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Ana Larriel y Jessica Zelasco son licenciadas en Psicología e integrantes del taller «Hacer la vista gorda». Juntas coordinaron un taller en el Congreso Argentino de Psiquiatría en la ciudad de Mar del Plata. Aquí su experiencia.

La medicina para nosotres siempre fue un campo hostil, sea un congreso o una visita al consultorio médico. La mañana del viernes 26 no fue la excepción.  Los nervios lograron cerrarnos el estómago y empujarnos a un obligado desayuno light en contra de nuestra voluntad. Ese día y por segundo año consecutivo, las trabajadoras y profesionales de la salud que formamos parte del Colectivo Hacer la Vista Gorda, nos presentamos con un taller interactivo en el Congreso Argentino de Psiquiatría en la ciudad de Mar del Plata.

Con el titulo “Los cuerpos gordos y el recorte diagnóstico. Herramientas para una revisión crítica de las categorías de salud y enfermedad aplicadas a las corporalidades gordas”,  lanzamos el desafío de pensar si existe otra manera de abordar un cuerpo gordo que no sea desde la patología. La propuesta fue cuestionar las categorías, los prejuicios y mitos que circulan alrededor de los cuerpos gordos, sacando de su lugar de verdad a los diagnósticos y poniendo sobre la mesa la patologización de la diversidad corporal.

Ademas este año nos sumamos el objetivo de introducir palabras nuevas y nuevos significados a formas viejas – y muchas veces violentas- de nombrar. Hablar de cuerpos gordos y no de obesidad ni de sobrepeso es resignificar la palabra, alejarla de la patología y dejar de nombrar desde el diagnóstico estigmatizante y objetivante.

La sala de este año era más pequeña que la del pasado, pero eso no impidió que bastante antes de las 10 ya hubiera gente en la puerta esperando. Rápidamente estuvo llena y, luego de sortear algunas dificultades técnicas, pudimos dar inicio al taller. Para nuestra grata sorpresa, entre lxs asistentes había profesionales de formación muy diversa: psiquiatrxs, psicologxs, nutricionistxs, médicxs clinicxs, musicxs, trabajadores sociales, periodistas y hasta arquitectxs. Mientras se iban presentando pudimos escuchar posiciones muy abiertas y expectantes a lo que teníamos para decir.

En un ambiente que anticipamos hostil descubrimos una asistencia con ganas de escuchar, pero también de compartir desde sus propias experiencias. Relatos encarnizados “desde el propio cuero”, como dijo una participante, pusieron a circular aquellas violencias vividas, muchas veces ejercidas y largamente silenciadas. La pluralidad de voces volvió a evidenciar la necesidad de seguir ganando espacios de debate en disciplinas muy rígidas como  el campo de la Medicina y en particular el de la Psiquiatría.

Escuchamos mucho deseo de ser parte de un movimiento de transformación social que se niega a seguir reproduciendo modelos de violencia y exclusión. Nos encontramos con momentos de sorpresa, con formas de vivir el cuerpo diferentes al que nos enseña el Modelo Médico Hegemónico y algunas vendas de los ojos que se caían para encontrarse con que los sujetos gordxs existimos más allá de la imagen que se tiene de nosotrxs.

No nos alcanzó el tiempo, todxs quedaron con ganas de seguir compartiendo y pensando. Salimos de esa sala con sonrisas, abrazos, invitaciones para volver y mucha hambre, nos encaminamos a una magnífica y merecida picada marina a la vista del mar.

Así , renovadas y felices, con mucho aire de mar adentro y la alegría de encontrar personas abiertas a pensar desde la diversidad, abandonamos Mar del Plata llenas de esperanza y con ganas de volver.

Despatologizar el cuerpo gordo

Fuente: El grito del Sur

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