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“El derecho laboral le ha servido al patriarcado como un catalizador en su falta de perspectiva de género para sostener esa reclusión de las mujeres entre lo público y lo privado”. Conversatorio virtual “Las licencias igualitarias como políticas de Cuidado”

 

"El derecho laboral le ha servido al patriarcado como un catalizador en su falta de perspectiva de género"
«El derecho laboral le ha servido al patriarcado como un catalizador en su falta de perspectiva de género»

Desde hace tiempo se discute la democratización del sector judicial, en todos sus aspectos. En sentido es que, desde el Sindicato de Trabajadores Judiciales (SiTraJu), se organizó un conversatorio virtual para discutir, entre otros temas, sobre los regímenes de licencias dentro del Poder Judicial.

Marieta Ureña Russo, tucumana y secretaria general, dio la bienvenida al conversatorio, y sostuvo que es un paso fundamental sobre todo para las trabajadoras dentro del espacio. En un mercado laboral desigual se requieren políticas públicas para achicar esa brecha, agregó.

Los cuidados, sostuvo la secretaria general, entendidos como el conjunto de actividades básicas y esenciales para satisfacer las necesidades fundamentales para la existencia y el desarrollo de las personas, recae mayoritariamente sobre las mujeres. Puntualizó en las trabajadoras judiciales, que cumplen el doble rol de salir de casa para trabajar, pero al volver a ellas deben continuar con una serie de labores diarias. Esa doble jornada laboral significa menos tiempo personal, menor dedicación al estudio, al ocio, o lo que queramos. Pero también se expresa en las limitaciones de percibir horas extras, o en las licencias por maternidad que termina repercutiendo en la computación del aguinaldo, por mencionar algunas cuestiones.

En ese contexto, Russo sostuvo que le parecía fundamental proponer desde el sindicato una modificación al régimen de licencias. Esa propuesta está hoy en el Concejo de la Magistratura y la propuesta, en concreto, es la de una licencia única, donde se deje de hablar de maternidad y paternidad, y se piense en personas gestantes y no gestantes, reconociendo las realidades de los y las trabajadoras judiciales. Además, se contempla tanto un embarazo prematuro, la interrupción del embarazo, las adopciones y las fertilizaciones asistidas.

Por todo ello, se construyó este conversatorio virtual, a fin de dar a conocer esta propuesta, además de conocer la situación de otros ámbitos.

Quien primero tomó la palabra en el conversatorio, disponible en su totalidad en la página de Facebook de SiTraJu RA, es la senadora Marín Pilatti Vergara, quien señaló que es importantísimo discutir estas cuestiones, fruto de la lucha y presencia feminista de los últimos años.

Vergara adelantó que su voto, como participante del Concejo de la Magistratura, será positivo, en pos de la ampliación de derechos. No dejó de señalar que el poder judicial está fuertemente atravesado por el patriarcado, pero anhela que eso no impida dar el debate como corresponde, desde las múltiples miradas. Esta licencia única, dijo, soluciona muchos déficits en el actual régimen de licencias de los y las trabajadoras de la justicia. Además, mejorará sin dudas la calidad de vida de quienes la perciban, concluyó

A continuación, fue el turno de la diputada nacional Claudia Ormachea, secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de la Sociedad Bancaria. Inició su intervención sosteniendo la idea de que es todo un desafío hablar de la categoría económica del “cuidado”, que ha sido invisibilizada durante muchísimos años, aun cuando abarca a una población muy extensa (niños y niñas, personas con discapacidad, entre otros). Y fue el feminismo, continuó, quien puso el foco en esto para que el Estado se haga cargo y entienda que el cuidado es algo que recae con fuerza sobre las mujeres, sin remuneración, dentro del mundo privado, silenciado y no reconocido.

Ormachea remarcó la necesidad de pensar en nuevas licencias que aseguren una distribución más igualitaria y equitativa de lo que entendemos por cuidado, sin esa mirada maternalista donde las mujeres deben acaparar esas responsabilidades, con todas sus consecuencias: brecha salarial, fijación de los estereotipos, y la imposibilidad de las mujeres de desarrollarse de la misma manera que los varones.

Desde la irrupción del movimiento de mujeres y la apertura de la discusión, continuó la diputada nacional, quedó instalada la idea de la necesidad de una legislación y sus correspondientes políticas públicas para poner las cosas en su lugar. Y también desde el ambiente empresarial y privado es necesario que estas discusiones se den, para pensar lugares de trabajo equitativos y carreras laborales en igualdad de condiciones.

Recalcó que la participación de las mujeres dentro del mundo sindical, cada vez más amplia y con actitudes más activas, propició nuevas iniciativas, porque el feminismo empezó a atravesar a todas las organizaciones. Por ejemplo, las mujeres de la Corriente Federal de Trabajadores, que debaten y se acompañan para romper estereotipos y buscar una mayor igualdad. Pero es una labor que realizan con las distintas aristas de las trabajadoras de los distintos sectores, de manera colectiva y colaborativa. Es fundamental, sentenció Ormachea, que también alcance a las mujeres de la economía popular.

Para finalizar, la diputada nacional enfatizó en la necesidad de reconocer al cuidado como tal, como un trabajo, con derecho y valores, remunerado, y que permita a todas las personas que se dedican a esto tener una movilidad o ascenso social.

