A 10 años del Consenso de Montevideo
Presentación
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El Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo (de aquí en más: el Consenso de Montevideo o el Consenso), que resultó de la primera reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, celebrada en Montevideo, en agosto de 2013,[1] tuvo como objetivo central propiciar la integración plena de las poblaciones de la región con una perspectiva de derechos y de desarrollo sostenible. El compromiso abarcó varios capítulos y propuso sendas medidas prioritarias para su consecución. Desde la atención a niños, niñas y adolescentes hasta la protección del envejecimiento, la igualdad de género, la protección de los derechos humanos de los migrantes, de los pueblos indígenas, de la población afrodescendiente, el Consenso tuvo una marcada amplitud en sus metas y objetivos.
En este documento brief, se presenta una puesta a punto de los alcances y logros en el capítulo D del Consenso, referido al acceso universal a los servicios de salud sexual y salud reproductiva. En particular, en las próximas páginas, se hará foco en las medidas prioritarias: 33 (Garantizar y proteger los derechos sexuales y reproductivos); 34 (Derecho a una sexualidad plena, sin discriminación ni violencia); 35 (Existencia de legislación y programas de servicios de salud sexual y reproductiva); 36 (Erradicación de la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género en el ejercicio de los derechos sexuales y su manifestación; 37 y 46 (Garantizar el acceso universal a servicios de salud sexual y salud reproductiva); 38 y 39 (Prevención y tratamiento integral de enfermedades de transmisión sexual); 40 (Abatimiento de la morbilidad y mortalidad materna); 42 (Legalización del aborto); 43 (Atención obstétrica universal y de calidad), 44 (Acceso a anticonceptivos) y; 45 (Atención prenatal del embarazo).
Antecedentes
Es de destacar el compromiso sostenido sobre estos temas y su ratificación en la celebración de sendos acuerdos. En 2019, CEPAL hizo una primera puesta a punto del Consenso, en la Reunión Extraordinaria de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Población, que se presentó como Primer Informe Regional sobre la implementación del Consenso de Montevideo.[2],[3] Allí, se destacan logros, rezagos y desafíos pendientes, al tiempo que se analizan las medidas relativas a la educación integral para la sexualidad, la salud sexual y reproductiva de adolescentes y jóvenes, y los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes y jóvenes, y se señala que se han producido avances significativos. Sin embargo, se constata el sostenido fenómeno del embarazo adolescente en la región. El informe plantea que: «en gran medida, esto obedece a persistentes barreras de acceso oportuno a la anticoncepción (incluida la de emergencia), a la insuficiente disponibilidad de los métodos anticonceptivos más eficaces (entre ellos, dispositivos intrauterinos e implantes) y a un uso ineficiente de la anticoncepción» (CEPAL, 2019:15).
En particular, como se verá más adelante, los temas de educación sexual y su inclusión en la currícula educativa han levantado muchas resistencias conservadoras en toda la región que no ayudan al mejoramiento de estos indicadores.[4]La prohibición del aborto en la mayoría de los países de la región y la dificultad de su implementación por causales, tampoco colabora con el logro de la fecundidad adolescente. El abandono del ciclo educativo de las mujeres tiene frecuentemente como causa el embarazo precoz. Así, CEPAL (2019: 15) sostiene que «más allá de los logros obtenidos en virtud de la prioridad otorgada a la prevención de la fecundidad adolescente mediante el acceso a la anticoncepción, persisten numerosos desafíos en lo que respecta al cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a la atención de la salud sexual y reproductiva de los jóvenes y adolescentes».
Los programas de educación sexual, su incorporación en las mallas curriculares educativas, la prevención de la violencia de género en las relaciones de pareja, la erradicación de la violencia sexual y de género, y la eliminación de la discriminación y estigmatización de adolescentes y jóvenes LGTBI deben estar en el centro de la plataforma de las acciones para el cumplimiento del Consenso de Montevideo y, en tal sentido, deben ser acciones a exigir a los gobiernos de la región… seguir leyendo.
[1] Ver: https://www.cepal.org/es/publicaciones/21835-consenso-montevideo-poblacion-desarrollo [acceso: abril de 2023]
[2] Ver: CEPAL (2019). Primer Informe Regional sobre la implementación del Consenso de Montevideo de Población y Desarrollo. Disponible en: https:// www.cepal.org/es/publicaciones/44457-primer-informe-regional-la-implementacion-consenso-montevideo-poblacion [acceso: abril de 2023].
[3] La realización de un informe en 2019 sobre los avances del Consenso fue precedida de varias iniciativas tendientes a la concreción de su implementación. Entre ellas, vale mencionar en 2015 la realización de la Segunda Reunión de la Conferencia en México y la Guía operacional para el seguimiento y las medidas prioritarias; la Estrategia de Montevideo en 2016 que vinculó los patrones culturales patriarcales con la limitación del pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos; la Tercera Reunión de la Conferencia en Lima, en 2018, que elaboró el proyecto para realizar el Primer Informe; así como la publicación, en 2019, de un Segundo Informe. Finalmente, debe destacarse, en 2020, el Compromiso de Santiago de promover el acceso universal a servicios de salud integral, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos.
[4] Véase, por ejemplo: Biroli, F., & Caminotti, M. (2020). The conservative backlash against gender in Latin America. Politics & Gender, 16(1) y, también González Vélez, A. C. et al. (2018). Develando la retórica del miedo de los fundamentalismos, Lima: Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.