El protocolo para investigar femicidios que se utilizó en la escena del crimen de la líder trans Amancay Diana Sacayán es una guía que permite un abordaje metodológico orientado a identificar indicios para determinar si un hecho fue cometido por cuestiones de género.
Por Vanina Save[1]

Diana Sacayán
El protocolo para investigar femicidios que se utilizó en la escena del crimen de la líder trans Amancay Diana Sacayán es una guía que permite un abordaje metodológico orientado a identificar indicios para determinar si un hecho fue cometido por cuestiones de género.
Se trata de la «Guía de actuación para las Fuerzas Policiales y de Seguridad federales para la Investigación de Femicidios en el lugar del hallazgo», que fue creada por el Ministerio de Seguridad de la Nación en 2013.
Desde entonces, se instruyó a las cuatro fuerzas nacionales (Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria) para que la apliquen en «muertes de una mujer o de una persona con identidad de género femenino».
Por ejemplo, la guía indica que «ciertos indicios de los femicidios pueden observarse en las lesiones de defensa, la posición de la ropa en el cuerpo, los objetos asociados presentes en la escena del hallazgo o las condiciones en las que es encontrada la escena».
Por eso, al igual que en todos los homicidios, se ordena preservar el lugar, fotografiar y filar, levantar huellas, impedir el ingreso de terceros a la investigación, etc.
En cuanto a los femicidios, se hace hincapié en el «entorno» para la interpretación de la violencia de género, ya que pueden ocurrir «en situaciones de discriminación o agresiones previas a las cuales son sometidas las víctimas por el hecho».
Lo más habitual en los femicidios y/o instigación al suicidio -señala la guía- es que previamente haya habido violencia de género en el marco de las relaciones interpersonales (parejas, ex parejas, algún otro familiar o conocido), agresiones sexuales en la vía pública y explotación sexual.
«Las personas a cargo de la investigación deberán incorporar estas hipótesis desde el momento en el que se aborda y evalúa el lugar del hallazgo», remarca el protocolo, que indica a los investigadores cómo volcar los datos en sus actas e informes.
Otra indicación es que se describan las características del hecho «sin estereotipos de género que minimicen la conducta homicida», ya que desvían las investigaciones.
«Los motivos más habituales que suelen utilizarse para atenuar las condiciones en las que se comete el hecho delictivo son la presencia de una tercera persona que podría estar vinculada amorosamente con algunas de las partes; las discusiones entre parejas por motivos de infidelidad; el consumo de drogas o alcohol y otro tipo de circunstancias de pareja», se indica.
La guía también resalta que en los femicidios «es importante incorporar los testimonios de vecinos/as y allegados/as que se encuentran en el lugar del hallazgo de la forma más literal posible» y cuando surjan espontáneamente.
Sobre este último punto, se recuerda que es posible que niños/as y/o adolescentes hayan presenciado los acontecimientos, por lo que los agentes policiales deberán registrar lo que dicen, pero no interrogarlos porque los estarían revictimizando.
Otra indicación para los pesquisas es que deben solicitar y poner a disposición de la Justicia, en un plazo no mayor de 48 horas, todos los antecedentes de violencia familiar y/o sexual y averiguación de paradero que pudieran existir en las comisarías porteñas.