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UNICEF lanzó su portal: de Crianza Cuidada, con consejos para criar niñas y niños de manera responsable y amorosa.
En el sitio encontrarás ideas, consejos e informan confiable para la crianza, para acompañarte durante cada paso en el crecimiento de niñas y niños

Contenido.

El contenido de la plataforma está separado por edades, así encontrarás la información relacionada con niños y niñas de: 0 a 12 meses, 1-2 años, 3-4 años y 5-7 años.

0 a 12 meses

¡El juego ya empezó!

Jugamos por encontrarnos, conocernos, alegrarnos.
Sin importar cuándo termine.
Desde el inicio nos jugamos la vida. Jugar por jugar.

La llegada de un bebé a la vida familiar y comunitaria está plena de asombro, alegría e incertidumbre. ¿Cómo será su forma de ser, qué cosas le gustarán, qué hará que se fastidie? Se despiertan muchísimas preguntas y todo está por descubrirse. Si tuviéramos que elegir una acción que reúna al asombro, la alegría, la incertidumbre, el hacernos preguntas y el descubrir, ese hacer sería, sin lugar a duda, ¡jugar! Aunque a veces cueste reconocerlo, desde el inicio jugamos toda la vida. Nos reímos y lloramos, teatralizamos situaciones, desdramatizamos pesares, cumplimos roles, repartimos tareas, acordamos reglas, nos sentamos alrededor de una mesa, nos sentimos en equipo… Así mismo, la crianza es un profundo y valioso juego que se atesora para siempre, tanto en el bebé como en las personas adultas que lo cuidan.


 

Abrir las palabras,
            abrir los sentidos

Nacer y ser nombrados.
Narramos tu llegada al mundo
 y a nuestras vidas.

Cada niña y niño nace en un contexto y, dentro de una comunidad, llega a una familia con sus relatos y culturas. Así, entre múltiples historias, comenzará a inscribir su propia historia de vida. Es como iniciar un viaje que hace muchos años viene elaborándose. ¿Cuál será el fruto nuevo que aportará a la gran trama de su árbol genealógico? ¿Cómo serán sus formas de expresarse y ver el mundo? Eso es parte del misterio que cada bebé nos trae a toda la humanidad…

 

¡Buen día!

Amanece y trae un nuevo día.
Volvemos a encontrarnos.
Descubriéndonos.

En los primeros meses del bebé cada día es un universo en sí mismo. No hay dos días iguales. Muchísimas transformaciones, algunas visibles y otras imperceptibles, están sucediendo a diario, a la vez. Las niñas y niños se encuentran llegando a un mundo que no conocen, y -aunque exista la experiencia de otras maternidades, paternidades y crianzas- las personas adultas, con cada niño y niña, también se encuentran en un mundo nuevo. Con los vínculos también se repiten mandatos, frustraciones, valores y todo aquello que culturalmente se reproduce. Hay cambios en las corporalidades, en las emociones, en los vínculos, en los entornos, en los tiempos y prioridades. Familia y bebé se están conociendo, mutuamente.

Entre tantos movimientos, fuera y dentro de cada uno, son las personas que crían y cuidan -con su piel, voz, mirada- quienes pueden brindar mayor continuidad, estabilidad y seguridad a las niñas y niños pequeños. Para ellas y ellos somos su primer entorno seguro.

Entonces, el gran desafío en la labor de tender, crear y cuidar sana y amorosamente el vínculo con el bebé entre los 0 y 12 meses consistirá en las múltiples estrategias de autocuidado que podemos armar, acordar y sostener entre las personas adultas.


Más información: https://landing-pro.unicef.org.ar/portal-de-crianza-0-12-meses-0

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1 – 2 años

Quiero decirte
que te quiero

Decir, decirte, decirnos.
Este es nuestro diario de familia.

