
Editorial de Diario Digital Femenino
Desde la creación del Consejo Nacional de la Mujer, en 1992, dentro de sus funciones se establecía la creación de las áreas de géneros tanto provinciales como municipales. En el caso de La Pampa, la misión incluso de la actual Secretaría de la Mujer es: “Fomentar y ejecutar las políticas públicas que aseguren el cumplimiento pleno de todos los derechos de las mujeres, asesorando en la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de la política pública de mujeres y equidad de género, así como la transversalización del enfoque de derechos de las mujeres en los diferentes programas, proyectos y políticas públicas provinciales, a través de la articulación intersectorial e interinstitucional para la protección, garantía y materialización real y efectiva de los derechos de las mujeres desde las diversidades que las constituye, promoviendo su participación y la de sus organizaciones sociales dentro de la Provincia”.
Esta función del Consejo Nacional, se mantuvo cuando fue jerarquizado a Instituto Nacional de las Mujeres y, posteriormente, a Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.

La desigualdad de género existente en nuestro país, realidad a la que la provincia de La Pampa y la ciudad de Santa Rosa no es ajena, se hace evidente en distintos ámbitos. Por estos motivos, las políticas públicas de prevención e intervención deberían estar destinadas a resolver las situaciones de salud sexual y reproductiva, económicas, laborales, educativas, sanitarias y habitacionales de las mujeres y diversidades, sumadas a la intervención y asistencia en violencia de género.
Estas situaciones se hacen evidentes, y las vemos todos los días, cuando por ejemplo una compañera –que en muchos casos viene de atravesar una situación de violencia- quiere incursionar en el mundo laboral y no cuenta con los estudios completos. Allí deberían enfocarse los recursos para contener, abordar y acompañar.
Por estos motivos, es inadmisible que un área de género incorpore como rol el acompañamiento a los varones que ejercen violencia, debido a que debería estar enfocado principalmente en las mujeres e identidades disidentes. Con los escasos recursos existentes en las áreas pertinentes, la prioridad no debería ser atender varones violentos.
Esto demuestra que no estamos en condiciones de ocuparnos de las masculinidades, debido a que aún hay situaciones que no están resueltas.
Consultada al respecto, la directora del Instituto de la Mujer de España, Beatriz Gimeno, sostuvo que en ese país “no existe ese número. No creo que pudiera existir porque sería objeto de muchísimas críticas. Ni siquiera podemos dedicar ningún recurso a la educación a los varones en los colegios que ahí sí estoy de acuerdo como para poner un número donde llamen”.
“No creo que un varón violento va a llamar antes de ejercer violencia, me da la impresión de que no. Los recursos que hay en el feminismo siempre son pocos. En caso de la igualdad estaría mejor empleado en evitar a que lleguen a ser violentos y no darles la opción de llamar cuando se supone que son violentos. Si sobraran recursos se podría hacer, pero nunca sobran, y ahora yo no lo veo muy útil. En España no existe ni creo que podría existir”.
Recursos económicos y humanos
Es sabido que no abundan los recursos económicos y humanos en estas áreas, máxime en contexto de pandemia. Además, no tenemos una sola razón para pensar que todas las necesidades de las mujeres y las identidades disidentes están resueltas.
En ese sentido, creemos que es un despropósito dedicar algún recurso económico o el tiempo de cualquier profesional del área para ocuparse de la reeducación de los varones que ejercieron violencia.
Es responsabilidad del Estado crear un espacio dedicado específicamente al abordaje de las masculinidades, pero es claro que deberían ser organismos que estén separados. Una posibilidad para su correcto abordaje sería cumplir con las articulaciones con otros organismos estatales, articulaciones que están previstas en los decretos de creación de las áreas de género.
Entonces, ¿qué hacemos con las masculinidades?
Creemos fervientemente que se deben trabajar las masculinidades, es una necesidad que debe atenderse seriamente desde los organismos nacionales, provinciales y municipales. Sin embargo, consideramos que debe ser en un ámbito apartado del área de género, ya que no es su misión y función, y que los grupos estén integrados por varones.
Una experiencia para destacar es la que lleva adelante Anibal Muzzin, quien hace una década coordina grupos de varones que ejercen violencia en el hospital Teodoro Álvarez, que depende del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,.
Los varones llegan al programa estatal de asistencia “en un 90% derivados de la justicia civil, penal o contravencional”, la media de edad es de 40 años, el más joven que ha participado del grupo tenía 21 y el mayor, 72.
“El tratamiento mínimo es de un año, otros se quedan más tiempo. Vamos informando las novedades a la justicia” tanto cuando ingresan, egresan o el equipo identifica una situación que puede poner en peligro a la víctima, a sus hijas e hijos, explicó.
Para el profesional, el tratamiento debe ser presencial porque “por teléfono no podemos dar certeza de contención” sino tiene delante al paciente. “Ellos minimizan, justifican, niegan situaciones; tengo que hacer evaluación de riesgo certero”, explicó.
