El orgullo por la diversidad

noviembre 9, 2022
|
POR Admin
|
0 COMENTARIOS

El sábado 5 de noviembre se celebró en la Ciudad de Buenos Aires la 31° Marcha del Orgullo, en una fiesta a pura alegría, colores vibrantes y música para todos los gustos. En esta nueva edición, en la cual se festejó la diversidad, se reclamaron la urgente sanción de la Ley Integral Trans, de la Ley Antidiscriminatoria, la aprobación de los proyectos de ley #ReconocerEsReparar -de reparación de la violencia institucional por motivos de identidad de género-, la de jubilaciones y pensiones para personas travestis y trans mayores y la real aplicación de leyes que garanticen derechos, como la de ESI, entre otros.

Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
Foto de Portada: Télam

¿Por qué hablar de ESI en este contexto? Porque la ley 26150, que crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral es una ley que amplía derechos. Hablar de diversidad sexual es hablar de seres humanos. Todas las personas somos seres sexuados, sexuales y diferentes, que construimos nuestra identidad desde cada orientación sexual, cada cuerpo sexuado y cada identidad de género, expresando lo que somos de manera diversa. En la Guía Hablar de diversidad sexual y derechos humanos: guía informativa y práctica elaborado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación se explica que: “Hablar de diversidad sexual es dar lugar a que cada persona pueda desplegarse y desarrollarse tal cual es y siente ser, (…) cuando hablamos de diversidad sexual nos referimos a todas las orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género y diversidades corporales, desde una visión amplia respecto de los estereotipos sociales establecidos”. Y, porque hablar de diversidad sexual implica poner en jaque la hegemonía binaria y heterosexual, los privilegios heteronormativos, derribar mitos y, por sobre todas las cosas, entender “Todas las personas somos parte de la diversidad sexual”.

Este marco normativo en materia de derechos que comenzó a gestarse en Argentina promovió una renovación y un profundo cambio de esencia en relación al abordaje de los Derechos Humanos que posicionaron a nuestro país como modelo de ampliación de derechos que se ve plasmado en el recorrido de las diversas leyes que tienen relación con la inclusión hacia las personas que conforman el colectivo LGBTTTIQ+, poniendo el eje en los principios de Igualdad y No Discriminación como principios básicos para que cada persona, sin distinción, acceda al derecho de disfrutar de igualdad de trato ante la ley y sea protegida contra la discriminación por motivos relacionados con la sexualidad. El derecho al reconocimiento de la identidad de género que propone la Ley 26.743 de 2012, también representó un hito en la conquista de derechos, dado que subraya el derecho fundamental de toda persona al reconocimiento de su identidad de género, a ser tratada de acuerdo a ella, al libre desarrollo de su persona y a ser identificada de ese modo, posibilitando que, muchas niñeces y adolescencias que no sienten comodidad con el género asignado al nacer, puedan acceder a seguir desarrollándose en la escolaridad formal para luego poder aspirar a puestos de trabajo que garanticen la igualdad real de oportunidades, lejos de la exclusión a la que fueron sometidas durante años.

En el Cuaderno de Formación 2. Derechos Humanos. Marco normativo 18 del Ciclo de formación Ley Micaela del Ministerio de Obras Públicas, se cita el fragmento de un testimonio de la actriz y cantante Susy Shock recopilado por Marlene Wayar en su libro Travesti: una teoría lo suficientemente buena, que muestra la necesidad urgente de la protección de derechos de personas trans. “Yo discuto familias y discuto paternidades y maternidades, porque hay algo ahí que es el primer des-abrazo desde donde no hay retorno, y si hay retorno, posibilidad de emparchar eso nos cuesta tiempo, vida. Y no podemos condenar a una persona a que le cueste vida y tiempo para decir “Yo soy esto”, para andar empoderada por el mundo (…) Somos niñitos expulsados de hogares heterosexuales. O sea: la trava no es un hongo que aparece a los 18, parada en la esquina en la zona roja y empiezan ahí la discusión sobre si está bien, si está mal y todo eso. Son niños expulsados y ahí es donde me parece gigante interpelar a esta hegemonía. ¿Alguien se atreve a decir que está bien echar a infancias a la calle porque no son como él quiere? (…) Ese crimen lo comete esa hegemonía. Las familias son heterosexuales”.

Por eso es importante que, a la hora de pensar actividades para llevar a las aulas en el marco de la ESI es fundamental abordar el Eje Respetar la diversidad, poniendo el acento en que todas las personas somos distintas, y que esta singularidad se relaciona con el modo de ser que tiene cada sujeto: aquello que piensa, siente, cree, actúa y como vive su sexualidad. Esta forma de concebir a la humanidad posibilita el intercambio en la diferencia y ayuda al enriquecimiento, tanto personal como social. Cuando hablamos de diversidad, reconocemos que el mundo humano está constituido por personas y grupos que tienen características individuales, familiares, culturales y sociales diferentes. Estas diferencias se manifiestan en cómo percibimos el mundo, en cómo nos relacionamos y en las valoraciones que hacemos de las personas y situaciones que nos rodean. El rol de la escuela es fundamental para internalizar valores, normas y creencias. Cuando la sociedad muestra mensajes discriminatorios hacia las diferencias y las instituciones educativas no toman partido para evitar estas conductas, están actuando de manera cómplice. La escuela debe ser el artífice del cambio para lograr una sociedad donde se valoren las múltiples diferencias, y se construya en pos de la equidad, que atienda a las necesidades de cada estudiante y promueva una educación no sexista, alejada del modelo binario, antidiscriminatorio y que supere las diferencias. Una escuela que comprenda la diversidad humana como un punto de partida, que valore el orgullo de la diferencia y el respeto por la diversidad.