Han pasado doce meses de nuestros días y aprendizajes compartidos y llegamos al gran festejo del ¡primer cumpleaños! De ahora en adelante cada año al volver a pasar por la fecha de nacimiento del bebé contamos con la oportunidad de recordar y recuperar cómo hemos llegado hasta este día, a estar como estamos y a ser quienes somos. Entonces, podemos volver a narrar entre afectos cómo fue aquel día en que el bebé llegó a nuestras vidas, qué cosas pasaron y qué cambios han sucedido desde entonces. Poco a poco, año a año, vamos haciéndonos conscientes de nuestras biografías personales y familiares, registrando los cambios y crecimientos en las niñas y niños y también en nosotras y nosotros mismos y nuestros entornos.

Al Don Pirulero

Encastrar, apilar, clasificar.
Expandir, desordenar, rodar.
Todo eso es, a la vez.

Ir a la plaza, animarse al tobogán más alto, subir a los árboles, saltar los charcos en días de lluvia: el mundo los recibe para que lo exploren con todo el cuerpo en movimiento. Con el habla y las celebraciones llega otro inmenso logro: ponerse de pie y comenzar a caminar. A partir de ahora el juego y el movimiento cobran nuevas dimensiones. Desde esta nueva posición, todo se ve diferente. Los parques y espacios se abren como una inmensidad que invitan a ser recorridos y explorados. Los pequeños desafíos de alturas, para escalar y trepar, se vuelven grandes hazañas.

 

Ahí, donde
se recarga la calma

Una y otra vez, cuento.
Te cuento un cuento.
Aprendo junto a vos, la ciencia de la paz.

En estos primeros años de oro las niñas y niños logran un cambio de perspectiva: se ponen de pie, comienzan a desplazarse por el espacio, se incorporan al lenguaje hablado, piensan y dicen lo que piensan. Es, respecto al bebé que fueron, una revolución paradigmática la que viven. No hay otro momento en la vida de un ser humano en el que logremos tantos crecimientos y transformaciones como en esta etapa. Y, si todo se renueva y cambia, la forma de las y los adultos de vincularnos con las niñas y niños pequeños, también debería cambiar. Ahora, que comienza a suceder un lento pero continuo y progresivo distanciamiento entre el bebé y quien materna, es tiempo de abrazar el gran desafío de cultivar y hacer crecer la paciencia.

Más información: https://landing-pro.unicef.org.ar/portal-de-crianza-1-2-a%C3%B1os-0

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3 – 4 años

El sí mágico

Todo el vínculo de apego que pudimos construir en los dos primeros años de vida será la libertad, autonomía y confianza que sentirán las niñas y niños al moverse y expresarse a medida que crecen. Parece contradictorio, pero varios aspectos de la niñez son contradictorios. La gran labor de cuidar y criar con afecto nos convoca a proteger a las niñas y niños desde las propias lógicas de la infancia, que no son las mismas que las de la adultez. Sí, es un enorme desafío que involucra imaginación y juego, múltiples combinaciones posibles, bastante de asombro y misterio, y -a la vez- personas adultas ocupando su lugar para cuidar, criar, educar, guiar. Acompañar al desarrollo integral desde el enfoque de derechos es abordarlo desde lo sistémico y la complejidad. Buscando así integrar lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos, en nosotras y nosotros mismos, junto a otras personas y en el contexto que habitamos. Pero… ¿cómo lo hacemos? Suena muy difícil, y las demandas de la realidad y el día a día nos superan…

Hace mucho tiempo,
en un país lejano…

Había una vez
muchas otras veces
cuentos que nos cuentan.

Si hay una palabra compañera de la niñez, sobre todo desde los 3 a los 7 años, esa es la de los cuentos. Cada vez que pronunciamos “Había una vez” algo sucede: el alboroto se detiene, la atmósfera sutil en el ambiente cambia, la predisposición a la escucha se abre, el foco en los enojos o peleas deja de llamar la atención. Ahí mismo, con esas palabras mágicas, todo puede suceder, tanto en la vida como en el cuento.
Los cuentos hablan a las niñas y niños pequeños en su mismo lenguaje: onírico, metafórico, poético. Los más antiguos, que han pasado de generación en generación, están plenos de profunda simbología. Sin necesidad de analizarlos ni interpretarlos, resuenan en el universo de las infancias y construyen en el interior de cada niña y niño imágenes como refugios para lo bueno y también lo malo que sucede entre las personas. Es importante que, desde la lógica adultocéntrica y racionalista, no busquemos explicar los cuentos. Permitamos que ellos, por sí mismos, actúen. Es bueno investigar, recolectar, ofrecer y contar, diversidad de cuentos; de todos ellos cada niña y niño elegirá cuál le hace sentido con aquello que le pasa.

