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Por Silvina Lo Re[*]

Heteronormatividad, Escuela, Identidad Sexual y Estado
Heteronormatividad, Escuela, Identidad Sexual y Estado

Pensar las formas en las que la llamada Heteronormatividad se inserta como lógica hegemónica en la escuela, es replantearnos un “invisible”, un impensable, un espacio donde la sexualidad es negada, aun siendo el espacio socializador por excelencia, después de la familia. Es dar cuenta de los procesos que hacen funcionar la exclusión de las identidades “trans”, o lo que es igual la de aquellos sujetos que definiremos dentro del sector poblacional conocido por las  siglas LGTBIQ [1] ,bajo dos mecanismos de diferente grado de sutileza pero de igual grado de perversión; estos son la tolerancia y lanormalización o lo que es igual en términos de identidades diversas la invisibilización de dicha diversidad como parte de las identidades constituidas en y por la institución escolar.

Mientras que la normalización heterosexista construye la “otredad” como identidad sexual anormal o desviada y plantea en el imaginario social la representación de su hegemonía como positiva y por tanto establece relaciones de poder asimétricas respecto de lo que se presenta como diferente y negativo; la tolerancia constituye una naturalización de las diferencias ocultando el carácter histórico en el que biografía e historia se cruzan en la Escuela como ente acreditador de sentido de dichas Identidades sexuales en proceso. Burín Mabel sostiene que:…» alrededor de los tres años, niños y niñas se perciben así mismos como miembros de un género sexual, masculino o femenino. Esta percepción tiene su origen en el modo como son percibidos y estimulados por los adultos significativos entre los cuales se educan, más que en el registro de su sexo biológico»…[2]
  En este contexto, cuando la tolerancia actúa como agente deshistorizador de las identidades sexuales , les sustrae el carácter político de las mismas, las reviste de una pseudo armonía, oculta las diversidades y por tanto evita que los actores involucrados en la vida de la institución escolar se pregunten por la complejidad y el carácter ideológico y moralizante que hace de la Heteronormatividad la ideología de la exclusión de la diversidad sexual. Desde el punto de vista etimológico la palabra «tolerancia» deviene de«tolerare»  , haciendo referencia a la aptitud para soportar. Entonces ¿ cuando el discurso sea de la escuela o incluso del Estado dice : tolerancia a las identidades trans, que nos está diciendo? En este punto la polisemia del concepto nos arrastra a un sinfín de escuela filosóficas y nos pone en posiciones incluso contradictorias. Pero podemos aventurar una posible interpretación en la escuela, «tolerar» al  homosexual es tolerar desde una moral superior que tolera a una inferior, negativa.
Si bien son varios los mecanismos por los que esta acción moralizante se constituye como práctica legitimada dentro de las estructuras de poder del sistema educativo, la Heteronormatividad resiste incluso a la legalidad. ¿Cómo? . Un ejemplo claro se presenta con solo visualizar las estrategias de poder que los actores sociales de la institución escolar desarrollan para no implementar las reglas , leyes  y programas que desde el Estado emanan como materialización de las demandas respecto a la educación sexual de la población y por tanto de la manera en que interviene en el proceso de socialización y construcción de las identidades sexuales desde su punto de vista social y político. Aunque no por ello debemos comprender como «armónica» la relación entre la Homosexualidad y el Estado.
Meccia sostiene que:
…»cabe destacar que ha sido el Estado aun en marcos jurídicos de liberalismo político, el actor que creó un régimen de incumbencias relacionadas con el sexo, y quien, por transición y literalmente, creó a la homosexualidad como un problema para sí mismo. La homosexualidad tal como la conocimos hasta hace pocos años, nació como un problema DEL Estado…»[3]  
Al decir de Meccia cuando el Estado crea el «problema» de la homosexualidad como parte de la agenda de las políticas públicas, lo transforma en un asunto público y desde allí la sociedad en su conjunto asume su derecho a opinar sobre los asuntos que hasta el momento eran de índole privada , como lo es la práctica sexual. Bajo la moral heterosexista el Estado comienza , hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX, a desterrar a la homosexualidad del espacio privado , llevando a las personas homosexuales a la «jungla» hetero de la cuestión pública. Ese fenómeno trajo como consecuencia:
& La construcción de una fuerte identidad homosexual forjada desde la clandestinidad. Aquello que Pecheny  ha denominado identidades discretas[4] y en este punto es necesario un paréntesis expositivo para explicar a que se refiere el mencionado investigador del Instituto G. Germani.
