Una puesta en escena cálida, sensorial y llena de movimiento
Por Adriana Pedrolo
para Diario Digital Femenino
La compañía La Viviente viene presentando desde agosto “Horacio o la inmovilidad”, una obra de teatro adaptada al formato audiovisual que continuará todos los domingos de septiembre a las 19. Hablamos con su joven y talentosa directora, Maia Postolski.
“Horacio tomó una decisión radical: abandonar el movimiento. Dejar de ser parte de un mundo plagado de seres abúlicos, asexuados y apolíticos. ¿Es posible la inmovilidad? ¿Qué sucedería si todos nos quedáramos quietos? ¿Se puede modificar el rumbo normal de las cosas? Una huelga de movimiento capaz de desafiar a cuatro personajes y sumergirlos en una gran fiesta de la incomodidad.”
AP -¿Cómo nació la compañía y la elección de ésta, su primera obra?
MP: -La Compañía La Viviente se conformó en el 2019, durante mi cursada del Tercer año en la carrera de Dirección Escénica en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Dentro de la cátedra Alvarado-Sandoval se nos propuso armar la puesta completa de una obra corta y yo elegí «Horacio o la inmovilidad» del dramaturgo Gabriel Penner. Me llamaba muchísimo la atención la forma de escribir del autor, cómo combina las palabras de una forma muy poética, aunque desde un inicio sabía que iba a ser una obra difícil de lograr y ese desafío también me interesó.
AP-¿Cómo se realizó la elección de los actores?
MP: La mayoría de lxs actores (Cristian Meneses Duarte, Milena Adatto y Catalina Camjayi), así como también mi asistente de dirección (Araceli Lara), fueron convocadxs dentro de la institución de la Universidad Nacional de Artes Dramáticas. En cambio la Directora de Arte, Analia Hurst, estudiante en la UNA de Artes Visuales, fue convocada de manera virtual para participar del proyecto. Aunque haya sido iniciado en un ámbito académico, la Compañía entera siempre trabajo con una postura profesional, así es como buscando convocar un actor para un rol protagónico, realizamos un casting bajo mi dirección junto con Araceli y finalmente seleccionamos a Owen Toledo, un actor licenciado en la Universidad del Salvador.
La propuesta fue para todxs lxs convocadxs la misma: comenzar un proyecto de obra en el marco académico que luego pudiéramos profundizar para realizar funciones por fuera del ámbito estudiantil.
AP -¿Cómo abordaron esa complejidad del texto a la que hacés mención?
MP: – Bueno, el trabajo contó con el aval del dramaturgo desde el su inicio. Si bien el texto en sí mismo, es muy rico (y pudimos investigarlo y trabajarlo durante mucho tiempo), partir del texto (como muchas veces se hace en teatro) nos resultaba más complicado que facilitador. Así que la obra fue encarada con la preocupación de lograr que esos textos tan metafóricos y complejos, pudieran encarnarse naturalmente en estos personajes.
Para ello fue necesario constituir un universo, desde improvisaciones, elementos sonoros, y vinculaciones entre los personajes, que nos permitieron encontrar matices y líneas de pensamiento que no están necesariamente en la dramaturgia, sino en el mundillo que creamos a partir de la misma.
AP: -¿Entonces no intervinieron sobre el texto original?
MP: -No. No se realizó ninguna adaptación de índole textual, sino solamente escénica. Los textos de la dramaturgia fueron todos respetados al pie de la letra. Como decía, nuestro principal interés era que la obra fuera entretenida y dinámica y no solamente un debate filosófico interminable. Así que construimos escenas donde los textos puedan ser interpretados como situaciones más o menos cotidianas: Una pelea doméstica, una venta de un producto, la visita de un médico, un momento de seducción.
Intercaladas con situaciones más abstractas, como los monólogos donde toda la escena queda más o menos detenida, o el final, donde el encuentro de Graciana y Horacio se produce a través de los poemas de San Juan de la Cruz que ella le recita.
AP: -¿Cómo decidieron encarar teatralmente el gran tema de la pieza: la inmovilidad?
MP: -Empezamos realizando una investigación sobre la inmovilidad desde los cuerpos de los actores, desde lo sonoro y desde la escenografía, y fuimos construyendo a los personajes en su relación con la inmovilidad.
Creo que la inmovilidad en la obra, no se cuenta desde la quietud, sino desde el movimiento. El movimiento constante pero a su vez atravesado y detenido, desafiado por la postura del protagonista. Nuestro principal interés siempre fue que la obra pueda ser disfrutable y comprensible, para que no quede todo lo teatral solamente envuelto por un interrogante filosófico, sino que el público pueda, de algún modo, identificarse con estos personajes y sentir compasión, enojo, amor, o lo que les generen con sus acciones y sus problemáticas.
AP:-¿Podés contarnos cómo se fueron construyendo los personajes?
MP: -Creo que una premisa importante fue la de considerarlos como individuos construidos a partir de sus ideales propios y no solamente a partir de su vinculación con el protagonista.
Entendimos a cada personaje como la representación de una faceta de la sociedad en la que vivimos, que choca con el concepto de la inmovilidad. Entiéndase a Equis como las costumbres y la familia; a Ratio como la Ciencia, la Salud y la Tecnología; a Graciana como la Religión y la Fe. Todas estas partes nos atraviesan constantemente y nos impiden quedarnos quietos.
AP: -¿Pensás que en el actual contexto de aislamiento la obra de Gabriel Penner haya podido resignificarse y cobrar actualidad?
