Ser transexual en Dominicana y en pandemia, constituye una crisis en medio de un marco de incertidumbre.
El COVID-19 agravó la situación económica convirtiendo en una odisea encontrar un empleo o acceder a atención médica, para cualquier persona transexual. Esta situación se replica en casi todos los países latinoamericanos.
Por Daniel Héctor Saban*
@danielhectorsa3
República Dominicana, presenta una sociedad muy católica y conservadora, por lo cual el colectivo LGBT se enfrenta cada día a mayores dificultades para lograr el acceso a una ayuda financiera o lograr atención médica.
Algunas personas transexuales, durante los meses más crudos de la pandemia, han visto disminuido sus ingresos, existiendo personas en situación de prostitución que según entrevistas efectuadas por France Press han perdido hasta un 80% del volumen de su actividad. En Santo Domingo con el toque de queda nocturno, desde el año pasado, se ha producido el alejamiento de sus frecuentadores en las calles y a los interesados les da vergüenza ser visibilizados solicitando los servicios de una persona en situación de prostitución durante el día.
Transsa es una organización que lucha por los derechos de las personas transexuales en la República Dominicana, la cual fue fundada hace unos 15 años, ofreciendo apoyo psicológico, médico y legal. La organización pudo registrar unas 150 personas en un programa gubernamental llamado, “Quedémonos en Casa”, el cual asigna unos 80 dólares estadounidenses, para la compra de comida.
La situación sanitaria en los dos últimos años ha ido agravando las dificultades, dado que para las personas trans la pandemia representa una crisis dentro de otra crisis. La cuarentena, el toque de queda, la emergencia sanitaria, la prohibición de circulación y la falta de políticas públicas, han demostrado el agravamiento de la situación de pobreza y exclusión de la población Trans.
La Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans (RedLacTrans), fue creada en 2004 y en la actualidad está conformada por 26 organizaciones, lideradas por mujeres Trans, promoviendo y asegurando que sean éstas quienes se representen a sí mismas. La Red promueve los principios de inclusión y participación con una visión de la misma orientada hacía una región sin discriminación ni violencia, con el respeto a la identidad de género y el acceso a la salud, la educación y la justicia.
Los datos relevados, si bien son reales y concretos, los mismos resultan insuficientes para poder exhibir cabalmente la realidad dado que es imposible registrar en forma exhaustiva todas las vulneraciones a los derechos humanos que las personas Trans padecen con periodicidad cotidiana en la región de Centroamérica.
Durante el desarrollo de esta pandemia de COVID-19 y las cuarentenas aplicadas en Latinoamérica y el Caribe se debe destacar que la violencia de género, los femicidios y transfemicidios han aumentado dramáticamente. En este contexto, la RedLacTrans denuncia la situación de violencia extrema a las que están expuestas las personas Trans, alertando los peligros del aislamiento.
Geisha Collins Paul, es una persona en situación de prostitución de 39 años que vive en Santo Domingo, en República Dominicana, y que ha debido, cuando empezó el brote de COVID-19, dejar de obtener dinero a cambio de sexo con regularidad… Sus ingresos han visto disminuido al estar impuesta la prohibición de salida nocturna.
En Dominicana, las personas transexuales deben luchar a diario por acceder a los servicios de salud, enfrentando una estigmatización social, en medio de una ciudadanía considerada cómo conservadora. Es en ese marco, Geisha cuenta que se le hace difícil lograr escapar de las agresiones. “Tenemos que escondernos cómo ratas”, admitiendo que para poder soportar las largas noches se debe consumir drogas.
Cristian King, director de la Ong Transsa, confirma que la pandemia ha recrudecido la precariedad económica de sus integrantes. La crisis sanitaria, ha puesto de relieve los problemas a los que se deben enfrentar, para poder conseguir documentos de identidad legales con los cuales poder recibir la vacunación contra el coronavirus. Sin un carné, tampoco se tienen acceso a las ayudas del Estado.
Alrededor de 9.400 personas transgénero viven en República Dominicana. De este universo un 27,7% es seropositiva, siendo un porcentaje demasiado elevado en relación al resto de la población. Muchas trabajan en el comercio de la explotación sexual, siendo tal vez la única manera de poder ganarse la vida.
En República Dominicana, la prostitución se encuentra en zona de nebulosa porque si bien no es considerada ilegal. De esta manera, las personas en situación de prostitución se encuentran en dificultades para acceder a los servicios sociales o subvenciones de carácter público.
Las personas seropositivas son tomadas en cuenta cómo población de riesgo debido a su inmunodepresión, existiendo sin embargo poca información sobre el VIH cómo factor de riesgo para la covid-19. Sin embargo la población LGBT, prefiere seguir recibiendo el tratamiento antirretroviral a través de las organizaciones comunitarias sin fines de lucro, que por intermedio del sistema público de salud. Eso acontece para evitar la discriminación, pero se debe resaltar que la Red Dominicana de Personas Viviendo con VIH, ha denunciado la escasez de medicación antirretrovirales.
Según una encuesta, efectuada sobre las consecuencias de COVID-19 en la población LGBT del país, la misma determinó que un 75% de las personas participantes se encontraba en paro y que tan solo un 2% accede a las ayudas del Gobierno.
La violencia no constituye un problema excluyente de la República Dominicana. Según la organización Trans Murder Monitoring, 350 personas fueron asesinadas entre 2019 y 2020, estando un 62% en situación de prostitución. Entre 2008 y 2020, se produjeron 3.664 asesinatos registrados en 75 países.
Cómo consecuencia de la covid-19 se ha producido el incremento del racismo y la brutalidad policial. La vida de las personas transexuales y transgénero corre evidente peligro.
En República Dominicana, actualmente las personas transexuales pueden cambiar su nombre legal en los documentos de identidad, mediante un decreto ejecutivo pero no pueden cambiar su género. Sin embargo muchas carecen de toda documentación filiatoria.
El 31 de marzo se celebra el Día Internacional de la Visibilidad Trans pero en la República Dominicana las personas trans luchan por ser reconocidas tal cual son, enfrentando un contexto generalizado de violencia, discriminación y exclusión, que les impide acceder en condiciones de igualdad a derechos tan básicos como la educación, la salud, el trabajo formal y la vivienda digna.
Está discriminación, exacerbada por la pandemia, ha sido señalada por organismos internacionales de derechos humanos cómo un factor que provoca un círculo de pobreza debido a la falta de oportunidades para las personas trans. En las sociedades contemporáneas no es suficiente con existir sino que se debe verificar el reconocimiento a las personas individuo cómo sujetas de derecho.
Las personas trans en la República Dominicana están a la espera del pago de la deuda histórica que tenemos con ellas. Cómo muestra, en julio, la Cámara de Diputados aprobó una modificación del Código Penal que elimina la orientación sexual y el género cómo dos motivos que conlleven un delito de discriminación.
(*) Columnista de Diario Digital Femenino
danielhsaban@hotmail.com