Podemos explicar la construcción de la identidad homosexual a partir de cuatro hipótesis:
– La homosexualidad se vive como un secreto fundante de la identidad así como de las interrelaciones personales de las personas homosexuales.
– El secreto delimita los lazos de sociabilidad que se estructuran por mundos definidos y diferenciados según el conocimiento de dicho secreto.
– Los limites que diferencian y relacionan dichos mundos son permeables y flexibles.
– Los lazos interpersonales establecidos entre pares homosexuales repercuten en los diferentes ámbitos de vida y en la constitución del individuo como ser social y en su desarrollo individual.
 & Pero también la certeza que el enfrentarse a contextos institucionales signados por ladiscriminación, siendo la escuela una de ellos , esto traería aparejado la lucha como acto político que a la larga seria el estandarte del movimiento GAY. Así cuando comenzaron los problemas del Estado en relación a esta cuestión, este último genero la estrategia de laTOLERANCIA como un intento de realizar un pacto. ¿En qué consistía dicho pacto? En que el Estado toleraría  a la homosexualidad siempre y cuando las personas homosexuales no se mostraran , ni hicieran escuchar públicamente. ¿Es necesario explicitar que el pacto jamás se concreto? De este modo nació lo que Meccia dio a llamar :La cuestión Gay.
En el ámbito áulico, que es el que aquí nos concierne, la homosexualidad es una dimensión de la personalidad que conforma en sí misma un motivo de estigmatización  y exclusión. Por tanto conviven de forma perversa un discurso público de tolerancia en ambientes institucionales como la escuela , donde la discriminación está presente como parte de la cultura institucional heterosexista. Hacer visible la identidad en un ambiente de socialización hetoronormativo es motivo de rechazo con lo cual se desarrollan una serie de mecanismos que implican sostener el secreto para «combatir» la impronta performativa de la escuela, que no es lo mismo que su función.  Al respecto esta distinción es análoga a la que realiza D. Míguez sobre la repercusión de las creencias religiosas en la moral social y la vida pública de las sociedades.
…»lo que intentare mostrar es como la constitución subjetiva de los individuos que se produce en el ámbito privado de la familia, o del grupo extrafamiliar de las relaciones intimas se manifiesta en estas organizaciones públicas cuyo objetivo es también moldear la subjetividad individual. El análisis resalta los conflictos que surgen cuando existe una diferencia significativa entre los códigos producidos en el ámbito privado y los de las organizaciones socializadoras proponen. …»[5] 
Retomando la cuestión de la participación del Estado en relación a la cuestión Homosexual en la Escuela :
El Estado como  espacio de monopolización de la violencia física y simbólica[6] interviene como lo diría O´Donnel[7] como un tercer sujeto “aparentemente” neutral  en el proceso de constitución de las subjetividades en torno a la sexualidad y por tanto participa directa o indirectamente en la constitución de las identidades sexuales. Lo hace a partir de susinstancias de mediación: las instituciones Estatales como la Escuela  y el Derecho Racional Formal( lineamientos curriculares[8] . Programa de Educación Sexual integral  ) y el Derecho (ley Ley Nacional  Nº 26.150[9], Ley de identidad de género[10], Ley de matrimonio igualitario[11].
De esta forma lo expresa Norbert Elias [12] …” La particular  estabilidad del aparato de autocontrol psíquico que emerge como un rasgo distintivo en el  habitus de cada hombre «civil», está estrechamente ligada a la formación de monopolios de constricción física y a la creciente estabilidad de los órganos sociales centrales. Solo con su formación entra en acción ese aparato de acondicionamiento social que habitúa al individuo desde que es pequeño a un control de si mismo constante y exactamente regulado. Solamente entonces se forma en el individuo un aparato de autocontrol más estable que en buena parte opera en modo automático. »   
De este modo podríamos afirmar que el proceso civilizatorio, en torno a “lo Sexual”, de la sociedad moderna es heterosexista, falocéntrico y en él prima la lógica biologicista donde sexo y género (Robert Stoller)[13] se igualan, de igual forma que la sexualidad se reduce a la genitalidad.
