El término hepeating se usa para hacer referencia a la práctica que consiste en pasar por alto una idea o sugerencia de una mujer, pero que luego se acepta fácilmente cuando un hombre la repite o se apropia de ella.
Por Adriana Silvente
No aparece en los diccionarios españoles y en los de habla inglesa todavía está en cuarentena, en fase de estudio. Solo lo reconocen cerca del 8% de los españoles, según un estudio del Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación, pero cada vez aparece más en internet. ¿Cuál es el significado de la palabra hepeating? ¿De dónde viene este término? ¿A quién puede ocurrirle?
El término hepeating se usa para hacer referencia a la práctica que consiste en pasar por alto una idea o sugerencia de una mujer, pero que luego se acepta fácilmente cuando un hombre la repite, apropiándose de ella.
Una innovación léxica que forma parte del lenguaje digital y, más concretamente, del grupo de neologismos que sirven para definir los machismos, “conjunto de comportamientos cotidianos con los que se ejerce el poder de dominio masculino y que atentan en diversos grados contra la autonomía de las mujeres”.
El significado de hepeating lo da la misma palabra, una acronimia formada por el pronombre he (él), más el verbo repeating (repetir). Este nuevo léxico creado por el ciberfeminismo contribuye “de forma incesante a enriquecer nuestra lengua, ya que se necesitan crear nuevas palabras para designar nuevas realidades sociales, políticas, culturales, legislativas, etc.”, añade el estudio Sextorsión y mansplaining: caracterización y percepción social del léxico de la violencia de género en los medios digitales, del Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación.
Su autora, la doctora Isabel Santamaría Pérez, profesora titular de Lengua Española de la Universidad de Alicante, explica que aunque la palabra hepeating aparece por primera vez en 2017, no es hasta estos dos últimos años cuando está apareciendo en más publicaciones, especialmente en redes sociales.
El nicho de la expresión hepeating son redes sociales, que son grupos muy concretos que, lingüísticamente, aún no han traspasado la barrera social. “Mientras no se use en los medios, no llegará a la sociedad”, reconoce Santamaría a Newtral.es.
Aunque el uso del préstamo no esté extendido y aunque no exista, de momento, un equivalente en castellano, el hepeating es una situación que “forma parte de la vida de muchas mujeres”, afirma Marian Blanco Ruiz, doctora e investigadora de medios de comunicación y violencia de género en la Universidad Rey Juan Carlos.
“El hecho de que un varón repita lo mismo que acaba de decir una mujer es una cuestión que relatan muchas veces cuando describen situaciones de discriminación que les ocurren en el entorno personal”, explica Blanco a Newtral.es.
Los orígenes del hepeating y su significado
A golpe de tuit, así nació el término hepeating y su significado en 2017, cuando la usuaria y profesora de Física Nicole Gugliucci compartió una anécdota: “Mis amigas han acuñado una palabra: hepeated. Es para cuando una mujer sugiere una idea y es ignorada, pero luego un hombre dice lo mismo y a todos les encanta”.
Una palabra que ha acumulado más de 184.000 me gusta pero que describe una situación que viene de mucho antes. En 2016 la autora Jessica Bennett enumeró algunas situaciones de hepeating en su libro Feminist Fight Club: A Survival Manual for a Sexist Workplace, en el que denuncia situaciones de discriminación hacia las mujeres en entornos laborales y cuenta algunos casos históricos:
- La primera línea de código de programación fue escrita por la matemática Ada Lovelace, aunque en 1843 quien recibió inicialmente el reconocimiento fue su colaborador.
- La fisión nuclear fue descubierta por la científica Lise Meitner, pero el premio de la Real Academia de Ciencias de Suecia se lo llevó su colega y colaborador, hombre, que al entregar el estudio omitió el nombre de ella.
“No creo que los hepeaters se den cuenta de que lo están haciendo. Este es un sesgo profundamente arraigado y años de cultura que han enseñado durante mucho tiempo a los hombres a hablar en voz alta y con autoridad y al resto de nosotras [las mujeres] a escuchar cuando lo hacen”, puntualiza Bennett en una entrevista para la CNBC.