También consideró que la prevención de los femicidios, es decir, el frenar la violencia del varón para no llegar al asesinato de la mujer, debe ser parte “de una política integral, porque sino no modifica su conducta, si no reconoce, si justifica, busca otras víctimas. Termina violentando a varias mujeres”.
Muzzin integra la Red de Equipos de Trabajo y Estudio en Masculinidades (Retem) creada en 2011, conformada por 18 organizaciones que trabajan con hombre violentos en la Ciudad y provincia de Buenos Aires y en Mendoza, compartió el psicólogo.
Para el profesional “hay que pensar otro sistema de justicia y de políticas públicas para que, ante situaciones violentas, el que se vaya sea el hombre, y para eso la mujer debe recibir apoyos para no perder la casa ni sus lazos sociales”.
En conclusión, es necesario pensar políticas públicas con perspectiva de género seria y responsable, y más en las áreas correspondientes. Suena a chiste de mal gusto pensar que otorgamos espacios físicos, recursos humanos y económicos, a la asistencia de varones que ejercieron violencia y seguimos sin tener una sola medida de prevención, no solo para evitar las situaciones de violencias sufridas por las mujeres y diversidades sino para mejorar su calidad de vida en todos sus aspectos.
Imagen de Portada: Comunicar igualdad
Diario Digital Femenino
Silvina Rivilli -
Un ‘tratamiento’ ordenado judicialmente no necesariamente implica una demanda terapéutica por un malestar genuino. En nuestra experiencia, la gran mayoría asisten a buscar la constancia para presentar en los juzgados. Resulta que se transforman en el salvo conducto para exculpar conductas violentas por razones de género. El panorama es completamente diferente cuando un varón asiste por decisión propia, antes de llegar a una instancia judicial,
El abordaje de las masculinidades, necesita de múltiples intervenciones, del compromiso genuino intersectoriales que no pueden reducirse a una mascarada terapéutica funcional a la lógica de la cultura patriarcal. En ese caso, se parte de patología y no es de relaciones de poder y sometimiento, producto del patriarcado.
Moira Goldenhörn -
Que las masculinidades deben revisarse en sus fundamentos de privilegios y construirse desde una óptica de equidad, sin dudas es un objetivo.
Pero pensemos estrategias en base a resultados, hay poco recurso humano calificado y económico para hacer experimentos sociales en este contexto donde las mujeres y niñeces son asesinadas, golpeadas y violadas a diario.
Cristina Lobaiza EStrada -
Implementar desde el Estado, y particularmente desde la Secretaría de la Mujer, una línea de atención para varones violentos, que funciona de 8 a 14, significa un nada modesto desconocimiento que, teniendo en cuenta el lugar desde el cual este desconocimiento se anuda (el Estado), es grave. Me refiero a que dicha repartición ignora:
1) Todo acerca de la subjetividad de los varones violentos que ejercen violencia contra las mujeres. Personalidad de base, estructura, pronósticos. mecanismos. La psicología no forma profesionalmente para decidir sobre la existencia de otras personas pero es una disciplina fundamental a la hora de comprender los anclajes de personalidad de los varones violentos y específicamente de los abusadores y asesinos.
2) Todo acerca de la violencia contra las mujeres en tanto dispositivo de subordinación, dispositivo de disciplinamiento y sostén del sistema que opera el mundo. El feminismo les podría dar una mano para formarse allí, porque el feminismo es una construcción teórica, además de un movimiento de transformación de la realidad que parte de una consideración ética. Conviene incluir feministas en los Organismo de Estado que trabajan con violencia contra mujeres. NO SON ENFERMOS.
3) Todo acerca del territorio. Les falta caminar unos cuantos metros o que alguien les cuente de la vida real. PD. Si ven un varón violador o femicida que llame de 8 a 14 avisen. Ese no es el mundo real.
4) Todo acerca de los alcances de su misión y a quiénes deben estar dirigidos sus esfuerzos y nuestro dinero.
5) Todo acerca de las estadísticas de este año en Argentina. 2 de cada 10 mujeres asesinadas por ser mujeres (SOLO 2) habían denunciado. Porque no se reconocen como víctimas, porque no tienen acceso o recursos o canales que permitan que el Estado proteja, se haga presente, contenga, porque llegan a la instancia de ser asesinadas completamente rotas y solas. Si de las asesinadas solo 2 pudieron dar aviso (aunque esto tampoco evitó su asesinato), ¿cuántos creen que son los femicidas que van a llamar de 8 a 14?
En fin. Seguimos tramitando de la mejor manera posible la indignación y hasta la desmovilización que esto nos produce. Seguimos sumándonos a todos los debates. Seguimos construyendo y explicando que pueden contar con nosotras. Pero lo cortés no quita lo valiente. Muchas están dormidas, capturadas, distraídas o ensoñadas; y el feminismo es para ellas. Pero algunas —también—exigimos YA un Estado a la altura del presente y Áreas de Género a la altura de la responsabilidad que les toca. Que es mucha.