Más adelante intervino en el Conversatorio virtual organizado por el SiTraJu la diputada nacional Marisa Uceda. Sostuvo que las mujeres, en específico las que se mueven en el mundo del trabajo y sindical, discuten las tareas del cuidado porque desde la agenda del movimiento de mujeres instalamos la idea de que el derecho, entendido como un sistema ordenador, es un sistema patriarcal. Y el derecho laboral le ha servido al patriarcado como un catalizador en su falta de perspectiva de género para sostener esa reclusión de las mujeres entre lo público y lo privado. En la práctica, continuó con su exposición, se puede observar en las dificultades de acceder a un ascenso o promoción laboral, a mejores salarios, o directamente a un empleo en concreto.

La falta de perspectiva de género en la ley de contrato de trabajo, declaró la diputada Uceda, la ha llevado a no incluir conceptual e ideológicamente el concepto de cuidado, y esto se ha vuelto la pared de cristal que sufren las mujeres. Las mujeres se embarazan, tienen hijos e hijas, y es una barrera que los empleadores utilizan para la segregación y discriminación de esas mismas mujeres a la hora de ofrecer empleo. Porque piensan, sostuvo, que son las mujeres las responsables de las tareas de cuidado dentro del ámbito privado.

Esta discusión, cerró, viene desde el mismo feminismo, que quiere clausurar estas distinciones y diferencias en base al género. Los nuevos convenios colectivos deben tener presente la perspectiva de género, y en particular las licencias únicas. Porque es ahí donde se acaban las excusas, puesto que quedará en evidencia que las mujeres no serán las únicas responsables del cuidado de hijos e hijas. La mirada de una licencia única hará caer el estigma que deposita en las mujeres las tareas de cuidado. Avanzar sobre estos instrumentos es avanzar en una transformación de la legislación total.

A continuación, hizo uso de la palabra la Doctora en Derecho de la UBA e investigadora del CONICET Marisa Herrera. Ella se focalizó en tres puntos: en un primer momento se refirió a las licencias como la gran deuda pendiente del Estado, y la responsabilidad con sus correspondientes acciones. En un segundo punto prestó atención a la igualdad y en cómo la ley, mediante los avances que se han conseguido en la última década, pusieron en tensión, una vez más, el propio concepto de igualdad. En ese contexto, y en relación con el tercer punto, los cuidados, como una asignatura pendiente. “Cuidados” en sentido plural, porque son muchas y variadas las desigualdades, son multiformas las familias e interpelan a una ley cerrada, heteropatriarcal y que tuvimos la valentía de poner en tensión.

¿Qué debates debería presentar una buena ley en materia de licencias? se pregunta la Doctora en Derecho. A lo largo de su exposición hizo un recorrido crítico sobre algunas de las leyes aprobadas y proyectos de ley en tratamiento en ambas cámaras, a fin de dar cuenta de las posibilidades, las tensiones y los horizontes que se ponen en juego cuando se habla de licencias.

También se preguntó, y dejó la incógnita para futuros debates, sobre las mujeres y la economía informal, puesto que hasta ahora no se ha prestado atención a la relación entre un régimen de licencias más igualitario y la economía popular o la misma Asignación Universal por Hijo.

Más adelante fue el turno de la Directora Nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad Lucía Cirmi. Ella inició su intervención con una pregunta: Con una Argentina con un 40% de pobreza, 13% de desempleo, con una informalidad creciente, ¿es el momento para discutir licencias? La respuesta para ella es sí. Esto es porque es uno de los lugares donde el Estado puede intervenir sobre las tareas del cuidado, mayoritariamente restringido al mundo privado. Las diferencias en el uso del tiempo, y eso está estudiado, continuó, aumenta conforme más hijos e hijas se tiene. Aproximadamente la mitad de las mujeres que tienen niños o niñas menores de 3 años está por fuera del mercado de trabajo.

Lucía Cirmi sostuvo que el desafío es pasar de un régimen de licencias que sostiene la visión protectora de la maternidad a una visión de avanzada, donde ese lugar sea un espacio para promover un escenario distinto para promover la corresponsabilidad antes que reproducir la desigualdad.

Para cerrar el Conversatorio, hizo uso de  la palabra Valera Rossi, delegada del SiTraJu del Concejo de la Magistratura. Destacó la creación de una Licencia Única por Nacimiento y Licencia por Procedimientos y Técnicas de Reproducción Humana Asistida en el ámbito del Concejo de la Magistratura puesto que resultan imprescindibles para fomentar la igualdad entre géneros y corregir años de inequidad (que se acrecentó durante la pandemia).

Las tareas de cuidado, continuó Rossi, han sido histórica y culturalmente feminizadas y es fuente de numerosas desventajas, como ya se señaló. Por ello, la mujer duplica su carga laboral compatibilizar ambas tareas. La Licencia Única pone el foco en esa nueva vida de la familia, no en la constitución familiar ni en los métodos de crianza. Contempla 120 días con percepción de haberes tanto para personas gestantes como no gestantes, por ejemplo.

Las políticas de cuidado se han convertido en un tema de la agenda actual, en un afán por visibilizar necesidades e intentar conseguir una Justicia más justa.

 

Transcripción: Andrés Borrello para Diario Digital Femenino

 

 

 

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