El fiscal del juicio sostuvo: “que ha quedado claro que fue una violación grupal”, refiriéndose al ataque en Sabadell
Juzgar con perspectiva de género, es el clamor tras el interrogatorio llevado a cabo.
El fiscal intentó hacer dudar a la víctima sobre los sucesos en el inicio del juicio, en el que no están todos los que debieran estar.
Los acusados por la presunta violación en grupo se enfrentan a penas de cárcel de hasta 40,5 años.
Por Daniel Héctor Saban*
@danielhestorsa3
El hecho aconteció 3 de febrero de 2019, cuando una joven de 18 años efectuó la denuncia ante los Mossos d’Esquadra, en la comisaria de Sabadell, en Barcelona. La joven se presentó ante las autoridades para denunciar una violación sexual múltiple sufrida presumiblemente en la noche anterior. El autor sería un hombre magrebí, quien habría cometido el ilícito junto a otros dos varones ante la indiferencia de un grupo de personas que se encontraban en el lugar de los hechos.
En esa misma mañana se efectuó la detención de seis de los supuestos implicados y un par de días más tarde se completó el arresto de un total de ocho jóvenes que habían participado en el ataque; solo uno logró escapar y él mismo se mantiene en estos momentos en condición de fugado.
En la semana que ha concluido, se ha iniciado el juicio contra uno de los acusados y tres cómplices, los cuales, participaron en diferente grado esa noche. Todos los implicados son de origen magrebí y tienen entre 25 y 30 años. Uno de los acusados ha dejado una imagen polémica al acudir a una sesión del juicio haciendo el signo de la victoria.
Un juicio con polémica
La joven ha debido rememorar lo acontecido: “Un hombre se abalanzó sobre mí por detrás y me puso contra la pared”, debiendo destacar que “fue a la fuerza” y “contra mi voluntad”. La adolescente reiteró que nunca había pasado por una situación parecida, y dejó en claro que se había bloqueado en virtud del miedo. Mientras relataba el triste momento que le había tocado vivir, el fiscal la ha interrumpido con preguntas como: “¿está usted segura de esto?”.
El interrogatorio al que fue sometida la víctima, vuelve a poner sobre la mesa la falta de formación de jueces y fiscales en materia de violencia sexual.
Lucia Avilés, magistrada y portavoz de la Asociación de Mujeres Juezas de España ha declarado al medio Público que: “Hay un agitado debate y polarización entre quienes dicen que ha sido un interrogatorio impecable y quienes pensamos que se ha construido una atmósfera ciertamente hostil para la víctima. La reiteración de algunas preguntas, muchas de las cuales eran prescindibles, así como el tono inquisitivo con el que se realizaban y por la intensidad del interrogatorio, parecen haber traspasado una fina línea hasta el punto de crear una victimización secundaria”.
Según Avilés, “lo que ocurrió en el interrogatorio de esta joven ha constituido una violencia institucional, porque a día de hoy con la ley en la mano existen herramientas jurídicas que hubieran permitido que la interpelación se hubiera realizado de otra manera lejos de la atmósfera hostil que se creó y que ponía en duda la credibilidad de la víctima”.
La abogada Laia Serra opina que todas las investigaciones son desagradables. “El problema es que la mayoría de las mujeres que llegan a un juicio no entienden cuál es el objetivo de los interrogatorios. Si lo entendieran, si se lo explicaran, el impacto a su dignidad se vería mitigado”, considera la letrada
Otro de los problemas que deben ser resueltos es que las pesquisas judiciales de las violencias y en particular de las sexuales es que las mismas se efectúan mal y con prisa, y se arriba a los juicios con investigaciones muy pobres y en ocasiones sin ellas, lo que pone una presión extrema sobre la víctima, que en muchos casos es la única carga de la prueba.
Algunos juristas, cómo José María de Pablo, consideran como “impecables” tanto el interrogatorio efectuado por el fiscal cómo el de la defensa. ”En nuestro sistema la carga de la prueba la tiene quien acusa. En este caso acusa el Fiscal y tiene la obligación de probar los hechos de los que imputa. Si la víctima hace un relato genérico tipo “me violaron con fuerza” y no concreta más, el Tribunal absolverá. Es necesario que la víctima concrete en qué reside esa fuerza, en qué consiste la violación, cuál fue la intervención de cada acusado”, asegura el abogado penalista.
La formación es fundamental
“Muchas veces la falta de formación en perspectiva de género de jueces y fiscales hace que acribillen a la víctima sobre la cuestión del consentimiento, cuando el contexto es suficientemente explícito para determinar si ha existido o no”, opina la abogada Laia Serra quien considera necesario que: “Los jueces tienen que fijarse en los ingredientes del contexto, no solo en la conducta de la víctima”.
