En esta novedosa encuesta, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se propuso investigar el bienestar y las condiciones laborales de las cuidadoras de personas mayores en 25 países de América Latina y el Caribe.
La región tiene aproximadamente 8 millones de personas mayores con necesidades de cuidado, y se espera que esta cifra se triplique para 2050 a medida que la población envejece.
Las respuestas de aproximadamente 27,000 participantes muestran que la profesión está asociada con altos niveles de estrés y depresión, cargas de trabajo pesadas y bajos salarios.
Estos hallazgos resaltan la necesidad urgente de políticas para desarrollar habilidades y mejorar las condiciones laborales y el bienestar de las cuidadoras.
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Los recursos humanos son esenciales para asegurar la calidad de los cuidados a largo plazo. Sin embargo, hay muchas cosas que no sabemos sobre el bienestar, las condiciones laborales y la formación de los cuidadores de personas mayores. Este trabajo tiene como objetivo llenar algunas de las lagunas de conocimiento existentes al analizar nuevos datos sobre las condiciones de los cuidadores remunerados y no remunerados en América Latina y el Caribe.
Los nuevos datos fueron generados mediante una encuesta en línea autoadministrada, creada por el Banco Interamericano de Desarrollo, que se implementa desde noviembre de 2023 en inglés, portugués y español en 25 países. Los resultados destacan la vulnerabilidad de ambos tipos de cuidadores, tanto remunerados como no remunerados. Los cuidadores remunerados suelen ganar el salario mínimo o menos. Un porcentaje notable informa episodios de abuso verbal (39%) o físico (14%). Tres de cada diez no recibieron ninguna formación. Los cuidadores no remunerados no están en mejor situación. El 31% reporta síntomas de depresión y el 44% tuvo que dejar de trabajar para cuidar a sus familiares. Solo uno de cada cinco recibió alguna formación formal. Dado que la mayoría de los cuidadores de personas mayores son mujeres, estos resultados tienen importantes implicaciones para la igualdad de género.
Los hallazgos subrayan la necesidad urgente de políticas para desarrollar habilidades y mejorar las condiciones laborales y el bienestar de los cuidadores, necesidad que se ve aún más acentuada por el rápido envejecimiento de la población en la región. Al arrojar luz sobre estos problemas críticos, este trabajo es relevante para el diseño e implementación de políticas de cuidados que mejoren el bienestar tanto de las personas mayores como de sus cuidadores.
Prefacio
El desarrollo de sistemas y servicios de cuidado a largo plazo está ganando impulso político en América Latina y el Caribe. El envejecimiento acelerado de la población, junto con profundos cambios culturales y sociales en la región –como la caída de las tasas de natalidad–, están convenciendo cada vez más a los países de la importancia fundamental de contar con políticas públicas que garanticen servicios de cuidado de calidad para las personas mayores, especialmente aquellas que han visto su capacidad funcional disminuida, y sus familias. El desarrollo de sistemas y servicios de cuidado a largo plazo está ganando impulso político en América Latina y el Caribe. El envejecimiento acelerado de la población, junto con profundos cambios culturales y sociales en la región –como la caída de las tasas de natalidad–, están convenciendo cada vez más a los países de la importancia fundamental de contar con políticas públicas que garanticen servicios de cuidado de calidad para las personas mayores, especialmente aquellas que han visto su capacidad funcional disminuida, y sus familias.
Las personas cuidadoras son la base de estos servicios. Ya sea en entornos institucionales o en la intimidad de los propios hogares de las personas mayores, son quienes brindan el cuidado necesario, día tras día. Todas las demás acciones que podríamos tomar en este ámbito dependen de su trabajo vital.
América Latina y el Caribe no es diferente del resto del mundo en el sentido de que la mayoría de sus cuidadores son mujeres, generalmente miembros de la familia poco valorados que trabajan muchas horas sin remuneración. Esta pesada carga de cuidado obliga a muchas de estas mujeres a abandonar la escuela o sus trabajos, o a trabajar en empleos con horas limitadas para poder cumplir con sus responsabilidades de cuidado familiar. Otras mujeres terminan trabajando doble (o triple) turno, entre su trabajo remunerado y el trabajo de cuidado no remunerado. Incluso cuando los cuidadores reciben remuneración por su trabajo, la compensación a menudo es deficiente y las condiciones laborales están lejos de ser ideales.
Los temas comunes en el cuidado incluyen la falta de empleo formal, poca o ninguna formación, la ausencia de derechos y protecciones, así como el pluriempleo, largas horas y una carga desproporcionada de cuidado sobre las mujeres afrodescendientes. Esta combinación de factores afecta gravemente la calidad de vida de los cuidadores, incluyendo su independencia financiera, salud física y mental, y su capacidad para perseguir sus objetivos de vida. Pero también compromete la calidad del cuidado que brindan.
En el Banco Interamericano de Desarrollo, creemos que cuidar a los cuidadores, reconocer y valorar su trabajo, así como reducir la carga excesiva de cuidado son aspectos cruciales tanto para los cuidadores como para los receptores de cuidado. Esto obliga a examinar de cerca las condiciones que enfrentan los cuidadores, cómo se sienten y cómo experimentan el cuidado, para poder informar las políticas públicas y equiparlos para brindar un mejor cuidado y cuidarse mejor a sí mismos. La encuesta y los resultados compartidos en este informe son un primer paso importante hacia ese objetivo.
Diana Rodríguez Franco
Asesora especial en Género y Diversidad
Banco Interamericano de Desarrollo
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