Según Burin …»La idea general mediante la cual se distingue «sexo» de «género» consiste en que el primero se refiere al hecho biológico de que la especie humana es una de las que se reproduce a través de la diferencia sexual, mientras que la segunda guarda relación con los significados que cada sociedad atribuye a esa diferenciación. …»[14] 
La lógica que iguala sexo = género es una lógica binaria que en el ámbito de la institución escolar no permite el desarrollo de prácticas, discursos y toda una pedagogía de la inclusión no violenta, del respeto, de la aceptación de derechos iguales ante identidades sexuales diversas . Lógica moralizante, normalizadora, invisibilizante del conflicto ideológico que genera la articulación de procesos identitarios diversos, lógica que no asume la sexualización de sus actores y por tanto que no reconoce que TODO SEXO ES POLITICO[15].
«Invisibilización y/o  tolerancia generan ambos, procesos de exclusión»
En un imaginario social vertebrado por la hegemonía de la heterosexualidad la constitución de imágenes arquetípicas de carácter homosexual se hacen y constituyen bajo el yugo obligado y discriminatorio del ser diferente;  del ser un paria en cuanto a identidades sexuales se refiere. Ni habla si además de ser homosexual se es pobre en el sentido más amplio de este término entonces el sujeto está condenado al ostracismo social y su identidad es una identidad de lo “otro”, de lo abyecto[16], lo negativo, lo repugnante.
Aunque Meccia sostiene que:
…” La construcción selectiva de los contenidos y las representaciones sociales se hace inteligible  si se los restaura dentro de una trama cultural en la que existen relaciones de dominación; para el caso que nos ocupa, la cultura heterosexual. Sin embargo de esta afirmación no puede deducirse en modo alguno que no puedan existir otras construcciones arquetípicas. Efectivamente al analizar la homosexualidad en las sociedades contemporáneas, es de notar como conviven representaciones de la homosexualidad derivadas de la trama de la cultura heterosexual ( representaciones que con frecuencia los homosexuales se aplican a sí mismos, y que cabría de denominar como “homofobia” ) y representaciones derivadas de la misma trama de sentido homosexual que desdicen las anteriores y que funcionan como orientadoras de prácticas e identidades sociales alternativas cuyo conjunto conforman aquello que apresuradamente podemos denominar el “estilo de vida gay”…” [17]
De este modo las representaciones sociales que influyen notablemente en la construcción de la identidad y más precisamente la identidad sexual de los jóvenes adolescentes en el ámbito del contexto escolar, se lleva a cabo bajo el fuerte influjo de los “contenidos rivales”, es decir las representaciones sociales heteronormativas. Dándose así lo que Denise Jodelet denomina como “polifasia cognitiva”[18] en donde el mundo de sentidos y representaciones sociales entorno a lo que es ser homosexual se inserta en el contexto del “mundo de vida”  heterosexual.  Bajo el imperativo heterosexual se interpreta el mundo de vida siempre en términos de lo masculino o lo femenino, el imperativo dualista y opresivo reinante aun en la institución escolar representa al homosexual como un perverso obligándolo a vivir la construcción de su identidad como un acto secreto y clandestino. Cuando lo nomina así , levanta la bandera de la heterosexualidad como norma, lógica y cultura hegemónica. 
Daniel Jones[19] realizo una investigación en la ciudad de Trelew (Chubut)  sobre la base de 46 entrevistas a varones y mujeres adolescentes (intervalo de edades entre 15/19), escolarizados y de clase media con el objeto de analizar los procesos de estigmatización y discriminación a los adolescentes varones homosexuales. En ella se observa como se ubica a las personas homosexuales en el lugar del pecado,  la patología e incluso el delito .Jones establece que la homosexualidad es motivo de discriminación y estigmatización y esto se manifiesta por dos circunstancias especificas:
ü  A la mirada de los otros los individuos/jóvenes homosexuales pueden hacer un manejo diferenciado de la información referente a su identidad sexual. Aunque esto implique prácticas simulatorias.
ü  Por otra parte la homosexualidad, a diferencia de otras categorías discriminadas, no es compartida por los adultos significativos de la socialización primaria. 
Goffman[20] define al «estigma» como una rasgo identitario del individuo que lo marca y lo ubica en un lugar de desvalorización social, de inferioridad; al punto de poner en cuestión su dignidad hasta el punto de vulnerar sus derechos. 
Belvedere[21] caracteriza la discriminación como una forma de exclusión social legitimada, que actúa mediante la saturación de una identidad social basada en el estereotipo naturalizador de un rasgo particular a la que se le adjudica una carga negativa.  Es de destacar que esta puede ser ejercida directa o indirectamente a la vez que puede ser real o presentida.
En este proceso donde se articulan prácticas de  estigmatización (sentido y marcaje) y de discriminación (exclusión) podemos observar el siguiente esquema  :
Detección
Se detecta al sujeto que presenta el rasgo estereotipado y desvalorizado. Aquí comienzan a construirse los sentidos de desigualdad respecto a dicho sujeto. a la vez que se lo construye discursivamente.