MP: – Fue paradójico realmente porque la elección de la obra no ocurrió a partir de la situación pandémica. De hecho, la obra se terminó de ensayar y tenía fecha de estreno para marzo de 2020, y esto se vio frustrado y detenido con la llegada del covid y de la cuarentena estricta. Pero no dejamos que esto nos detuviese y seguimos, desde nuestras casas, indagando lo que podíamos de la obra. Realizamos proyectos literarios, audiovisuales, fotográficos y visuales.
AP: -¿Y del nombre de la compañía, porqué La Viviente?
MP: -Esa también fue una feliz casualidad. Para elegirlo nos inspiramos en un dialogo de la obra, donde ante la pregunta de Equis “Quien te hizo lo que sos?”, Horacio responde «Lo viviente, lo viviente en estado viviente, viviente sobreviviente». Y lo decidimos en 2019 cuando nos conformamos como una cooperativa en la Asociación Argentina de Actores. Nos ayudó, creo yo, a mantener alto el espíritu y estar vivientes, aun en un contexto que nos frustró no uno, sino dos estrenos.
AP: -¿Cómo fue retomar ensayos presenciales despues de casi un año de encierro?
MP: -Cuando comenzó el 2021. Entendimos que era ya momento de retomar el encuentro presencial y el ensayo, el espacio físico donde concretar la investigación realizada durante la cuarentena estricta.
Como directora propuse y les propuse no conformarnos con la obra que teníamos montada a principios del 2020, podíamos repensarla y seguir construyéndola. Así lo hicimos durante unos meses, a la vez que sentamos las bases para un estreno presencial, la obra iba creciendo semana a semana, tanto desde la actuación, desde su análisis, la escenografía, etc.
AP: -¿Puede decirse entonces que el año de “inmovilidad sanitaria” redundó para la pieza en maduración artística y escénica?
MP:- Yo creo que el tiempo que nos dimos, nos permitió una profesionalización mayor del resultado. Y fue recién durante el segundo cierre de la actividad teatral que decidimos que no podíamos seguir frustrándonos. Así que convocamos al equipo de Nostredad, Cultura Audiovisual, con quienes encaramos el proyecto de llevar a “Horacio o la Inmovilidad” a la virtualidad.
AP: -¿Cuáles fueron las dificultades que encontraron en la puesta en escena propiamente dicha?
MP: -Tuvimos que barajar todas las posibilidades que la virtualidad ofrece y a su vez acomodarnos a todas las imposibilidades que el arte independiente conlleva. La premisa siempre fue respetar la teatralidad de la obra lo más posible. La intención estuvo puesta en lograr transmitir esta teatralidad y no adaptarla a un lenguaje cinematográfico.
La propuesta final terminó siendo un Registro Audiovisual de la obra, con varias cámaras fijas que nos permiten capturar la esencia de la obra mientras sucede, sin tener que alterarla para la filmación. Así que lo que el público finalmente ve, es una sola pasada de la obra, una función de principio a fin, donde lxs actores pueden encarnar su personaje y experimentar una pasada completa de la obra, con toda su curva de crecimiento y decrecimiento, como sucede en el teatro.
También hay otros elementos de la virtualidad que están pensados para que la experiencia del público se acerque lo más posible a la experiencia teatral. Por ejemplo: la capacidad limitada de las entradas, la introducción de la obra con tomas de la escenografía (como cuando uno entra al teatro y ya comienza a ver todo lo que sucede en el espacio), y el diálogo final conmigo, la directora. Por supuesto generar climas desde lo virtual puede ser dificultoso, pero me atrevo a decir que esta obra es hoy lo mejor que puede ser, aun en su traslado a lo virtual.
AP: -¿Y en cuanto a las ventajas, las hubo?
Sí. Me encontré, para mi sorpresa, con momentos de la obra que terminan de lograrse en lo audiovisual mejor que en la presencialidad, ya sea por cuestiones de sonido que pudimos trabajar en el momento de edición, o por tomas diagonales que normalmente el público se perdería desde la frontalidad que le impone el espacio escénico.
AP: -¿Por último, qué reflexión te merece la situación de la actividad teatral en contexto de pandemia?
MP: -Todas las personas que nos dedicamos al teatro, nos vimos fuertemente afectadas por la situación de aislamiento, y principalmente de incertidumbre. Es imposible saber cuándo las cosas van a mejorar y cuando van a empeorar para el sector de la actividad teatral.
Pero el teatro no muere, se reinventa, sucedió durante guerras, las dictaduras… en este país y en todo el mundo y seguirá sucediendo, porque el teatro es resistencia. Y aunque seguramente hayamos visto alguna puesta de teatro virtual no tan fácil o interesante de ver, o quizás no estemos de acuerdo con que lo virtual también puede ser teatro, creo que lo que conseguimos con «Horacio o la Inmovilidad» es entre lo teatral y lo audiovisual, un encuentro feliz.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia: Gabriel Penner
Intérpretes: Milena Adatto, Catalina Camjayi, Cristian Meneses, Owen Toledo
Diseño de maquillaje: Milena Adatto
Diseño de vestuario: Analía Hurst
Diseño de escenografía: Analía Hurst
Diseño de luces: Lisa Iris Benevet
Diseño De Sonido: Marcelo Pedraza
Diseño Audiovisual: Nostredad, cultural audiovisual
Realización de vestuario: Aldebarán Indumentaria
Fotografía: Camila Laura Blanco Romero
Ilustradora: Julia Pérez Ortego
Diseño gráfico: Facundo Lopez Fraga
Asistencia Audiovisual: Lucas Stratico
Asistencia de dirección: Araceli Lara
Prensa: Pía Fonseca
Dirección: Maia Postolski
Domingo 19 hs Del 08/08/2021 al 26/09/2021
En Instagram @horacio_obra
Duración: 40 minutos
Clasificaciones: Teatro, Personas Adultas, Streaming online