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Coronavirus en la Argentina: 9 de cada 10 alumnos necesitan de la ayuda de un adulto para hacer las tareas

Por: Soledad Vallejos

Yo a la mañana trabajo de manera presencial. Cuando llego a casa almorzamos y me pongo con los chicos a hacer la tarea en el horario de la siesta, desde las 3 hasta las 5 o 6 de la tarde. Pusimos ese horario como algo fijo, pero la verdad que es un trabajo estresante. Se dispersan todo el tiempo, son inquietos y quieren jugar», cuenta María Sol Vivanco desde Posadas, en Misiones, donde vive con sus dos hijos en edad escolar: la más chica, Julia, de seis años, está en primer grado y el mayor, Antonio, de 10, que es apenas un poco más autónomo que su hermana. «A la más chiquita hay que acompañarla todo el tiempo. Empezó a leer en cuarentena, a sumar y a restar. Imposible dejarla sola. Con el mayor hay que sentarse para ayudarlo a comprender la consigna, y después sigue solo. Aunque igualmente hay que estar detrás porque se dispersa».

Julia tiene seis años y recibe de su madre María Vivanco para hacer la tarea, una de las consecuencias que deja la cuarentena por el nuevo coronavirus

La de los Vivanco no es una situación excepcional. En contexto de aislamiento, y desde que se suspendieron las clases presenciales el 16 de marzo pasado, 9 de cada 10 alumnos que están en el nivel primario necesitan algún tipo de ayuda de los adultos para resolver las tareas de la escuela, según los datos del informe Tiempo destinado a actividades escolares y acompañamiento de adultos, que realizó el Observatorio Argentinos por la Educación, con la autoría de Mariano Narodowski, Víctor Volman y Federico Braga. Según los especialistas, esto genera una demanda familiar adicional a la requerida en situaciones normales, y además supone una distribución desigual de oportunidades. «Los hogares con mayor posibilidad de invertir tiempo, con espacios más amplios en la vivienda y con adultos de mayor nivel educativo tienen más capacidad de acompañamiento que aquellos hogares hacinados y con adultos de menor nivel educacional», se lee en una de las conclusiones del estudio.

Si bien prácticamente todos los estudiantes (95,6%) necesitan algún tipo de ayuda por parte de los adultos, el mismo estudio señala que son 4 de cada 10 (38,5%) los que precisan de esa asistencia de manera constante; y apenas un 4,4 % de esa población puede resolver las consignas solos. «Que los alumnos necesiten, en su gran mayoría, apoyo de los adultos para hacer su tarea escolar da cuenta de un modelo pedagógico que otorga escasa autonomía a los estudiantes para hacer su tarea. Cuando el docente construye su propuesta virtual sigue armando una actividad que lo supone a él o a otro adulto como soporte», dice Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso, y luego observa: «Los chicos no han adquirido el hábito de la autonomía cuando trabajaban presencialmente, y la tarea que se les encomienda de manera virtual se adapta a esta concepción de dependencia que tiene el alumno del maestro o del adulto. El mundo digital brinda posibilidades muy fuertes para desarrollar la autonomía de los alumnos, y nuestra escuela no las está aprovechando», afirma la experta.

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