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La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) expresa su profunda preocupación por la negación del derecho a abortar de una niña de 12 años en la provincia de Jujuy tras sufrir una violación.

La violación es una de las tres causales que el Código Penal prevé para Interrupción Legal del embarazo (ILE), como también en caso donde corre riesgo la vida y la salud de la persona gestante. Para ello no se necesita autorización judicial y se debió haber realizado la práctica de aborto legal en el momento de efectuada la consulta, a fin de no generar demoras innecesarias.

Responsabilizamos a las autoridades sanitarias de los daños psíquicos y físicos que ocasionará, sin duda, esta situación en la vida de la niña y de su familia y repudiamos las actitudes dogmáticas que, refugiándose en perimidas concepciones, incumplen las normativas de derechos humanos consagradas y debatidas en los tratados internacionales y en las recomendaciones del Comité de los derechos del Niño de la ONU.

Nos solidarizamos además con las y los profesionales que cumplen cabalmente con su deber ético y legal, además de profundamente humanitario, y las militantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto que acompañan a la niña.

Desde la APDH exigimos de manera urgente la implementación del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo, priorizando los derechos de la niña violentada y su opinión.

Maria Elena Naddeo co-presidenta de la APDH señaló:

“La decisión de practicar una cesárea es parte de una estrategia para eludir las normas legales vigentes, para eludir el ILE. Evidentemente los equipos antiderechos con el apoyo del Ministerio de Salud y sectores fundamentalistas dilataron la práctica del ILE para favorecer esta otra decisión y posibilitar la extracción del feto sin daños.

No priorizaron la decisión de la niña ni tuvieron en cuenta los daños que toda esta situación le está causando, puesto que  tendrá que superar además de la situación traumática de la violación, de la internación, de la semana perdida en medio de tanta polémica violatoria de su privacidad, además de todo ello deberá afrontar toda su vida la idea, la existencia de una adopción de un niño o niña entregado a una familia, que no fue parte de sus decisiones personalísimas.”

 

 

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