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Según un informe del Ministerio de Desarrollo porteño, la cifra de jóvenes de entre 13 y 21 años atendidas pasó de 31 en 2011 a 69 en 2012. La semana pasada se conocierontres casos de violencia de género
El lunes se hizo público el caso de Natalia Riquelme, una joven de 29 años golpeada por su ex pareja delante de su pequeña hija. Los propios familiares de Riquelme filmaron el ataque para que la Justicia y la Policía pudieran finalmente tomar acciones contra su ex esposo, Julián Bilbao, quien ya acumulaba 15 denuncias en su contra, pero aún estaba libre.
Un día después, se conoció la historia de María Elisabet, que fue golpeada ferozmente por su ex pareja, quien inclusive llegó a torturarla con una picana.
Del mismo modo, esta semana se le prohibió al bajista del grupo musical Divididos,Diego Arnedo, acercarse a más de 100 metros de su pareja, Andrea Joga, por haberla golpeado.
El jueves de la misma semana, se supo que dos diputadas y la Asociación de Abogados Porteños impulsan declarar emergencia nacional en materia de violencia de género, debido a la creciente cantidad de casos registrados cada día.
En cada uno de estos casos, se trata de ataques ex parejas. En este sentido, los especialistas señalan que no es necesario convivir o tener hijos para que la violencia se manifieste: puede empezar durante la etapa de noviazgo.
Las cifras que recoge el programa «Noviazgos violentos» del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad apuntan a la creciente violencia que sufren las chicas de entre 13 y 21 años en relaciones abusivas: mientras que 31 chicas fueron atendidas en 2011 por violencia en sus parejas, 2012 ya registra 69 de ese tipo de caso, lo que significa que la cifra se duplicó en un año, según informa hoy Clarín.
«Si una mujer queda atrapada en una red de violencia, es porque ha habido un proceso. No ocurre, como muchas creen, que conocen a un hombre y al día siguiente les pega«, señala la psicóloga María Beatriz Müller, quien trabaja con víctimas de violencia.
«La violencia suele arrancar en el noviazgo. Muchas creen que cuando se casen él se va a calmar o cuando tengan un hijo se le va a pasar. Pero después, cuando dependen económicamente de ese hombre o tienen hijos, es mucho peor. La violencia siempre va in crescendo«, explica.
El gobierno de México ideó un «violentómetro» para dar cuenta de los pasos que sigue la violencia en la pareja,
En amarillo se marcan las primeras señales: bromas hirientes, chantajes, mentiras y engaños. Además, a este nivel corresponde ignorar a la pareja o no hablarle.
El amarillo se oscurece a medida que los maltratos se profundizan: escenas de celos, echar culpas por todo, ridiculizar, ofender o humillar en público, intimidaciones y amenazas.
La escala va virando a los rojos y se pone fucsia cuando se llega a la instancia en que se controla la ropa que usa la mujer, se revisan mails y celular, se prohíben ver a los amigos. En este punto, el termómetro incluye las primeras señales de violencia física: romper las pertenencias de la mujer y hacer caricias agresivas o propinar golpes «en broma», como pellizcar, empujar, patear o encerrar.
Finalmente, cuando el violentómetro llega al color violeta, se está en el terreno de las amenazas, las relaciones sexuales por la fuerza, la mutilación y el asesinato.
Alejandra Patuto, a cargo de la Dirección de la Mujer de General Pueyrredón, señala que han recibido varias consultas de maestros que detectan los primeros signos de violencia en las parejas jóvenes, «como un novio que controla obsesivamente la ropa de una alumna o le revisa los mails»
Añade que, a partir del caso de Natalia Riquelme, han recibido llamados de madres que preguntan si sirve filmar las agresiones.
Fabiana Tuñez, cofundadora de la asociación La Casa del Encuentro, señala: «… la estructura del enamoramiento durante la adolescencia es así: idealizan el amor y no registran la violencia. Creen que si las celan, no las dejan maquillarse o les revisan el Facebook es porque las quieren mucho».
Ada Rico, también de la asociación, añade: «Esta es la etapa de rebeldía y por eso los padres tienen que ser muy cuidadosos para que la joven no termine creyendo que solo la quieren separar de él y acaban empujándola hacia el agresor».
La Casa del Encuentro cuenta con un grupo de ayuda para padres y amigos de adolescentes víctimas de noviazgos violentos.
 
 
 
Fuente: InfoBae.com
 
 
 
 

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