Hay casos en los que el hepeating sí es consciente, como puede verse en el ejemplo paradigmático del matrimonio de artistas Margaret y Walter Keane. Artista en realidad solo era ella, pero quien se llevó la fama mundial firmando y vendiendo los cuadros -retratos tan característicos, oscuros y de ojos grandes- cuya mujer era la autora fue Walter. No fue hasta décadas más tarde cuando ella denunció la situación, como puede verse en la película de Tim Burton, Big Eyes (2014).
El hepeating ocurre en parte porque la palabra de la mujer en el espacio público no tiene la misma consideración que la del hombre. Consciente o inconscientemente, se valora más lo que ellos dicen, cuenta la investigadora en género, Blanco: “Va mucho más allá de la cultura empresarial, responde a cómo se valora a las mujeres en el espacio público, donde, como recién llegadas, todavía no se les da el mismo valor que al varón.”
Este fenómeno puede cobrar aún más significado al atender al efecto Jennifer y John, relata Blanco, un experimento en el que Jennifer y John entregaron el mismo currículum -exactamente el mismo- excepto que con el nombre cambiado. El resultado fue que el currículum con el nombre de Jennifer fue significativamente peor valorado que el que estaba encabezado por el nombre John por parte de las mismas empresas y entidades. Además, a Jennifer se le ofrecía una remuneración más baja.
Un megáfono en la Casa Blanca contra el hepeating
Cuando Barack Obama asumió la presidencia de Estados Unidos, solo un tercio de los altos cargos de su gabinete eran mujeres. Para que su voz fuera escuchada, tenían que abrirse paso a empujones en las reuniones. Una anécdota que describe el significado de hepeating contada por la periodista Juliet Eilperin en un artículo en The Washington Post, donde destapó la estrategia que desarrollaron algunas de estas profesionales de Washington para luchar contra esta realidad: la amplificación.
“Cuando una mujer expone un punto clave, las otras mujeres tienen que repetirlo, dando a su autora el mérito que merece. Esto forzará a los hombres que están en la sala a reconocer esa contribución y les negara la posibilidad de apropiarse de la idea”, describe Eilperin en su artículo.
Para frenar o hacer frente al hepeating, además de la técnica de la amplificación, la plataforma MPLS MadWomen recomienda contar a un compañero o compañera la experiencia y ponerle nombre a dicho micromachismo: “La razón por la que ahora mismo se está hablando del hepeating es que una mujer no tuvo miedo de contarlo en Twitter”. Ponerle un nombre y compartirlo empodera a la persona que lo está sufriendo, explican.
Desde MPLS advierten de que ser objeto de hepeating puede llevar a que la persona pierda la confianza en su propio trabajo. “Como otros comportamientos sexistas en el trabajo, no es un reflejo de ti misma. Es un reflejo de la persona que exhibe este comportamiento”, recuerdan.
Los problemas del hepeating
La gran mayoría de los castellanoparlantes no reconoce el término hepeating ni su significado. Además de ser un término en inglés, está abreviado. “Cuando hice la encuesta, la mayoría de las personas mayores de 40 años no entendían estos términos, les resultan extraños”, dice Santamaría. Son las mujeres y las personas más jóvenes, por su amplio uso de la lengua inglesa y de las redes sociales, quienes más fácilmente puede reconocer y utilizar esta palabra.
“Estamos ante un léxico especializado inaccesible para la gran mayoría de la población, muy poco banalizado a pesar de su difusión en los medios de comunicación y redes sociales, pero que la sociedad siente necesario para la consecución de la igualdad y el fin de roles y estereotipos sexistas que conducen a situaciones de violencia contra las mujeres”, apunta el estudio del Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación.
Los hombres adultos son los que menos reconocen el significado de la palabra hepeating. Esto puede deberse, explica Blanco, a que “quienes no reciben esta discriminación en el ámbito público tienen más dificultad para reconocerla y, además, reciben reconocimiento por haber expresado esa idea”. “Así es mucho más difícil hacer ese ejercicio de honestidad”, sentencia Blanco. (Newtral)
Fuentes
In STEM Fields, Many Employers Hire “John” over “Jennifer”
White House women want to be in the room where it happens
How to combat ‘hepeating’ at work, according to a Harvard professor
Dra. Marian Blanco Ruiz, investigadora de medios de comunicación y violencia de género en la Universidad Rey Juan Carlos
Dra. M. Isabel Santamaría Pérez, profesora Titular Lengua Española de la Universidad de Alicante