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Lagarde una de las teóricas feministas más importantes de México, famosa por acuñar el término…

¿Qué sería de las mujeres sin la voz de otras mujeres exigiendo justicia? cuestionó la antropóloga feminista, Marcela Lagarde, en tono mayéutico al iniciar su presentación en el conversatorio del Instituto Nacional Electoral (INE), “La violencia feminicida y el feminicidio”. “¡Porqué estamos aquí para construir justicia!” enfatizó más adelante la académica al mediar en la lucha de pintas feministas en las calles de las mujeres de la tercera, cuarta y quinta generación, representadas estas últimas en las niñas que acuden a estas protestas para exigir una vida sin violencias para su futuro y presente (Voces feministas, 2020).

Por Laura Carreto Tirado

Lagarde una de las teóricas feministas más importantes de México, famosa por acuñar el término “feminicidio”; en el cual surge un nuevo actor con rol protagónico: el Estado. En este sentido evidencia la inexistencia del Estado de derecho, en el cual se reproducen la violencia sin límite y los asesinatos sin castigo. Se trata de una fractura del Estado de derecho que favorece la impunidad. El feminicidio es un crimen de Estado. En el contexto mexicano la discusión teórica sobre el concepto tuvo como telón de fondo las constantes desapariciones y asesinatos de cientos de mujeres y niñas en Ciudad Juárez, Chihuahua, en donde las autoridades responsabilizaban a las propias víctimas o a sus familias por los crímenes. La impunidad será pues el elemento diferenciador entre “femicidio” y “feminicidio”. “Femicidio es utilizado en otras partes de Latinoamérica sin este concepto diferenciador.

Al pasar de los años las manifestaciones feministas han aumentado en número de simpatizantes: una respuesta natural por el número tan alarmante de feminicidios y violencia de género; también ha sido una preocupación general las muertes por abortos clandestinos, es por eso que también se suman a las preocupaciones feministas: el derecho a decidir. En México en fechas recientes causaron gran impacto social e indignación los feminicidios de Ingrid Escamilla y la niña Fátima; debido a esto y a la conmemoración del “Día internacional de la mujer” (8 de marzo) se llevará a cabo la iniciativa “Un día sin mujeres” el 9 de marzo: que exige el cese a los feminicidios y violencia de género, se trata de una llamada de atención al gobierno, pero también a la sociedad que sigue solapando la cultura machista y misógina, tanto hombres y mujeres estamos inmersos en ella, dominados todos bajo la estructura patriarcal.

Esta es una convocatoria hecha por grupos feministas con la consigna de que las mujeres no deben de salir de su casa el próximo 9 de marzo: ausentándose del trabajo, estudio, del consumo en general y las redes sociales; es también una medida para visibilizar la figura femenina en la sociedad mexicana. Esta ausencia será histórica, la primera hecha en el país.

Los feminicidios de Ingrid Escamilla desollada por su pareja y el caso de la niña Fátima, quien fue secuestrada por una mujer que se la entregó a su esposo, el cual clamaba una novia “muy joven”: la violó y después ambos se encargaron de matarla. Se tratan de casos que han conmocionado; la realidad ha superado la ficción. Según el Fiscal General de la República: Alejandro Gertz Manero asegura que los feminicidios en México se han disparado de manera preocupante: al aumentar 137% en los cinco años recientes (La Jornada, 2020). Diariamente son asesinadas 10 mujeres (El País, 2020).

¿Cuál es el objetivo de que las mujeres desaparezcan simbólicamente? Que el estado y la sociedad, hagan una reflexión acerca de su papel en la violencia de género. Que sepan el valor de una mujer, como trabajadora dentro y fuera del hogar. La mujer en la sociedad mexicana, aparte de ser en muchos casos el sostén económico también lo es emocionalmente. Hacen mayoritariamente trabajos no remunerados como cuidar a los hijos, padres, suegros, o cualquier familiar que requiera ayuda; también es responsable el aseo en el hogar, preparación de alimentos para la familia, etc. Aún las tareas del hogar no se reparten equitativamente a pesar de que un buen porcentaje de población femenina está incorporada al trabajo remunerado.