Tolerancia
La tolerancia[22] …»es la capacidad cívica y política de las personas de respetar la libertad del otro, sus maneras de pensar y de vivir, pero ella significa al mismo tiempo la presencia del otro a regañadientes, la necesidad de soportarlo o simplemente dejarlo subsistir…»
Chismes , burlas, risas, comentarios
Estas expresiones descalifican y ridiculizan al sujeto objeto de burla tanto dentro como fuera del espacio de la escuela, por el rasgo característico de su identidad sexual. Todas estas expresiones tiene algo en común y es que se realizan a espalda del sujeto burlado. 
Miradas señalamientos
A diferencia de las anteriores la miradas y señalamientos se realizan a fin que la persona objeto de los mismos perciba y sienta la situación de marcación y por tanto la desigualdad.
Insultos verbales
En este caso se estigmatiza al joven homosexual en su presencia y se pone el acento en los demás sujetos presentes noten la marcación negativa de ser como el sujeto insultado. El discurso insultante pone el acento en que el motivo del mismo , es la identidad sexual del otro.
Agresiones físicas
Aquí se pasa del registro verbal de la marcación discursiva a la violencia física.
En este sentido Míguez[23] nos recuerda retomando a Benbenishty Astor, sobre los diversos tipos de violencias que esto representa : …» los autores indican que la violencia verbal y  social (el uso de apelativos descalificadores y  el aislamiento social deliberado de terceros),  la violencia física leve (empujones, tirones de  pelo, etc.) y la violencia física grave (lastimar  con objetos punzantes, peleas con heridas  graves, etc.) son tres tipos distintos de violencia…»
La heteronormatividad en el ámbito de la escuela genera prácticas y comportamientos de inclusión/exclusión discriminatorios haciendo que las identidades de las llamadas minorías sexuales sean violentadas simbólica y físicamente. En la escuela la autoridad[24] es un sujeto hetorosexual y sus valores los de la heteronorma, o al menos en apariencia ya que pocos educadores no hetero pueden expresar su identidad sin el riesgo de ser juzgados moral y hasta sancionados por ello. Y esto sucede en todos los niveles educativos.
La escuela legitima dicha violencia incluso cuando el Estado a partir de los avances de su legislación intente mitigar dichas prácticas discriminatorias. La legislación avanza reconociendo derechos de tercera generación pero la escuela se niega a reconfigurar su cultura heterosexista imponiendo en los jóvenes  una coacción extrema , que en la mayoría de los casos genera experiencias dolorosas de la forma en la cual vivencian las expresiones de su identidad sexual.
Sres. maestros , directivos y demás profesionales insertos en las instituciones educativas :las identidades no se diagnostican. Al menos no sin el riesgo de patologizar al sujeto, con las consabidas consecuencias que esto implica.
Como afirma Sedgwick: …» para un niño protogay identificarse con lo «masculino» puede implicar su propia borradura…»[25]
La invisibilización de las identidades sexuales diversas en el ámbito de la escuela constituye una falta de reconocimiento y esta conforma una injusticia fundamental, este acompañada o no de una desigualdad distributiva. Ahora si al niño y/o joven homosexual además se lo estigmatiza por su situación de clase o condición socioeconómica entonces la defensa de la identidad sexual constituye una defensa por el reconocimiento pero también una lucha con consecuencias políticas. Al menos así lo afirma Fraser N. cuando sostiene:
…»No hace falta demostrar que una forma determinada de falta de reconocimiento implica una distribución desigual para legitimarla con el fin de exigir justicia social y pretender que sea remediada. Esto es lo que ocurre con la falta de reconocimiento de carácter  heterosexista, que implica la institucionalización de normas sexuales e interpretaciones que niegan la participación de gays y lesbianas. (…)Las injusticias derivadas de la «falta de reconocimiento» son graves como las distributivas y no pueden ser reducidas a estas. «…[26]
Cuando la escuela institucionaliza la falta de reconocimiento escupe a la cara del joven una brutal premisa rectora de su funcionamiento. Le dice: «No eres merecedor de respeto o estima» . Y con esta máxima impide el ejercicio de una participación igualitaria en todo el proceso de socialización.    