Ángeles Jaime de Pablo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, considera, que la clave en el Juicio de Sabadell es la falta de formación del fiscal. “Todos los operadores jurídicos tienen que tener un trato respetuoso hacia la víctima y formación específica en este tipo de violencias y sobre todo el impacto en las damnificadas, precisamente para evitar la victimización secundaria”. La funcionaria considera necesario aclarar que “uno de los principales motivos por los que las mujeres no denuncian las violencias sexuales es precisamente por el temor al proceso judicial, a la pérdida del anonimato, a verse señaladas y a que no se les crea”.
Un día después del duro y criticado interrogatorio efectuado por el fiscal, el mismo ha declarado que: “el relato de la víctima es perfectamente verídico y creíble”, y será precisamente la declaración de la misma la que permitirá condenar a los cuatro acusados sentados en el banquillo.
El fiscal ha despejado cualquier suspicacia, sobre la violación sufrida por la joven en una nave olvidada de esta localidad catalana. “Ha quedado, perfectamente claro que las relaciones sexuales no fueron en ningún caso consentidas. Lo que se produjo allí fue una violación grupal”.
Mohamed A., el único acusado cómo autor material de la agresión intentó aducir que la misma no existía porque era una relación consentida. Ante tal aseveración, el fiscal Eduardo Gutiérrez, ha sostenido, que dicha afirmación: “carece de toda lógica y credibilidad”.
El relato verídico e invariable de la víctima conforma la columna vertebral del caso. Sin embargo, a criterio de la fiscal de Sala Delegada de Violencia contra la Mujer, Pilar Martin el modo de obtener las respuestas de la misma fue efectuado sin “ningún tipo de sensibilidad ni empatía”. Le falta “educación en artes psicológicas”, según el criterio de la autoridad en Violencia contra la Mujer, al fiscal interviniente en el caso de la “manada de Sabadell”.
Es preciso que la víctima, concrete en qué consiste esa fuerza, en que consiste la violación y cuál fue la actuación de cada acusado De esa manera el fiscal está ayudando a la víctima a convencer al tribunal. “Y si la única prueba de cargo es la declaración de la víctima, necesita ayudar a la misma a que su relato contenga todos los elementos, y con suficiente detalle”.
Las asociaciones de fiscales han expresado el apoyo a su compañero ante las críticas recibidas por la falta de empatía y sensibilidad durante el interrogatorio.
La Unión Progresista de Fiscales ha expresado asimismo la defensa a su compañero de Sabadell destacando que la obligación cómo fiscales “es acompañar a las víctimas y conseguir que en el juicio se pueda desplegar la prueba de cargo que fundamenta la sentencia condenatoria”.
“El tema es duro, desagradable, horrible, por lo que las preguntas no son fáciles”, pero el tono del fiscal es amable, afirma Marta Sánchez-Mora, también fiscal. Aunque asume que ella solo ha analizado los extractos del juicio. Considera imprescindible, “entrar en detalles y dar elementos periféricos para que quede claro que el testimonio no está viciado”.
“No se puede condenar a 47 años de cárcel (lo que pide el Fiscal), con un relato genérico cómo única prueba”, afirma José María de Pablo.
La protección de la víctima
A lo largo de los últimos años se ha asistido a distintos juicios que han tratado la protección de la imagen de la víctima de forma muy diversa. En el caso de la “Manada” de Pamplona, el juicio se hizo a puerta cerrada, sin publicidad y con todas las medidas necesarias para efectuar la protección de la identidad de la damnificada. En el caso de Sabadell se expuso la imagen de la perjudicada y muchos detalles de la personalidad al público.
Tanto el juez, cómo los otros actores se refieren a ella con nombre y apellido, develando, su abogado incluso su identidad sexual. Las juristas consultadas, refieren cómo una potestad de las partes pedir o acordar de qué forma se efectúa la vista judicial.
Las leyes contemplan asimismo la posibilidad de pedir que el juicio se celebre a puerta cerrada, sin publicidad cómo también solicitar la colocación de un biombo y que la víctima sea identificada por una inicial o con un nombre ficticio.
La Ley de Enjuiciamiento Criminal, cómo el Convenio de Estambul o la Ley del Estatuto de la Víctima, contienen artículos que regulan el tipo de preguntas permitidas. También en los mismos se especifica el hecho de poder develar o no la identidad de la damnificada.
Hoy por hoy, se sostiene en muchos juicios que las víctimas de violación aún deben aguantar que les pregunten qué hicieron ellas para evitarlo.
A las damnificadas se les exige casi más pruebas que a los acusados.
(*) Columnista de Diario Digital Femenino
danielhsaban@hotmail.com