La Población Económicamente Activa (PEA) de mujeres, hasta el mes de noviembre del 2016, de acuerdo con el INEGI, es de 20 millones 608,000, de un total de 54 millones de población activa que hay en el país, es decir, poco más de 38 por ciento. Si toda la fuerza laboral femenina del país deja de laborar un solo día, incluyendo el trabajo no remunerado, como se plantea la economía podría registrar una perdida aproximada de 37.7 millones de pesos. Esa cantidad es superior a los ingresos petroleros que captó el gobierno federal durante diciembre pasado.

De acuerdo con estimaciones de “El Universal” si todas ellas dejaran de laborar un día, el valor agregado bruto de la economía se reduciría aproximadamente en 26.1 millones de pesos solamente por su ausencia. Sin embargo, el impacto podría ser mayor si se dejara de hacer el trabajo no remunerado que realiza la mujer relacionado con las labores domésticas y de cuidado y que puede representar hasta 11.5 millones de pesos en un día es decir 17.5 del PIB que se genera en una jornada (El Universal, 2020).

El alto a los feminicidios, la violencia de género y el derecho a decidir han sido los principales reclamos de los movimientos feministas. Como se mencionó anteriormente en fechas recientes estas manifestaciones han ido creciendo, así como también su número de simpatizantes, un ejemplo de ello fue 25 de noviembre: “el día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer”, donde miles de mujeres alrededor del mundo urgieron en la necesidad de parar esta enfermedad social: el machismo. La estructura social nos está lastimando a hombres y mujeres. A los hombres los orilla a una masculinidad tóxica y a las mujeres a soportar violencia con tal de tener una pareja a su lado, idealizando el amor romántico, soportando el sometimiento y la violencia.

Otro caso que ha llamado la atención en últimas fechas fue el caso de la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos de 27 años quien fue atacada con ácido por dos personas, a petición de su ex pareja, el ex diputado priísta Juan Vera Carrizal de 56 años de edad, con hijos mayores, dueño de 16 gasolineras y de una radioemisora y varios portales de noticias en el municipio Huajupan, en el estado de Oaxaca, actualmente es buscado por la justicia. Tuvieron que pasar 6 meses para que este caso saliera a las redes sociales y medios de comunicación, para que María Elena fuera atendida en un hospital de especialidades en la Ciudad de México y sobre todo para buscar al feminicida, quien apenas en febrero fue buscado por la justicia oaxaqueña, curiosamente en un estado donde gobierna el PRI, el mismo partido del político acusado.

María Elena estuvo envuelta en una relación violenta con el ex diputado quien le decía que era “fea, burra, zorra y puta”, que los “músicos eran unos muertos de hambre” y “que la cultura no sirve para nada”. Actualmente, a pesar de los momentos difíciles y de estar sobrellevando una depresión se solidariza con las demás mujeres. Dice “todo duele. Y más duele cuando miro alrededor y veo que no soy la única, que hay muchas mujeres a las que matan por el solo hecho de ser mujeres. Yo no sé en qué punto se perdió el sentido de la humanidad, en qué momento se empezó a creer que las mujeres valemos menos”. “Por más vueltas que le doy no logro entender este tipo de repudio hacia las mujeres” (La Jornada, 2020)

A María Elena las autoridades la han hecho sentir más vulnerable y sin fe, como un carpetazo más y una quemada más”. Dice que no se hace muchas ilusiones en la procuración de justicia. Dice “Veo por ejemplo lo que pasó con Ingrid Escamilla y me doy cuenta de que la sociedad no tiene simpatía real. Un ejemplo de esto es cómo alguna gente llama feminazis a las feministas.”