A modo de conclusión podríamos afirmar que en el ámbito de la escuela los jóvenes homosexuales o aquellos que estarían perfilando su identidad hacia esta orientación sexual no hetero son objeto de incomprensión, aislamiento , burlas, señalamientos , marcaciones estigmatizantes, discriminación, rechazo abierto, maltrato físico,  acosos y hasta de una tolerancia normalizante y moralizante. El sujeto objeto de la carga social negativa definida por su sexualidad se enfrenta a elegir entre dos caminos: vivir su identidad sexual en términos de secreto generándose un «retraimiento defensivo» [27] o exponerse a vivir una identidad sexual diversa en una cultura institucional netamente heterosexual y someterse a las mencionadas prácticas de marcaje. La naturalización de estas prácticas exigen a los sujetos no heterosexuales a vivir su identidad de manera discrecional, favoreciendo así a la invisibilización de las diversidades sexuales y atentado así contra el reconocimiento de sus derechos dentro y fuera del ámbito de la escuela.
 El rol de Estado y su participación en este proceso define la cuestión de la identidad sexual como una cuestión pública y política y no solo como un proceso de construcción privada y psíquica.
Desocultar, desmitificar , hacer visible, desnaturalizar … para hacer que todas estas identidades se vivan en ámbitos de respeto por la diversidad y desde una condición de igualdad de derechos , esa es la tarea como educadores y sobre todo como ciudadanos. Generemos ciudadanía sexual. Este es el compromiso en el que deberíamos trabajar. 
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[1]  Lesbiana. Gay .Transexual. Bisexual. Intersexual. Queer. Sobre las definiciones al respecto …» hay problemas hasta para denominar a los sujetos de las investigaciones: personas no heterosexuales, homosexuales, gays, lesbianas, travestis, transexuales, transgénero, trans, bisexuales, e intersexuales, miembros del diversidad sexual, personas y grupos que no se ajustan a los patrones heteronormativos o heterosexistas, miembros de las minorías sexuales, disidentes sexuales … y las letras y siglas como GLTTTBI. Las dificultades atraviesan la definición acerca de si se trata de categorías (por definición objetivables), grupos movimientos, identidades, (esenciales, construidas, fluidas, necesarias, contingentes) , o que. (…) si entre las principales formas de opresión, dominación, y violencia en el campo de las sexualidades se encuentran la denominación heterónoma, la objetivación y la homogenización, cualquier definición que se adopte desde la investigación potencialmente contribuye a reproducir aquello contra lo cual luchan los sujetos  ….»  Pecheny M., Figari C., Jones D. (compiladores) (2008). Todo sexo es político. Estudios sobre sexualidades en Argentina.  Libros del Zorzal. Buenos Aires. Pág. 13.
[2] Burin M., (1986). Las mujeres y la salud mental. Experiencias de los Seminarios de Formación de mujeres y salud mental. Presentado al seminario para Latinoamérica y el Caribe en Estudios de la mujer. CEM. UNESCO.  – UBA. Buenos Aires. Pag. 212.
[3] Meccia H., (2006). La cuestión gay. Un enfoque sociológico. Gran Aldea Editores. Buenos Aires . Pág. 69.
[4] Este concepto está ampliamente desarrollado , al igual que las hipótesis mencionadas en Arfuch L. (2003)(compiladora), Identidades , Sujetos y subjetividades: narrativas de la diferencia. Prometeo. Buenos Aires.
[5] Miguez D., Lo privado en lo público durante la Modernidad Radicalizada. Las relaciones de autoridad y sus dilemas en las organizaciones socializadoras Argentinas. Espacios en Blanco. Revista de Educación 10:49‐68.  Pág. 3
[6] Se recomienda ver el desarrollo de este argumento en: Tenti Fanfani. Civilización y Descivilización. Norberto Elias y P. Bourdieu intérpretes de la cuestión social contemporánea. en Sociedad. Revista de la Facultad de Ciencias Sociales. Nro. 14 Agosto, pp 7-28.
[7] Para profundizar en el desarrollo de este concepto ver O´Donnell G.,  (2010) El Estado Burocrático autoritario. Editorial Prometeo.  Buenos Aires.