 

Más información: https://landing-pro.unicef.org.ar/portal-de-crianza-2-3-a%C3%B1os-0

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5 – 7 años

A jugar con todas
las letras

A partir de ahora y en adelante el juego comienza a ser cada vez más compartido, colectivo y con reglas. Es, entonces, un buen momento para hacer acuerdos de convivencia, hablar con ellas y ellos sobre cómo se comportan, sobre la importancia de respetar las reglas que existen en la escuela, en el club, en la calle. Hacer visible, a partir del juego, la importancia que tienen ciertos códigos y las consecuencias que puede traer para otras personas no cumplirlos, es un gran aporte para comenzar a abordar, más cerca de los 7 años, que todos los integrantes de la familia ponemos nuestra parte en el buen trato. Se inicia el pasaje de un pensamiento perceptivo, sensible y en imágenes, a un pensamiento conceptual.

Tanto en el hogar, como en el barrio, el aula y cada espacio. ¿Cómo es nuestro aporte para generar entornos cuidados y a su vez cuidar de ellos? La perspectiva ambiental es una de las grandes maestras para hablar de estas responsabilidades, de todo lo que podemos modificar sobre lo que hemos hecho costumbre pero que genera un daño. Y, a partir de allí, se irán moviendo otros sentidos y dimensiones. Porque los daños ambientales son también sociales, porque lo social es -inexorablemente- ambiental. Vivimos en un lugar al que afectamos y en el que somos afectados.

Mil lenguajes

Hay palabras de barro,
de crayón, de pan,
de rayuela.

¿Existe algo más divertido, esperanzador e inquietante que conversar con niñas y niños de 5 a 7 años? Sus cosmovisiones fantásticas, poéticas, filosóficas, ocurrentes, irrumpen en las lógicas adultocéntricas y modernas de la mayoría de las significaciones que organizan (y, muchas veces, oprimen) la vida en sociedad. Tener la fortuna de dialogar con ellas y ellos es como vivir carnavales intermitentes, entre las responsabilidades y ocupaciones. Sus palabras nos regalan la oportunidad de dar vuelta las cosas a las que estamos habituados y aferrados, y verlas patas para arriba. La fuerza de sus relatos nos lleva a reflexionar que todo lo que hacemos y nos pasa, también podría ser de otra manera.
Claro que no todas las niñas y niños son conversadores por igual, ni se expresan del mismo modo ni con los mismos lenguajes. Somos las personas adultas quienes tenemos la responsabilidad de fomentar, cuidar y saber oír esas otras formas de expresarse. Animemos a que cada niña y niño encuentre su propia comunicación y respetémosla. Cuentan con el cuerpo y sus movimientos, con los juegos simbólicos y teatrales, con las danzas.

Podemos generarlo

La conversación, el compartir actividades, el acompañarnos en aquello que nos gusta y disfrutamos, quizás sean esas las formas más bellas que va adquiriendo el cuidado de los vínculos con niñas y niños de 5 a 7 años. Son esos lazos, más allá de lo sanguíneo, que perduran y sostienen porque encuentran las formas de estar y hacerse presentes.

La belleza también es un derecho. Es una expresión de la dignidad. Es la necesidad humana de ir más allá de lo funcional y cuantitativo. La belleza trae el instante, la vida, la alegría. Bello es lo que genera lazos, se abre a sentir, a todos los sentidos con múltiples sentidos. La belleza es ver lo universal en lo particular; todos los mares en un mar, todas las flores en esta flor. Propongámonos que el tiempo junto a las niñas y niños sea bello.

Más información: https://landing-pro.unicef.org.ar/portal-de-crianza-5-7-a%C3%B1os-0

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