¿Cuántos casos habrá como el de María Elena? ¿Cuántas mujeres envueltas en relaciones violentas? La mayor responsabilidad respecto a los feminicidios y violencia está en la sociedad, pero la autoridad tiene el deber de procurar la justica, capacitar a sus funcionarios, agentes del ministerio público de ser sensibles ante estas situaciones que se han convertido en el “pan de cada día”. El testimonio de la saxofonista oaxaqueña es un llamado a impartir justicia y a sensibilizarse al respecto.

Por otra parte, el paro del 9M se ha politizado; el presidente AMLO ha dicho que se trata de un ataque hacia su gobierno, donde la derecha está inmiscuida (El Universal, 2020) pero las feministas defendemos nuestra independencia política y neutralidad. No se trata de atacar al presidente, no somos enemigas del gobierno; al presidente le debe de quedar claro que no todo gira en torno a él; AMLO tiene que dejar a un lado su protagonismo y ver más allá; si bien se ha sensibilizado con las causas que muchos presidentes ignoran, se reconoce que alguien es cercano a la gente, sencillo y humilde; pero esta vez no se ha mostrado sensible a la causa, es más ha minimizado los diez feminicidios diarios en nuestro país. La estructura cultural patriarcal-androcentrista lo está dominando en lo personal. En lo político evidentemente no hay una estrategia para frenar esta ola violenta contra las mujeres. No se trata tampoco de chairos contra fifís, claro que las protestas feministas, son manifestaciones de izquierda, pero esto va más allá de todo partidismo. Una frase de Rosa de Luxemburgo explica perfectamente esto último: “Quien es feminista y no es de izquierdas, carece de estrategia. Quien es de izquierdas y no es feminista carece de profundidad”.

Ante lo expresado por el presidente, Lagarde dice: “No vengan a decirnos que hay mano negra en el movimiento de mujeres siempre nos endilgan ese estigma como si fuéramos una masa amorfa”, Nos han dicho “las del coro fácil”, “que nos han infiltrado”, entre otros más, denunció. Reconoce que el movimiento feminista, que reseñó de manera breve, ha fallado al no lograr que el presidente trate con respeto y dignidad a las mujeres”, e incluso evidencie en sus expresiones violencias y androcentrismo (Voces feministas, 2020).

Es natural que los panistas, priístas, perredistas y todo adversario al partido del presidente pretende sacar provecho de esta situación; todo conflicto que apunte a AMLO es provechoso para sus enemigos. Resulta contradictorio que quienes se han opuesto al derecho a decidir, ya sean feministas; es sin duda, un acto de oportunismo, de eso estamos conscientes. Es por eso que se ha vuelto viral el término “Fakeminismo”, para evidenciar esta estrategia tan ventajista, al estar al lado de las mujeres solo en las situaciones que les conviene. Ellos, los priístas y panistas son corresponsables en la impunidad y en la mediocridad del funcionamiento de las instituciones públicas y de justicia, pues ellos son quienes han gobernado nuestro país durante la historia moderna

Estos dos días de manifestaciones, el 8 y 9 de marzo, son un llamado social, una exigencia colectiva para replantearnos un nuevo modelo social lejos de la violencia y relaciones destructivas. Desde nuestra trinchera podemos hacer un cambio para que se frenen las masculinidades tóxicas, la misoginia y el machismo.

Para malestar de los adversarios, es una realidad que el movimiento feminista esta imparable. Y aunque lo más urgente sea reflexionar colectivamente sobre estos hechos y reclamarle al gobierno que se haga justicia. También es un buen momento para buscar que se concreten otras exigencias urgentes como el derecho a decidir. Es un momento histórico que debe ser aprovechado al máximo. Sin duda ¡el presente es feminista!

“El paro del 9M en México: Un día sin mujeres”
“El paro del 9M en México: Un día sin mujeres”

 

Por Laura Carreto Tirado
para Diario Digital Femenino

 

Publicada en e-consulta

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