
Recomendaciones para proteger a niñas, niños y adolescentes
El Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes* (INN), encuadrado dentro de la Organización de los Estados Americanos (OEA), enumeró una serie de recomendaciones para proteger a niñas, niños y adolescentes durante el tiempo que dure la pandemia de coronavirus.

En un extenso documento publicado hoy lunes en su página web, Víctor Giorgi, director general del INN, aseguró que lo principal “es reafirmar la convicción de que niños y niñas conservan todos sus derechos” ya que “no hay suspensión de derechos de la niñez por estar en una situación crítica”.
“La cuarentena masiva nos priva de nuestros vínculos, de nuestra capacidad de circular a través de diferentes espacios durante la jornada; y nos impone relaciones más intensas y permanentes al interior de nuestros hogares”, señaló Giorgi.
Y agregó: “Simultáneamente estamos invadidos por un exceso de información, muchas veces contradictoria en la que conviven los mensajes alarmistas con los que niegan la gravedad de la situación”.
Con respecto a este tema, aseguró que “los niños y niñas deben recibir información clara, concisa, acorde a los niveles de desarrollo pero sin minimizar sus capacidades de comprensión”, y que los adultos “debemos reconocer el miedo y la preocupación” sin negar la realidad porque el menor “va a captar nuestro estado de ánimo y sus fantasías acerca de lo que le ocultamos van a ser siempre mucho más terribles que la realidad”.
También recomendó “construir una nueva rutina que respete el lugar de cada integrante de la familia con momentos de privacidad y encuentro”, “organizar una rutina diaria respetando los horarios comunes” y delimitando el tiempo de tareas escolares y laborales.
Otra de las recomendaciones que describieron desde el INN fue basado en la tecnología, que en este tiempo de aislamiento obligatorio se transformó en el nexo utilizado como comunicación entre familiares y amigos.
“No podemos visitar amigos ni reunirnos con ellos, pero la tecnología nos ofrece la posibilidad de compartir y conversar con ellos sin riesgo alguno. Los niños, niñas y adolescentes son muy hábiles en el manejo de estas herramientas. Debemos aprender de ellos. Ser creativos para respetar el derecho de niños (y adultos) al juego y el esparcimiento”, señaló Giorgi en el texto.
Por último, recomendó “escuchar las propuestas de los niños y niñas en cuanto a qué hacer con el tiempo libre”, ya que aseguró que “es una oportunidad para generar encuentros disfrutables que no interfieran las actividades que cada uno realiza”. (Télam).
¿Cómo proteger a niños, niñas y adolescentes en esta nueva realidad?
Como adultos ¿qué podemos o debemos hacer?
¿Cómo promover conductas de autocuidado y solidaridad?
Lo primero, es reafirmar la convicción de que niños y niñas conservan todos sus derechos. No hay suspensión de derechos de la niñez por estar en una situación crítica. La pregunta es cómo se ejercen y se reinterpretan en estas condiciones.
Comencemos por el derecho a la información. Niños y niñas deben recibir información clara, concisa, acorde a los niveles de desarrollo pero sin minimizar sus capacidades de comprensión. Los adultos debemos reconocer el miedo y la preocupación. Si lo negamos u ocultamos el niño va a captar nuestro estado de ánimo y sus fantasías acerca de lo que le ocultamos van a ser siempre mucho más terribles que la realidad. Además, estaríamos transmitiendo en forma implícita que no queremos hablar de eso, lo que cierra la posibilidad de diálogo y deja al niño o niña en la soledad.
Nunca podemos mentir ni disfrazar la verdad. Cuando niños y niñas perciben que un adulto miente pierden la confianza en este y se sienten decepcionados y desprotegidos.
Es importante no solo informar sino escuchar, dejar espacio para que el niño o niña reaccione y se exprese. O sea, habilitar el diálogo intergeneracional.
Debemos ser cuidadosos de no transmitir excesiva ansiedad o enojo. El aislamiento forzoso que conllevan las cuarentenas y la convivencia a tiempo completo, nos enfrenta a un riesgo muy alto de que se extremen las situaciones de violencia a las que los niños y niñas están especialmente expuestos. Cuando percibimos situaciones de enojo o conflicto debemos saber detener a tiempo nuestras reacciones.
