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La ONG Mamá Cultiva participó por tercera vez del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se llevó adelante días atrás en la ciudad de Trelew, Chubut, junto a más de 50 mil mujeres, entre representantes de pueblos originarios, docentes, estudiantes, lesbianas, bisexuales y transgénero. El objetivo fue generar vínculos con otras identidades y colectivos feministas, para reforzar la lucha por la legalización del cannabis medicinal y el autocultivo.
Además del acto de apertura y de cierre, la marcha multitudinaria del domingo 14 y las actividades culturales, los 73 talleres que se realizaron fueron el principal espacio de participación de quienes necesitaban expresarse, dar sus opiniones y generar intervenciones que expandan así el horizonte de conocimientos, experiencias y planes de lucha a futuro.
“Los talleres fueron una chance de escuchar y ser escuchadas, de aprender y aportar la visión que trabajamos acerca del sistema de salud y las opresiones que padecemos por ser mujeres cuidadoras, mujeres discapacitadas usuarias de cannabis”, comentó a Notas, Claudia Perez, miembro de la comisión directiva de Mamá Cultiva Argentina y una de las que asistió a la ciudad sureña.

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 “Mujeres y cannabis” y “Mujeres y salud” fueron los talleres llevados adelante el sábado y domingo por la mañana en las escuelas de la zona por las representantes de Mamá Cultiva, quienes buscaron reflexionar y debatir sobre la necesidad de construir un sistema de salud más integral, que permita reconocer, cuidar y mejorar la calidad de vida de las madres, hijos e hijas que necesitan del cannabis medicinal para confrontar las distintas enfermedades y patologías.

Acompañar la gran demanda de personas que quieren emprender el camino del autocultivo fue (y es) otro de los temas planteados como problemática a confrontar debido a la criminalización y la persecución por parte del Estado a las personas que encuentran en el autocultivo la solución a determinadas patologías que la Ley 27.350 no termina de contemplar.
“Según nuestros registros recibimos 2500 consultas mensuales. Estamos superadas por las demandas ya que todos quieren acceder a una terapia con cannabis y mayormente son personas con patologías complejas y cuadros clínicos que no encuentran respuesta en la medicina tradicional alopática dominante”, recalcó Valeria Salech, presidenta de la ONG. Al mismo tiempo, comentó que la criminalización del cultivo de cannabis es una política pública de este gobierno en particular que, con una “postura antigua e inconducente”, declaró una guerra contra las drogas.

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Mamá cultiva la ley
La ONG participó del ENM por primera vez el 7 de abril del 2016, con el objetivo de informar y promover el autocultivo y la legalización del cannabis medicinal para uso terapéutico. Una organización sin fines de lucro y con perspectiva de género, conformada por madres cultivadoras, voluntarios, voluntarias y profesionales de diversas áreas quienes desde un principio han brindado incontables talleres, convocatorias, seminarios y lanzamientos de campaña.
Tan grande fue la lucha y la disputa, que el 29 de marzo de 2017 tras aprobación en ambas cámaras- Diputados y Senadores- se aprobó la ley 27.350, que regula el uso de cannabis medicinal y pone en marcha el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la planta de Cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales.
“No se está cultivando en Argentina ni tampoco se importa más que para epilepsia refractaria, la cual es un mínimo porcentaje de la cantidad de personas que necesitan de esta terapia. La situación de la ley es un freno total y una imposibilidad absoluta para los usuarios” comentó Valeria Salech a este portal.
La ley de investigación médica y científica fue un avance en perspectiva de derechos debido a la concientización generada tras ver las propiedades curativas de la planta y sus derivados pero, al mismo tiempo, es una ley incompleta ya que no contempla el autocultivo del cual luchan día a día desde Mamá Cultiva.
El artículo 8 de la ley hace referencia a un registro de usuarios y familiares de usuarios de cannabis en virtud de autorizarlos según la ley 23.737 (artículo 5, inciso “e”), para el suministro de dicha medicina. Ante esta situación, Salech afirmó que “lo único que hay implementado hoy es un programa de investigación para epilepsia refractaria. Sólo se importa aceite de cannabis para este tipo de patologías tras haber pasado por un circuito de medicación y ninguno haya funcionado.”
El Estado da respuesta a sólo una mínima porción de todas las enfermedades que necesitan de las curaciones que brinda el cannabis medicinal ya que la misma tiene aplicaciones en un montón de sentidos como el parkinson, huntington, esclerosis, parálisis cerebral, epilepsia, trastornos de sueño, de apetito, etc.
La legalización del cannabis medicinal con las propiedades curativas del aceite hacia varias patologías ayudó a concientizar y cambiar la mirada pesimista que se tenía sobre esta planta. La demanda existente seguirá en aumento junto con la lucha por el autocultivo, por ende es menester que el Estado tome las riendas de este proyecto para ayudar a prevenir, combatir y garantizar una mejor calidad de vida a quienes necesitan del insumo diario del cannabis.
Santiago Camarero – @santicamarero
 
Fuente: Notas Periodismo Popular