[8] PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL LEY NACIONAL Nº 26.150 .LINEAMIENTOS CURRICULARES PARA LA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL .Documento aprobado para la discusión Resolución CFE Nº45/08 Buenos Aires, 29 de mayo de 2008. Se lo puede consultar en: Primera edición del documento :http://www.me.gov.ar/consejo/resoluciones/res08/45-08-anexo.pdf Segunda edición del documento : http://www.me.gov.ar/me_prog/esi/doc/lineamientos.pdf. Consultado 25/01/2013 
[9]Ley Educación Sexual Integral: se la puede consultar enhttp://www.me.gov.ar/me_prog/esi/doc/ley26150.pdf.  Más información en :http://www.me.gov.ar/me_prog/esi.html?mnx=esi&mny=_quees&carpeta=esi. Consultado 25/01/2013
[10]Ley Identidad de Género LEY 26743: Sanción 09/05/2012 Promulgación decreto 773/2012 24/05/2012 Publicación Boletín Oficial de la República Argentina  24/05/2012. Se la puede consultar en: http://www.diputados.gov.ar/leyes/ley.jsp?num=26743. Consultado 25/01/2013 
[11] Ley Matrimonio Civil n° 26618. Código Civil. Modificación. Sancionada: Julio 15 de 2010. Promulgada: Julio 21 de 2010. Publicación Boletín Oficial de la República Argentina Buenos Aires, jueves 22 de julio de 2010 Año CXVIII Número 31.949. Se la puede consultar en: http://www.boletinoficial.gov.ar/Inicio/Index.castleConsultado 25/01/2013 
[12] Elias N., (1987) Potere e civilità. Il Mulino. Bologna.
[13] Según afirma M. Burin : …» ha sido Robert Stoller el que estableció mas nítidamente la diferencia conceptual entre sexo y género en un libro dedicado a ella (1968) , basado en sus investigaciones sobre niños y niñas que , debido a problemas anatómicos , habían sido educados de acuerdo con un sexo que no era fisiológicamente el suyo. ..» Burin M., (1990)Estudios sobre la subjetividad femenina. Mujeres y Salud Mental. Grupo Editor Latinoamericano. Editorial GEL. Buenos Aires. Pag. 63.
[14] Burin M., (1990). op. cit Pag. 63 .
[15] Puede ampliarse el desarrollo de este planteo en : Pecheny M., Figari C., Jones D. (compiladores) (2008). Todo sexo es político. Estudios sobre sexualidades en Argentina.  Libros del Zorzal. Buenos Aires.
[16] Sobre el concepto de abyecto se recomienda :  Kristeva J., (1998). Poderes de la perversión. Buenos Aires. Siglo XXI Editores.  
[17] Meccia H., (2006). La cuestión gay. Un enfoque sociológico. Gran Aldea Editores. Buenos Aires . Pág. 32.
[18] Para el desarrollo de este concepto se recomienda  ver : Jodelet, D. La representación social: Fenómenos, concepto y teoría. En Moscovici, S. (1993). Psicología Social. Tomo II. Barcelona: Paidós.
[19] Los resultado de esta investigación se los puede encontrar en : Pecheny M., Figari C., Jones D. (compiladores) (2008). Todo sexo es político. Estudios sobre sexualidades en Argentina.  Libros del Zorzal. Buenos Aires. Págs 47 a 70.
[20] Puede encontrarse un amplio desarrollo de este planteo en :  Goffman E., (2001) .Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires. Amorrortu.
[21] Se recomienda ver : Belvedere C., (2002) De sapos y cocodrilos. La lógica elusiva de la discriminación social. Buenos Aires . Biblio.
[22] Pecheny M., Figari C., Jones D. (compiladores) (2008). Todo sexo es político. Estudios sobre sexualidades en Argentina.  Libros del Zorzal. Buenos Aires. Pág 54.
[23] Míguez en Noel G., Gallo P., Míguez D., (2009) La violencia en las escuelas , desde una perspectiva cualitativa. Buenos Aires Ministerio de Educación de la Nación. Pág. 23.
[24] Para profundizar la relación entre autoridad y escuela ver: Noel. G., (2009)La conflictividad cotidiana en el escenario escolar: una perspectiva etnográfica.  San Martín. Buenos Aires. UMSAM EDITA. Universidad Nacional de Gral. San Martín.
[25] Sedgwick E. K., (1993)How to bring your kids up gay. En Fear of a Queer Planet: Queer Politics and Social Theory. Ed. Warner. Minneapolis y London : University of Minnesota Press. Pág. 161. Traducción de Giancarlo Cornejo
[26] Fraser N., Heterosexismo, falta de reconocimiento y capitalismo: una respuesta a Judith Butler . en New Left Review 2, Mayo/ Junio 2000. Pág. 124
[27] Ver: Goffman E., (2001) .Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires. Amorrortu.
 
 


[*] Licenciada en Trabajo Social, Docente  universitaria, Especialista en educación superior y magister

 

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