No podemos ni debemos salir de nuestras casas, pero si podemos elegir como estar en ellas. Debemos construir una nueva rutina que respete el lugar de cada integrante de la familia con momentos de privacidad y de encuentro. Es importante organizar una rutina diaria. Respetar horarios comunes, delimitar el tiempo de las tareas tanto laborales para los adultos como escolares para los más pequeños.
No podemos visitar amigos ni reunirnos con ellos, pero la tecnología nos ofrece la posibilidad de compartir y conversar con ellos sin riesgo alguno. Los niños, niñas y adolescentes son muy hábiles en el manejo de estas herramientas. Debemos aprender con ellos. Los niños, niñas y adolescentes teniendo en cuenta su autonomía progresiva son parte de la solución a este problema. Ser creativos para respetar el derecho de niños (y adultos) al juego y el esparcimiento.
Dentro de los límites de lo posible, es importante escuchar las propuestas de niños y niñas en cuanto a qué hacer con el tiempo libre: es una oportunidad para generar encuentros disfrutables que no interfieran las actividades que cada uno realiza.
Es mucho y muy importante en estas condiciones lo que los adultos podemos hacer dentro de nuestras casas. No menos importante es la puesta en marcha de mecanismos solidarios a nivel de las comunidades que aseguren suministros a quienes tienen dificultades para obtenerlos, colaboren con el cumplimiento de las medidas impuestas por las autoridades sanitarias y transmitan en acciones concretas la preocupación de todos y todas por todos y todas. Pero en una región caracterizada por la desigualdad, con alto número de personas que desarrollan actividades laborales en la informalidad, con muy poca capacidad de ahorro frente a la paralización de la economía y sus efectos diferenciales según los niveles de vulnerabilidad social, el rol de los Estados es fundamental en garantizar los mínimos necesarios para una vida digna.
Nos encontramos ante una situación nueva para todos, ante la que no tenemos todas las respuestas. La información, la capacidad de reflexión, el poder pensar lo que nos sucede a nosotros y a los otros, es una capacidad esencialmente humana, de todos y todas más allá de la edad o condición; y es la principal herramienta que tenemos para afrontar situaciones adversas como la que hoy nos desafía.
Sin pretender enumerar soluciones, finalizaremos señalando algunas actitudes que fortalecen nuestra capacidad de afrontar este desafío:
- Revisar nuestras formas habituales de comunicación. El aislamiento físico no implica desconexión con otras personas ni colectivos.
- Procurar ser más empático. Ponernos en el lugar del otro.
- Promover espacios de diálogo intergeneracional al interior de nuestros hogares.
- Hacer un uso seguro del internet y demás herramientas tecnológicas disponibles en el hogar.
- Proteger el derecho a la salud de niños, niñas y adolescentes, no implica vulnerar ni postergar otros derechos (educación, información, recreación, participación, entre otros).
- Promovamos formas dialogadas y acordadas de organización de nuestra vida cotidiana y resolución de conflictos.
- Compartamos nuestras experiencias con amigos, vecinos, familiares utilizando las oportunidades que nos dan las nuevas tecnologías.
- No olvidemos que si bien no podemos ni debemos salir de nuestras casas, si podemos elegir como estar en ellas.
Elige como transitar por esta emergencia…. ¡Promueve y protege los derechos de todos!
Víctor Giorgi
Director General
Instituto
El Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN) es el Organismo Especializado de la OEA en materia de niñez y adolescencia. Como tal, asiste a los Estados en el desarrollo de políticas públicas, contribuyendo a su diseño e implementación en la perspectiva de la promoción, protección y respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes.
El IIN tiene como máximo órgano a su Consejo Directivo integrado por las máximas autoridades en infancia de los 34 Estados del Sistema Interamericano. Esto lo posiciona como un espacio de búsqueda de consensos y compromisos de los gobiernos, articulador dentro del Sistema Interamericano y referente técnico a nivel regional en materia de niñez y adolescencia.