por nuestro pueblo”.

Mamá de Vera, de un año y medio, Analía también reparte su tiempo entre la política y su hija. “Yo digo que ella es todo terreno, es muy independiente, es muy cuestionadora, ya habla con muchísima claridad y ella marchó conmigo desde la panza, militó y discutió desde la panza. Me acompaña en la campaña, tiene muchas horas de vuelo y muchas horas de ruta. Al finalizar el día tenemos nuestros momentos de juego y una va complementando todo. Cuando grabamos el corto de “Micaela tu nombre como ley” analizábamos eso. Yo no veo a legisladores varones estar con sus hijos o sus bebes. Las que estamos con nuestros hijos somos las mujeres. No hay igualdad de género mientras nosotras sigamos siendo las principales cuidadoras de nuestros hijos, de nuestros padres. No hay igualdad de género si no repensamos el sistema de licencias de maternidad y paternidad. No hay igualdad de genero si no gozamos de autonomía, si seguimos siendo víctimas de las principales violencias. No hay igualdad de género si desde el Estado no diseñamos todas las herramientas efectivas y de acciones positivas que empiecen a eliminar los efectos de la discriminación que las mujeres padecimos durante tantos años”.

A partir del 10 de diciembre, desde la vicegobernación tendrá la posibilidad de convertir en una realidad muchos de esos desafíos.

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